Nuestra Posición Politica

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jueves, 10 de mayo de 2012

Tercera Parte Republica Popular Socialista de Vietnam,Armar a las Masas Revolucionarias y Construir el Ejercito Popular Nguyen Vo Giap


TERCERA  PARTE








ARMAR A LAS MASAS

REVOLUCIONARIAS,

CONSTRUIR 

EL EJERCITO POPULAR

NGUYEN  VO GIAP

III

EL APORTE CREADOR DE NUESTRO PARTIDO Y NUESTRO PUEBLO EN EL ARMAMENTO DE LAS MASAS REVOLUCIONARIAS Y EN LA EDIFICACIÓN DEL EJÉRCITO DEL PUEBLO
Desde sus comienzos, nuestro partido se ha asignado la misión histórica de dirigir la revolución de liberación nacional en una época nueva, inaugurando la era más brillante de nuestra historia, la era de la independencia, la libertad y el socialismo.
A lo largo de miles de años de edificación y defensa del país, nuestro pueblo ha llevado a cabo insurrecciones y guerras nacionales para reconquistar y salvaguardar la independencia nacional. En el transcurso de los últimos cuarenta años, bajo la orientación revolucionaria del partido, nuestro pueblo no ha cesado de desencadenar y llevar a cabo insurrecciones de todo el pueblo y guerras del pueblo sumamente heroicas para reconquistar y salvaguardar su independencia nacional, para edificar y defender nuestro régimen democrático popular, nuestro régimen socialista.
Nuestro pueblo se ha sublevado, y durante la revolución de agosto llevó adelante victoriosamente la insurrección general, sacudió el yugo de los fascistas japoneses y franceses y fundó la república democrática de Vietnam, el primer estado de democracia popular en el sur este asiático. Nuestro pueblo ha desarrollado con éxito la primera guerra de resistencia sagrada, ha hecho fracasar la guerra de agresión de los colonialistas franceses, ha liberado la mitad del país y hecho progresar el norte hacia el socialismo. Nuestro pueblo ha efectuado y efectúa victoriosamente la segunda resistencia, contra los imperialistas norteamericanos, la más gloriosa y la mayor guerra contra una invasión extranjera en nuestra historia para liberar el sur, salvaguardar el norte, encaminarnos hacia la reunificación pacífica del país y contribuir a la obra revolucionaria de los pueblos del mundo.
En toda su historia, nunca nuestro pueblo había llevado a cabo una guerra tan larga como esta, con insurrecciones armadas y guerras revolucionarias que se extienden a lo largo de decenas de años. Y nunca nuestro pueblo había hecho frente a agresores tan feroces como los de hoy: los japoneses, esos poderosos fascistas de Asia; los imperialistas franceses, vieja potencia colonialista de Europa; y luego los imperialistas norteamericanos, el mayor de los imperialistas, el enemigo número uno de la humanidad.
Nuestro pueblo ha llevado a un grado muy alto su heroísmo y su férrea voluntad, y ha obtenido grandes victorias. Estas últimas están estrechamente ligadas al surgimiento de la clase obrera vietnamita, a la dirección de nuestro partido y del venerado presidente Ho Chi Minh, a las condiciones y circunstancias históricas de la nueva época inaugurada por la gran revolución rusa de octubre.
Para cumplir con éxito la tarea histórica de vencer a los agresores, para lograr su independencia, su libertad y el socialismo, nuestro pueblo ha movilizado las fuerzas de todo el país y, bajo la dirección de nuestro partido, ha desarrollado su justa lucha con un heroísmo maravilloso. Sin dejar de organizar las fuerzas políticas de las masas, y sobre la base de este gran ejército político, nuestro partido ha resuelto con éxito el problema de la organización militar del pueblo y ha creado las fuerzas armadas populares.
Las fuerzas armadas populares constituyen uno de los factores determinantes de la victoria de la lucha revolucionaria en nuestro país. Su desarrollo se inscribe en el marco de las insurrecciones armadas y las guerras revolucionarias tendientes a realizar la línea del partido. Por consiguiente, el análisis del nuevo desarrollo de las insurrecciones armas y de las guerras revolucionarias sirve de base para comprender cabalmente el espíritu creador de nuestro partido y nuestro pueblo en la edificación de las fuerzas armadas revolucionarias.
En el pasado, nuestro pueblo protagonizó insurrecciones populares y guerras populares dirigidas por la clase feudal. También participó en insurrecciones populares y guerras populares originadas por movimientos campesinos, nacidas de la alianza entre movimientos campesinos y movimientos nacionales. En la actualidad, tenemos insurrecciones de todo el pueblo y guerras populares dirigidas por laclase obrera, surgidas de la alianza entre las grandes corrientes revolucionarias: revolución de liberación nacional y revolución socialista.
Aplicando con espíritu creador el marxismo leninismo en las condiciones concretas de la lucha revolucionaria de nuestro país, continuando y haciendo evolucionar la tradición de lucha gloriosa de nuestra nación contra la invasión extranjera, nuestro partido y nuestro pueblo han dado un nuevo paso adelante en las insurrecciones armadas y la guerra revolucionaria y le han dado a estas un contenido nuevo y una calidad nueva en cuanto a los objetivos políticos a las fuerzas y a los métodos de lucha y a la poderosa fuerza ofensiva.
En cuanto al objetivo político, las insurrecciones y las guerras nacionales del pasado tendían a reconquistar y salvaguardar la independencia nacional contra los feudales extranjeros; tendían, al propio tiempo, a edificar, defender y desarrollar el régimen feudal en el interior. A través de las insurrecciones y guerras nacionales, los campesinos habían conquistado ciertos intereses económicos y ciertos derechos democráticos, pero siempre en el marco del régimen feudal, de la política de la clase feudal que quería “incrementarlas fuerzas del pueblo” y desempeñaba de este modo, un papel positivo.
En la actualidad, las insurrecciones armadas y las guerras revolucionarias tienen un objetivo político nuevo, es decir, el de abolir la dominación del imperialismo y sus lacayos, hacer fracasar la guerra de agresión del imperialismo, alcanzar la independencia nacional, la democracia popular y el socialismo, y edificar, defender y desarrollar el régimen democrático popular, el régimen socialista.
Este objetivo político es también la tarea fundamental e inmediata que nuestro partido asigna a la revolución vietnamita. De acuerdo con la línea revolucionaria del partido; la misión de lograr la liberación nacional está ligada a la de la conquista de los derechos democráticos; la vía de liberación nacional está ligada a la de la revolución socialista; la tarea revolucionaria de nuestro país a la de los países y los pueblos del mundo. Las insurrecciones armadas y las guerras revolucionarias dirigidas por nuestro partido tienden a liberar a nuestro pueblo y reconquistar la independencia total para la patria. Tienden, además, a liberar a las clases explotadas y defender los derechos e intereses, en todos los dominios, del pueblo trabajador, y en primer lugar de los obreros y campesinos, contribuyendo así a la obra revolucionaria de los pueblos del mundo. Este objetivo político de las insurrecciones y las guerras es precisamente el objetivo por el cual se baten las organizaciones militares revolucionarias y las fuerzas armadas populares, y la fuente de sus energías.
En cuanto a las fuerzas de combate, las insurrecciones y las guerras nacionales del pasado contaban con la gran energía de “todo el país conjugando sus esfuerzos”, y con el patriotismo ardiente y el espíritu de cohesión de nuestro pueblo; por otra parte, los grupos feudales progresistas recurrían a ciertas formas de democracia para estimular a las masas a participar en la lucha. Nuestro pueblo logró vencer así a enemigos mucho más fuertes que él. Pero esta fuerza de “todo el país conjugando sus esfuerzos” tenía limitaciones inherentes a las condiciones históricas y a los antagonismos de clase entre los feudales y el campesinado.
Las insurrecciones armadas y las guerras revolucionarias de la actualidad extraen una nueva fuerza del bloque de unión de todo el pueblo sobre la base de la alianza obrero – campesina dirigida por la clase obrera, y que procede de la perfecta comunidad de intereses entre la clase obrera y la totalidad del pueblo trabajador, así como de todas las demás capas patrióticas, como en la conquista de la independencia nacional como en la edificación del nuevo régimen social. Es la fuerza de un patriotismo ardiente, unida a una alta conciencia de clase; la fuerza de una combatividad indomable, unida a la inteligencia creadora de las grandes masas populares, sobretodo de los obreros y campesinos, en la lucha por su propia liberación, por la liberación nacional, por la liberación de sus clases, por la conquista y la salvaguardia del derecho a ser dueños de su propio país y de su propio destino. Es la fuerza del nuevo régimen social, régimen democrático popular y régimen socialista, netamente superior desde todos los puntos de vista a cualquier otro régimen basado en la explotación. El poder de las fuerzas armadas populares reside en el hecho de que se apoya en la fuerza invencible del bloque unitario de todo el pueblo, basado en la alianza obrero – campesina dirigida por la clase obrera y en la superioridad del nuevo régimen social.
Nuestro pueblo se beneficia de la ayuda y el apoyo de la revolución mundial, y en primer lugar de los países hermanos del campo socialista, a diferencia de nuestros antepasados, que no podían contar, en la época feudal, más que con sus propias fuerzas. Esta ayuda internacional que refuerza considerablemente a nuestro pueblo es un factor muy importante de victoria.
En cuanto a los métodos de lucha, nuestro pueblo ha adoptado el punto de vista marxista leninista sobre la violencia revolucionaria, ha heredado y desarrollado las experiencias de nuestros antepasados sobre las insurrecciones populares y las guerras del pueblo, y ha creado nuevos métodos de lucha para asegurar la victoria. Estos métodos adoptan varias formas y materializan la ley del desarrollo de la violencia revolucionaria en nuestro país, la posición de ofensiva y el poder ofensivo de nuestras corrientes revolucionarias en la posición ofensiva general de la revolución mundial. Métodos de lucha mediante los cuales participan, en la insurrección y la guerra, lasfuerzas de todo el pueblo, de toda la nación y de todo el país; métodos puestos en acción por las fuerzas políticas y armadas, tanto en el campo como en las ciudades; por el ejército popular y las fuerzas armadas de las masas, presentes en todas partes, que aplican múltiples formas de lucha en diversos frentes, fundamentalmente coordinando la lucha armada con la lucha política, creando la mayor fuerza global posible para lograr la victoria. El conjunto de estos métodos constituye un modo particular de realizar la insurrección, de realizar la guerra, creando un arte militar original y creador en una época nueva.
En virtud del nuevo contenido y de la nueva calidad tanto de los objetivos políticos como de las formas y métodos de lucha, y poniendo en acción la fuerza acumulada en el transcurso de cuatro mil años de edificación y defensa del país, la insurrección armada y la guerra revolucionaria actuales disponen de una fuerza totalmente nueva. Apoyándose en esta fuerza, nuestro partido y nuestro pueblo han resuelto con éxito y brillantemente un problema que para nuestros antepasados no se planteaba: ¿qué debe hacer un pequeño pueblo, económicamente atrasado, para vencer las guerras de agresión de grandes países imperialistas que poseen no solo una población más numerosa sino también una economía muy desarrollada, una industria moderna, un enorme potencial económico y militar, y un ejército no solo numéricamente superior, sino además equipado con armas y medios técnicos de los más modernos?
Tanto en el pasado como en la actualidad, nuestro pueblo ha tenido que oponer su pequeño número al gran número y sin embargo la situación es hoy muy distinta. Anteriormente, nuestros agresores eran generalmente poderosos, pero poseían el mismo régimen feudal que los otros; eran superiores a nosotros desde el punto de vista numérico, pero no en el terreno del armamento y las técnicas, en el que, a veces, eran incluso inferiores. Los dominadores y agresores de nuestro país en el momento actual son enemigos poderosos, potencias imperialistas, empezando por el imperialismo norteamericano, el más importante. Ellos llevan a cabo una guerra injusta y poseen un régimen social reaccionario. Pero poseen una economía desarrollada, una industria moderna, un gran potencial económico y militar, un ejército más numeroso, y equipos técnicos mucho más modernos que los nuestros. A la inversa, nuestro país es pequeño, nuestro territorio no es grande, nuestra población es poco numerosa. Nuestras insurrecciones y nuestras guerras son justas; después de conquistar el poder, nuestro pueblo ha instaurado un régimen político avanzado, pero nuestra economía es todavía atrasada y esencialmente agrícola, nuestra base material y técnica es limitada a consecuencia de un régimen feudal milenario estancado y de casi un siglo de colonización, además de decenas de años consecutivos de guerra después de la toma del poder por el pueblo. De modo que, pese a la considerable ayuda de los países hermanos del campo socialista, nuestro pueblo se encuentra todavía en una situación en la cual debe apoyarse fundamentalmente en su economía para vencer a agresores que disponen de un potencial económico y militar mucho mayor y más poderoso.
En el proceso de dirección de la lucha revolucionaria de nuestro pueblo, para llevar adelante las insurrecciones armadas y las guerras revolucionarias, nuestro partido y el presidente Ho Chi Minh crearon, organizaron y entrenaron las fuerzas armadas populares vietnamitas, heroicas e invencibles.
Estrechamente ligadas al desarrollo de la insurrección de todo el pueblo y de la guerra del pueblo, las fuerzas armadas populares vietnamitas y la organización militar actual de nuestro pueblo han conocido, en comparación con las épocas precedentes, un nuevo desarrollo en cuanto a su naturaleza de clase, en cuanto a sus formas de organización, a su equipo, a su armamento, así como a su arte militar y su fuerza combativa.
Si se considera la naturaleza de claselas fuerzas armadas de la insurrección y las guerras nacionales estaban principalmente organizadas y dirigidas por la clase feudal; entre las tropas insurrectas organizadas por la clase feudal, entre el ejército del estado feudal y las grandes masas populares, había conformidad en cuanto al interés nacional y a los objetivos de la lucha. De ahí el poder considerable de las fuerzas armadas nacionales en su combate contra la dominación y la agresión de los grupos extranjeros. Pero entre el ejército del estado feudal y las grandes masas populares existía oposición de intereses de clase, ya que el ejército del estado feudal era el instrumento de una minoría feudal para dominar y someter a la mayoría de la nación, a los campesinos. Así pues, la conformidad en cuanto al interés nacional y a los objetivos de la lucha en las insurrecciones y las guerras nacionales no era perfecta, lo cual constituía una desventaja para la fuerza combativa de nuestro ejército nacional de aquella época.
Las fuerzas armadas actuales de nuestro pueblo son de un tipo nuevo, una organización militar de tipo nuevo, organizada y dirigida por el partido de la clase obrera, y lleva la marca de clase de esta última. Es la organización militar del pueblo, principalmente del pueblo trabajador, y fundamentalmente de los obreros y campesinos, del pueblo de las diferentes nacionalidades y grupos étnicos. El objetivo de su lucha es el objetivo de la revolución, definido por el partido.
Las fuerzas armadas populares comprenden los cuadros y los combatientes procedentes de las clases revolucionarias, en primer lugar y fundamentalmente de las masas obreras y campesinas, y constituye el instrumento de nuestro partido y de nuestro estado de democracia popular, estado socialista, en las insurrecciones armadas y guerras revolucionarias llevadas a cabo bajo la dirección del partido contra los agresores y los traidores a sueldo de aquellos. Entre las fuerzas armadas populares, el ejército de nuestro estado y la totalidad del pueblo, reina no solamente una perfecta conformidad en cuanto a los intereses nacionales y a los objetivos de la lucha nacional sino también una gran conformidad en cuanto a los intereses de clase y a los objetivos de la lucha por la edificación y el desarrollo del nuevo régimen social.
Esta conformidad de objetivos entre las fuerzas armadas y el pueblo en sus tareas tanto externas como internas, así como la conciencia de los intereses nacionales y de clase, el patriotismo, el amor al nuevo régimen social y el internacionalismo proletario, son el origen de la alta combatividad, del heroísmo revolucionario de las fuerzas armadas populares. Por esta razón las fuerzas armadas populares vietnamitas son verdaderamente un arma “fiel al partido y al pueblo, dispuesto a combatir y sacrificarse por la independencia, por la libertad de la patria, por el socialismo, y capaces de cumplir con éxito cualquier misión de superar cualquier dificultad, de vencer a cualquier enemigo”. La fuerza invencible de las fuerzas armadas populares procede, en primer lugar, de la dirección del partido, de la naturaleza revolucionaria de las fuerzas armadas, de los lazos de sangre que unen al ejército y el pueblo. De modo que el robustecimiento de la dirección del partido con respecto al ejército, una buena edificación del partido en el seno del ejército, la intensificación del trabajo político, la edificación del ejército en todos los planos, apoyada en la educación política e ideológica, constituyen la garantía más sólida para elevar el poder combativo.
En cuanto a la forma de organización de las fuerzas, nuestro partido ha aplicado de modo creador las tesis marxistas leninistas acerca de la organización militar del proletariado, a continuado y desarrollado la experiencia adquirida en el pasado en la organización de lasfuerzas armadas nacionales, se ha basado en las condiciones políticas y sociales, así como en la base material y técnica existente, y ha realizado en todas partes y con éxito el armamento del pueblo entero, llevando a cabo el armamento de las masas revolucionarias y la edificación del ejército popular con tres categorías de tropas: las tropas regulares, las tropas regionales y las milicias populares, y luegolas fuerzas populares armadas de seguridad. Las fuerzas armadas populares procedían de las fuerzas políticas de masas, constituidas progresivamente a partir de las fuerzas armadas de masas, que se organizaron gradualmente en ejército del pueblo. La fuerza armada de masas procedía de las pequeñas unidades de autodefensa y de las guerrillas, y se desarrollaron en una fuerza numerosa de gran envergadura, con un nivel de organización cada vez más elevado y un equipo cada vez mejor. A partir de las primeras secciones y compañías, el ejército popular se ha convertido en un ejército poderoso con una organización cada día mayor y un equipo técnico cada día más moderno, pasando rápidamente de un ejército compuesto únicamente de infantería a un ejército regular moderno que comprende diferentes armas y diversos armamentos. Estas fuerzas armadas de masas y el ejército popular coordinan siempre estrechamente su acción en cualquier circunstancia, en la insurrección nacional y en la guerra del pueblo por la liberación así como en la defensa nacional.
El muy amplio carácter de masas de las fuerzas armadas populares es un rasgo sobresaliente. Gracias a la política de “unión de todo el pueblo” que ha movilizado la fuerza de todo el pueblo combatiente para alcanzar los objetivos de la revolución, la participación de nuestro pueblo en el combate es mayor que en cualquier otra época anterior de nuestra historia. Se trata de un desarrollo por saltos del “carácter multitudinario” de la organización militar revolucionaria surgida de las luchas revolucionarias de las que hablaba Engels. Después de la toma del poder y de la instauración del Estado de democracia popular y del Estado socialista dirigido por el partido, lasfuerzas armadas populares se han convertido0 en el instrumento de violencia de nuestro estado para combatir a los enemigos externos e internos, con el fin de salvaguardar el régimen, el poder revolucionario, los intereses del pueblo. El pueblo participa por su propia voluntad en el combate para defender el Estado, el régimen; el Estado puede armar al pueblo en forma verdaderamente amplia y, sobre esta base, edificar un ejército popular poderoso. Como previeron los fundadores de la ciencia militar proletaria, la liberación del proletariado se hace sentir también en el terreno militar, dando vida a fuerzas armadas de un nuevo tipo, unas fuerzas armadas mucho más numerosas que el ejército nacido de la revolución burguesa.
Nuestro partido atribuye siempre gran importancia al problema de la base material y técnica, al problema del armamento y los equipos, porque el hombre y el armamento son los elementos fundamentales del poder combativo de las fuerzas armadas, siendo el primero el determinante. Engels dijo que la acción revolucionaria en la organización militar se debe al invento de armas más perfeccionadas y a los cambios que se operan en el soldado, en la fuerza del hombre en el combate. Las fuerzas armadas populares son una colectividad de hombres en quienes se ha despertado una conciencia revolucionaria y que se sienten animados por una alta combatividad, unidos en un espíritu de disciplina voluntaria y estricta y agrupados en organizaciones de formas apropiadas; hombres que utilizan las armas y los medios de que disponen, y aplican métodos de combate adecuados para vencer al enemigo.
En el transcurso de la insurrección armada y de la guerra revolucionaria, la conciencia revolucionaria del pueblo ha experimentado un sensible cambio cualitativo, se han formado los hombres nuevos de la nación vietnamita, los combatientes vietnamitas de la época nueva; pero la base militar y técnica sigue siendo muy limitada. Nuestro partido ha definido muy bien el lazo dialéctico entre el hombre, el armamento y los métodos de combate, y ha precisado la interacción de estos factores para preconizar la organización militar más adecuada. Con una economía nacional aún atrasada, nuestro partido ha sabido apoyarse en la conciencia revolucionaria del pueblo, en el espíritu revolucionario radical del combatiente, en la alta moral del ejército, en el “carácter multitudinario”, en los métodos de combate variable que ponen en acción todas las armas y todos los medios disponibles, desde las armas y medios rudimentarios o relativamente modernos hasta las armas y medios más modernos que se van añadiendo progresivamente para resistir a enemigos dotados de fusiles automáticos, tanques, cañones, aviación y marina. Gracias a su valentía, a su inteligencia y sus métodos de combate creadores, nuestras fuerzas armadas populares han utilizado y desarrollado la potencia de numerosos tipos de armas y medios, desde los aparatos rudimentarios, palos de bambú, trampas de piedra, garrotes, perchas, manguales, hasta las armas y los medios más o menos modernos y las realizaciones técnicas militares del siglo XX: cañones, tanques, aviones, cohetes, etc., para aniquilar al enemigo.
Con un ejército poco numeroso, pero fuerte, ya que opera en coordinación con las fuerzas armadas de masas y sus fuerzas políticas considerables, nuestro pueblo ha vencido a ejércitos de agresión mucho más numerosos. Con armas y medios de guerra numéricamente inferiores y menos modernos, nuestro pueblo ha vencido a ejércitos de agresión dotados de armas y medios de guerra mucho más modernos.
Sin embargo, siempre hemos pensado que una base material y técnica mediocre es una gran debilidad que es preciso superar. Mientras más moderno es el armamento, más posibilidad tienen las fuerzas armadas revolucionarias de aumentar su poder combativo. Nuestro partido concede siempre una gran importancia al mejoramiento del armamento, a la modernización del ejército. Apoyarnos enlas masas, batirnos con lo que tenemos, combatir al enemigo con lo que tenemos, con las armas capturadas, fabricar armas nosotros mismos cuando las condiciones lo permitan, y al propio tiempo asegurarnos lo más posible la ayuda de los países hermanos del campo socialista, mejorando incesantemente el equipo: así es como resolvemos el problema del equipo de nuestras fuerzas armadas.
Después de la toma del poder por nuestro pueblo, nuestro partido se ha apoyado en el nuevo régimen social progresivamente edificado sobre la economía del país cada vez más desarrollada, y se ha asegurado una gran ayuda internacional para renovar el equipo de nuestras fuerzas armadas populares y crear un nivel técnico cada día más moderno y a escala cada día mayor. Podemos decir que el equipo técnico de nuestras fuerzas armadas refleja la economía y el nivel de desarrollo de las fuerzas de producción, no solo de nuestro país, sino en parte también de los países hermanos del campo socialista. Por esta razón nuestro equipo se ha ido modernizando poco a poco; nuestro ejército popular ha recibido armas y medios modernos, y también nuestras fuerzas armadas de masas han recibido un cierto número de armas y medios relativamente modernos, o modernos pero adaptados a sus necesidades, para elevar incesantemente su fuerza combativa. Las fuerzas armadas de nuestro pueblo han pasado por todo un proceso de desarrollo. Pequeñas, poco numerosas y débiles al comienzo, han llegado a ser grandes, numerosas y fuertes en el transcurso de muchas décadas de lucha llenas de sacrificios, de dificultades y también de victorias gloriosas: desde el movimiento de los soviets de Nghe – Tinh hasta la insurrección general de la revolución de agosto; desde la resistencia contra los colonialistas franceses hasta los años de la edificación pacífica en el norte, hasta la resistencia contra la guerra de destrucción sistemática por parte de la fuerza aérea y naval de Estados Unidos y la resistencia actual contra la agresión norteamericana en las dos zonas de nuestro país. En la larga y encarnizada lucha de nuestro pueblo contra los agresores más feroces y poderosos de nuestra época, nuestro partido ha tenido en cuenta las tareas revolucionarias, las formas de lucha y el adversario concreto de cada una de las etapas, y ha solucionado de forma creadora los problemas del armamento de todo el pueblo, de la edificación del ejército popular y del armamento de las masas revolucionarias, conforme a las condiciones y circunstancias históricas concretas. Las fuerzas armadas de nuestro pueblo han acumulado una rica y valiosa experiencia; en cada una de las etapas, han solucionado exitosamente los problemas clave planteados por el combate, con el fin de edificar y desarrollar su fuerza, crecer constantemente, vencer a cualquier enemigo, realizar gloriosas hazañas y cumplir cualquier misión encomendada por el partido y el pueblo.
En el momento de su fundación, nuestro partido definió, en su programa revolucionario, su punto de vista sobre la revolución, concebida esta siempre como acción violenta; indicó la vía de la lucha armada para conquistar el poder, y precisó la línea a seguir en la edificación de las fuerzas armadas. En el programa político sucinto de febrero de 1930, el presidente Ho Chi Minh preconizó la “organización del ejército de los obreros y campesinos”. Mas tarde, las tesis políticas de octubre de 1930 plantearon también claramente el problema del “armamento de los obreros y los campesinos” y de la “organización de las unidades obrero – campesinas de autodefensa”. Así, desde el comienzo, nuestro partido preconizó el armamento de las masas y la edificación del ejército, e indicó al propio tiempo la orientaciónclasista que se debía dar a la organización de las fuerzas armadas revolucionarias. En cuanto se fundó nuestro partido en todo el país estalló una tempestad revolucionaria cuyo clímax fue el movimiento de los soviets de Nghe – Tinh (1930 – 1931). Por primera vez en nuestro país, las masas obreras y campesinas se sublevaron bajo la dirección del partido, usaron la violencia para sacudir el yugo de los colonialistas, los mandarines y los tiranuelos locales, y fundaron el poder de los soviets, sembrando el pánico en las filas de los colonialistas y feudales.
Los soviets de Nghe – Tinh duraron solo poco tiempo, pero tuvieron una gran significación. Eran los primeros pasos de alcance decisivo sobre todo el proceso ulterior de desarrollo de la revolución de nuestro país. Afirmaron el derecho y la capacidad de dirección de la claseobrera, de la que nuestro partido es la vanguardia. Confirmaron la poderosa fuerza de las masas obreras y campesinas, del bloque de la alianza obrero campesina, dirigido por la clase obrera. Indicaron el camino de la revolución violenta y los métodos de utilización de la violencia revolucionaria de las masas para conquistar el poder. Constituyeron un ensayo general del pueblo vietnamita, bajo la dirección de nuestro partido, para el triunfo de la insurrección general quince años más tarde.
Durante los años treinta, nuestras fuerzas armadas populares eran organizaciones de autodefensa. Eran el germen de las fuerzas armadas de las grandes masas y también el del futuro ejército revolucionario. La autodefensa estaba organizada por los obreros y campesinos, en las ciudades y en el campo, para protegerse en su lucha multiforme contra el enemigo.
Las unidades de autodefensa eran de gran utilidad. Durante una manifestación y una huelga realizada por los obreros de la plantación cauchera de Phu Ring, en febrero de 1930, las fuerzas obreras de autodefensa hicieron resistencia a los soldados, pusieron fuera de combate al sargento francés, obligaron al adversario a retirarse y protegieron su manifestación. La conferencia celebrada en Nha Be a fines de 1930, a causa de la cual abandonaron su trabajo de 700 a 800 obreros, tuvo éxito porque “las fuerzas obreras de autodefensa de Nha Be hirieron en la cabeza a un policía y le quitaron el arma, lo que lo obligó a soltar al conferencista. La multitud no se dispersó hasta que no hubo terminado la charla”. En el movimiento de los soviets de Nghe – Tinh, obreros y campesinos armados con bastones, hoces y picas, se sublevaron para castigar a los tiranuelos locales, destruir las oficinas del mandarín y la presión del distrito, sitiar al cuartel y fundar el poder… muchas fábricas y aldeas fueron brigadas obrero campesinas de autodefensa, cuyos miembros eran escogidos entre la elite de las asociaciones obreras, las asociaciones campesinas o la unión de jóvenes comunistas. El mitin celebrado el 18 de septiembre de 1930 en Thanh Chuong (Provincia de Nghe An) por más de veinte mil personas, para celebrar la victoria, se desarrolló bajo la protección de más de mil miembros de las fuerzas de autodefensa.
Nuestro partido combatió las concepciones y las acciones erróneas referentes a la organización de la autodefensa. Algunos condenaban su formación, pues la encontraban arriesgada. En algunos lugares solo se la organizó provisionalmente o, si estaba organizada, no iba acompañada del trabajo de explicación y agitación entre las masas y no se realizaba el entrenamiento militar, etc.
En lo que concierne al armamento de las masas, el partido indicaba que “cuando las condiciones estén maduras, será absolutamente necesario desencadenar un combate sangriento de los obreros y los campesinos, quienes aprenderán, bajo la dirección del partido, una acción armada para conquistar el poder… si no se prepara a tiempo al armamento de las masas, no se podría llevar a la victoria la revolución… a la vez que se realiza el entrenamiento militar y se prepara el armamento de las masas, es preciso oponerse enérgicamente a la acción violenta prematura, a las tendencias que solo incitan a fabricar armas y descuidan el trabajo diario entre lasmasas laboriosas”…
En cuanto a las formas de organización, el partido indicó: “las brigadas obreras y campesinas de autodefensa difieren de los destacamentos guerrilleros y no constituyen tampoco el ejército rojo. No se puede organizar el ejército rojo y los destacamentos guerrilleros en cualquier momento, cuando se quiera, mientras que las brigadas de autodefensa pueden y deben organizarse sin demora en cuanto exista agitación revolucionaria, y cualquiera que sea su fuerza… no debe quedar ninguna fábrica, ninguna aldea donde existan bases del partido, de la unión de jóvenes comunistas y asociaciones de masas revolucionarias, sin su organización de autodefensa. Hay que organizar a la vez brigadas de autodefensa permanentes y numerosas fuerzas de autodefensa entre las masas
En relación con la dirección del partido y la naturaleza clasista, el partido ha dicho: “las brigadas de autodefensa, de los obreros y de los campesinos revolucionarios están sometidas a la dirección centralizada del comité militar central del partido… es necesario asegurar constantemente el carácter revolucionario de la brigada de autodefensa… asegurar la dirección estricta del partido en la organización de autodefensa permanente… para ello es preciso hacer participar en la autodefensa y en su mando a los miembros más resueltos del partido y de la unión de jóvenes comunistas. El jefe de la brigada y el delegado del partido deben cooperar entre ellos para asegurar el mando. Para las actividades diarias, la brigada está subordinada al escalón del partido correspondiente. Para sus actividades militares en general, obedece a los responsables del escalón superior de la autodefensa y al comité militar del partido del escalón correspondiente.
Se puede decir que las ideas expuestas anteriormente son las primeras ideas del partido, pero las fundamentales, acerca de la edificación de las fuerzas armadas revolucionarias de nuestro pueblo. Estas ideas, unidas a la práctica del movimiento de los soviets de Nghe – Tinh confirman que nuestro partido y nuestro pueblo aplicaron muy pronto y en forma creadora las ideas del marxismo leninismo acerca de la violencia revolucionaria, el armamento de las masas revolucionarias y la edificación del movimiento obrero campesino, enlas condiciones concretas de nuestro país.
En los años de 1936 y 1939, ante el peligro de una activa preparación de la guerra mundial por parte de los fascistas alemanes, italianos y japoneses, nuestro partido modificó la orientación de la lucha. Dejó temporalmente de lado las consignas “derrocar a los imperialistas franceses” y “apropiarse de las tierras de los latifundistas para dividirlas entre los campesinos”, e impulsó la fundación del frente democrático indochino, apuntando así sus armas contra los reaccionarios coloniales, los reyes y mandarines feudalistas. Reclamó, además, las libertades democráticas, el mejoramiento del nivel de vida, la lucha contra los fascistas agresores y la salvaguardia de la paz mundial. Modificó también las formas de lucha, pasando la lucha clandestina a la lucha abierta combinada conlas actividades clandestinas, combinando hábilmente las formas legales y semilegales con las ilegales. Pudo así dar vida a un movimiento de una amplitud y un ímpetu sin precedentes, tanto en las ciudades como en el campo, despertar políticamente a millones de hombres, elevar la conciencia de clase de las masas obrero campesinas e inculcar el patriotismo en los compatriotas de todo el país. Esta era una situación insólita en las condiciones de un país colonizado. Después del movimiento de los soviets de Nghe – Tinh (1930 – 1931), la edificación de las fuerzas políticas y el desencadenamiento de la lucha política en el período del frente democrático (1936 – 1939) constituyeron un nuevo paso fundamental en la preparación para los combates decisivos tanto de las fuerzas políticas como de las fuerzas armadas, tanto de la lucha política como de la lucha armada de nuestro pueblo en el período revolucionario subsiguiente, el período de preparación para la insurrección armada y de la insurrección general para la conquista del poder.
Estalló la segunda guerra mundial. Mientras en Europa los imperialistas franceses se rendían a los fascistas alemanes, y en Asia ofrecían Indochina a los militares japoneses, nuestro pueblo se sublevó heroicamente contra ambos fascismos: el japonés y el francés. Tres insurrecciones, las de Bac Son, Nam Ky y Do Luong, marcaron el inicio de un nuevo período de lucha revolucionaria en nuestro país.
En su sexta conferencia, en 1939, y luego en la séptima, en 1940, el comité central definió una nueva orientación para la dirección estratégica, subrayando que la liberación nacional era la que tenía prioridad, mientras que la consigna de la revolución agraria quedaba aplazada, para poder concentrar las fuerzas contra el imperialismo y sus lacayos. En la primavera de 1941, la octava conferencia del Comité Central del partido, presidida por Ho Chi Minh, dio una nueva orientación. Precisando que la revolución era en lo inmediato una revolución de liberación nacional, preconizada la creación del frente Viet Minh (liga por la independencia de Vietnam), que englobaba lasasociaciones de salvación nacional de las diferentes capas sociales. La conferencia adoptó, además, la resolución de edificar y desarrollar las fuerzas armadas revolucionarias, organizar brigadas de autodefensa, pequeños grupos de guerrilleros de la salvación nacional, destacamentos permanente de guerrilleros, crear bases de la revolución, dar un fuerte impulso a las actividades en todos los sentidos, pasar progresivamente de la lucha política a la lucha armada, unir estrechamente estas formas de lucha y preparar activamente la insurrección armada por la conquista del poder.
El movimiento revolucionario estaba en plena actividad en todo el país. El frente Viet Minh, el ejército político de la revolución, se desarrollaba muy rápidamente y con gran vigor, primero en el campo, y para llegar luego a las ciudades, pese al terror implantado por los fascistas franceses y japoneses. Las fuerzas armadas de las masas también se desarrollaron rápidamente, basándose en lasfuerzas políticas de las masas, sobre todo después del llamado del comité central del partido, de conseguir las armas y expulsar al enemigo común.
Se crearon numerosos destacamentos de guerrilleros. Surgido en el transcurso de la insurrección de Bac Son, el destacamento de Bac Son se había mantenido y desarrollado hasta convertirse, a fines de 1940 en el ejército de salvación nacional, con la creación del destacamento de propaganda armada por la liberación de Vietnam en diciembre de 1944, se mencionó en las directivas del presidente Ho Chi Minh la decisión de nuestro partido concerniente a la resistencia nacional, el armamento de todo el pueblo, la edificación del ejército y las fuerzas armadas regionales: “como nuestra resistencia es una resistencia de todo el pueblo, es necesario movilizar a todo el pueblo, armar a todo el pueblo. Por consiguiente y cuando reunimos nuestras fuerzas para construir las primeras tropas, es preciso mantener las fuerzas regionales para coordinar la acción, y ayudarlas en todos los sentidos…”.
Como nuestro partido había previsto, el 9 de marzo de 1945 los japoneses derrocaron a los franceses en Indochina. Un impetuoso movimiento de resistencia contra los japoneses, por la salvación nacional, se desencadenó en todas las direcciones como premisa a la insurrección general. La revolución se desarrolló con insurrecciones y guerrillas locales que tenían lugar en varias regiones. Las fuerzas armadas se unificaron para convertirse en el ejército de liberación. Las organizaciones de autodefensa y de autodefensa de choque se desarrollaron en todas partes. La zona liberada, que comprendía 6 provincias del Viet Bac, vio la luz y se convirtió en la base esencial de la revolución en todo el país, y el embrión de la futura república democrática de Vietnam.
Así tomó forma el ejército revolucionario, junto con las numerosas fuerzas armadas de las masas organizadas a partir de lasorganizaciones de salvación nacional. Por primera vez en nuestro país, habían surgido fuerzas armadas revolucionarias, un ejército de nuevo tipo, que pertenecía verdaderamente al pueblo, organizado y dirigido por nuestro partido.
La segunda guerra mundial llegaba a su fin. Los fascistas alemanes e italianos se habían rendido. Para los fascistas japoneses también se acercaba la hora de la rendición. La segunda conferencia nacional del partido, celebrada el 13 de agosto de 1945 en Tan Trao, decidió desencadenar la insurrección general estalló; su historia en la capital, Hanoi, el 19 de agosto de 1945, tuvo un efecto decisivo sobre la situación revolucionaria en todo el país. La insurrección se extendió rápidamente a las provincias desde el Bac Bo hasta el Trung Bo y el Nam Bo, desde las ciudades hasta el campo. La insurrección general de agosto de 1945 había triunfado. En pocos días, el viejo régimen colonial de casi 100 años y el régimen feudal milenario fueron derrocados. El 2 de septiembre de 1945, el presidente Ho Chi Minh leía en Hanoi la declaración de independencia; nacía la república democrática de Vietnam; se abría una era nueva en la historia del pueblo vietnamita.
La insurrección general de agosto de 1945 fue una insurrección de todo el pueblo, dirigido por el partido de la clase obrera. Respondiendo al llamado del partido, nuestro pueblo se sublevó en su totalidad, tanto en las ciudades como en el campo, combinando estrechamente las fuerzas políticas y las fuerzas armadas, y conquistó el poder con la insurrección armada. La victoria de la revolución de agosto se debió fundamentalmente al hecho de que las fuerzas políticas del pueblo supieron aprovechar la oportunidad más favorable para desatar la insurrección y tomar el poder. Pero, si nuestro partido no hubiese edificado previamente las fuerzas armadas, sino hubiese establecido amplias bases que sirvieran de apoyo a las fuerzas y al movimiento de lucha política; y si, en las condiciones que habían ido madurándose, no hubiese dado la señal de la insurrección armada, la revolución no hubiera podido triunfar con tanta rapidez.
El inmenso ejército político de la revolución englobaba a millones de compatriotas; con sus fuerzas armadas bien organizadas, constituyó la fuerza fundamental que aseguró el triunfo de la insurrección. En la acción de las masas que se sublevaron con las armas en la mano, que atacaron directamente al poder enemigo para derribarlo, es muy difícil distinguir claramente las fuerzas políticas de lasinmensas fuerzas armadas de las masas. Se puede decir que las fuerzas armadas de nuestro pueblo, en el momento de la insurrección general de agosto, se componían por una parte, de las unidades del ejército de liberación y, por la otra, de las fuerzas de autodefensa, de una multitud de pequeños grupos de guerrilleros que comprendían a decenas de miles de personas, organizadas sobre la base de las asociaciones de salvación nacional. Debemos tener en cuenta, además, a las grandes masas que se alzaron en el momento oportuno y se armaron con lo que tenían a su alcance: bastones, martillos, hoces, picos, machetes, etc. Para construir el poder. En esta ofensiva tempestuosa de todo nuestro pueblo en la totalidad de nuestro territorio, las fuerzas armadas de las masas se multiplicaron por saltos, con efectivos considerables, con un impulso irresistible y una fuerza ofensiva muy grande. En estas condiciones, nuestro ejército de liberación, que solo contaba con algunos millares de hombres, adquirió un gran prestigio y una sólida posición, un poder combativo muy grande, así como la capacidad de aplastar la moral del enemigo, estimulando enérgicamente la sublevación de las masas revolucionarias.
La experiencia de la revolución de agosto demuestra que, en un país colonizado, donde no existía ni la sombra de un derecho democrático y donde las armas estaban prohibidas, hubiera sido difícil organizar desde el comienzo un ejército revolucionario de gran envergadura para vencer al ejército de los dominadores, bien organizado y bien equipado. Pero, una vez definido el objetivo político de la insurrección, para llevar la sublevación de todo el pueblo a la victoria fue preciso disponer de una poderosa fuerza política, de un numeroso ejército político y, sobre esta base, disponer de las fuerzas armadas de las masas ampliamente organizadas, de un ejército revolucionario de cierto nivel.
El gran ejército político de las masas y sus fuerzas armadas ampliamente organizadas fueron las fuerzas fundamentales que permitieron alcanzar la victoria en la insurrección, porque nuestro partido se había dedicado a edificarla y entrenarlas durante todo el proceso de dirección de la revolución, y supo prever y aprovechar a tiempo la ocasión favorable para la insurrección. “Descargar el golpe decisivo, comenzar la insurrección, cuando la crisis ha llegado ya a su punto culminante, cuando la vanguardia está dispuesta a luchar hasta el fin, cuando la reserva está dispuesta a apoyar a la vanguardia y el desconcierto en las filas del enemigo ha alcanzado ya su grado máximo”. En estas condiciones frente a la fuerza ofensiva del pueblo, los dominadores perdieron la voluntad y la posibilidad de utilizar sus tropas para combatir la insurrección.
Aprovechar la ocasión favorable es una de las cuestiones cruciales del arte insurreccional. En la insurrección general de agosto, nuestro partido hizo previsiones acertadas y supo aprovechar la ocasión favorable, supo llevar adelante los preparativos y desencadenar en el momento oportuno la insurrección. Después de la capitulación de los fascistas japoneses, su ejército en Indochina quedó desmoralizado; en su mayoría, los militares japoneses en Indochina ya no tenían ánimo para utilizar sus tropas en el combate contra la insurrección.
Fue precisamente en esta coyuntura que el ejército político y sus grandes fuerzas armadas se sublevaron, pusieron en acción todo su poder decisivo, derribaron el poder enemigo y se apoderaron del poder para el pueblo.
Sin embargo, fue necesario disponer de un ejército revolucionario, organizado hasta cierto nivel, que sirviera como fuerza de choque para atacar y aniquilar a una parte del ejército y de la administración enemiga, para paralizar y desintegrar las fuerzas enemigas en los puntos en que estas combatían la insurrección; solo así se puede exhortar a las masas a seguir adelante, creando buenas condiciones para llevar la insurrección a la victoria. La revolución de agosto demuestra que, en el transcurso de las insurrecciones parciales y de lasguerrillas locales que llevarían a la insurrección general, se habían verificado numerosos combates armados entre el ejército revolucionario y el ejército reaccionario. Combates de este tipo se habían producido incluso durante la insurrección general, en algunas localidades, mientras las fuerzas de las masas se sumaban a la insurrección. Así, las fuerzas fundamentales de la insurrección fueronlas inmensas fuerzas políticas de las masas armadas. Pero el apoyo del ejército revolucionario permitió alentarlas activamente, favoreciendo el triunfo de la insurrección. El apoyo del ejército de liberación, aún cuando este era poco numeroso, constituyó una experiencia positiva. Un punto básico de la revolución de agosto.
Para asegurar la victoria de la insurrección es preciso, además, llevar a cabo una labor de agitación entre las tropas enemigas paraconquistarlasparalizarlas, desintegrar sus filas, para que pierdan la voluntad de combatir, para que permanezcan pasivas, vacilantes, para que no intervengan y no combatan contra las masas insurrectas, o bien para que se alíen a ellas.
Lenin dijo “solo el empuje combinado de las masas obreras, de los campesinos y de la parte mejor del ejército puede crear lascondiciones para una insurrección victoriosa, es decir, oportuna”.
De modo que el trabajo de agitación entre las tropas enemigas, para cumplir la consigna de “unión entre los obreros, los campesinos y los militares” adquiere en las insurrecciones una importancia estratégica.
No sucede lo mismo en la confrontación entre dos ejércitos; aquí es importante también la agitación entre los soldados enemigos, pero lo esencial es aniquilarlos, vencer al ejército adversario.
“una victoria efectiva de la insurrección sobre las tropas [enemigas]… una victoria como en el combate entre dos ejércitos, es una de lasmayores rarezas… en todos los casos se alcanzó la victoria porque no respondieron las tropas, porque al mando le faltó decisión o porque se encontró con las manos atadas”.
Esta labor de agitación la realizan fundamentalmente las fuerzas políticas, con el apoyo, en cierta medida, de las unidades del ejército revolucionario. De hecho, en la revolución de agosto, las masas se apoyaron en sus propias fuerzas aplastantes, pero también realizaron un trabajo de agitación y de persuasión entre las tropas enemigas que les permitió paralizar a casi todas las fuerzas japonesas y a los soldados vietnamitas en sus filas, y volverlos pasivos y vacilantes en su combate contra las fuerzas insurreccionales; en algunos lugares, los soldados vietnamitas de las filas enemigas se pasaron al lado de la revolución.
La labor de agitación debe realizarse; pero si las fuerzas de la dominación tienen aún la posibilidad y la voluntad de utilizar sus ejércitos para combatir la insurrección, entonces es preciso desarrollar decididamente la posición ofensiva de la revolución, intensificar la lucha armada, ampliar y reforzar el ejército revolucionario para vencer al ejército reaccionario, transformar la insurrección armada en guerra revolucionaria.
En resumen, en la revolución de agosto nuestro partido supo conducir a nuestro pueblo a adueñarse del poder en todo el país gracias a su correcta orientación política en la organización de las fuerzas, desencadenando la insurrección de todo el pueblo en el momento oportuno y poniendo en acción el poderoso potencial del numeroso ejército político de las masas de las fuerzas armadas largamente organizadas.
La revolución de agosto fue el primer triunfo del marxismo leninismo de un país colonial y semifeudal. Demostró que en la actual coyuntura internacional favorable, un pequeño pueblo, oprimido y dominado, está perfectamente en condiciones de sublevarse y conquistar el poder a través de una insurrección armada, para sacudir el yugo de los imperialistas coloniales, que disponen de un enorme aparato de dominación y de un ejército profesional equipado con las armas más modernas.
El poder conquistado en todo el país se acababa de consolidar, cuando los colonialistas franceses desencadenaron una guerra de conquista.
“¡Antes sacrificarlo todo que perder a la patria, que caer de nuevo en la esclavitud!” nuestro pueblo, respondiendo al llamado del presidente Ho Chi Minh, se alzó con un impulso irresistible para resistir al agresor y salvaguardar la independencia de la patria y el poder popular recién instaurado. La insurrección popular de la revolución de agosto se convirtió en una guerra de todo el pueblo, una guerra de liberación que era a la vez una guerra por la defensa de la patria.
La resistencia contra los colonialistas franceses fue una resistencia “de todo el pueblo, en todos los planos, a largo plazo, y apoyada en nuestras propias fuerzas”.
La resistencia se inició en el Nam Bo. La población del Nam Bo y sus fuerzas armadas, dando prueba de un valor sin par, enfrentaron con armas rudimentarias y lanzas de bambú a las tropas francesas dotadas de cañones, tanques y aviones y respaldadas por lastropas inglesas y japonesas.
El 19 de diciembre de 1946, la resistencia se extendió a todo el país. Nuestras fuerzas armadas populares, mal equipadas y sin experiencia, pero animadas de valor y de un alto espíritu de sacrificio y de concierto con la población de las ciudades libraron un combate desigual pero glorioso para contener al enemigo, hostigarlo e inflingirle pérdidas considerables. Luego la resistencia se desplazó, poco a poco, de las ciudades al campo. Tratábamos activamente de atacar al enemigo sin dejar de preservar nuestras fuerzas, con vista de una larga resistencia. Donde quiera que el enemigo pusiera los pies se encontraba frente a las milicias de la guerrilla. Estas últimas, en coordinación con la población, destruyeron caminos y puentes, hicieron el vacío ante el avance del enemigo, lo hostigaron, lo cansaron…
A fines de 1947, los franceses lanzaron una gran operación con el Viet Bac, tratando de aniquilar a nuestras fuerzas regulares, así como a los órganos dirigentes de la resistencia, y tratando de asestar un rudo golpe a la base nacional de la resistencia y determinar rápidamente la guerra. Gracias a la acción de las tropas regulares y a las múltiples escaramuzas de las tropas regionales y las milicias de guerrillas a lo largo de la línea de avanzada del enemigo, la población del Viet Bac y sus fuerzas armadas, en coordinación con los demás teatros de operaciones del país, lograron rechazar en lo esencial la ofensiva.
La balanza de la guerra comenzó a inclinarse a nuestro favor. De una guerra relámpago, el enemigo se vio obligado a pasar a una guerra prolongada, a replegarse hacia sus retaguardias en el norte, en el centro y en el sur, para consolidarlas, tratando de alimentar la guerra con la guerra y de hacer combatir a los vietnamitas contra los vietnamitas. Decidimos entonces penetrar profundamente en esas retaguardias, para librar allí una guerra de guerrillas vigorosa y generalizada. Al dispersar una parte de las tropas regulares en compañías independientes y batallones agrupados, logramos dar un fuerte impulso al desarrollo de las milicias de guerrilla y a lastropas regionales en las retaguardias enemigas. Al propio tiempo, creamos unidades móviles para impulsar progresivamente la guerra de movimientos. Las fuerzas armadas populares comprendían tres categorías de tropas.
La victoria en la batalla de la frontera, en el otoño – invierno de 1950, marcó el rápido crecimiento de las tres categorías de tropas, y delas tropas regulares en primer lugar con una organización de mayor envergadura y un equipo y un armamento mejorados, nuestro ejército desencadenó por primera vez una gran ofensiva, gracias a la cual aniquiló a una parte importante de las fuerzas móviles del enemigo, rompió su dispositivo de defensa en la frontera y libero un basto territorio. La guerra del pueblo se desarrollo y paso de la guerrilla a la guerra regular. Después de la proclamación de la republica Popular China, la victoria de la batalla de la frontera puso fin al cerco de la revolución vietnamita por el imperialismo; se había abierto una vía de comunicación entre nuestro país y los países socialistas.
El segundo congreso del partido, celebrado a comienzos de 1951, adoptó decisiones sobre varios problemas fundamentales de la revolución vietnamita y la resistencia prolongada. Las justas directivas del partido que siguieron, sobre todo la reforma agraria, movilizaron a grandes masas de campesinos trabajadores que se pusieron en pie con un nuevo impulso revolucionario, para derribar a imperialistas y feudales. Fue posible así movilizar las fuerzas humanas y materiales a favor de la resistencia y la edificación de lasfuerzas armadas. La guerra del pueblo adquirió de este modo nuevas fuerzas que le permitieron dar cuenta de los agresores franceses, a pesar de que estos últimos recibieron, después de 1950, una ayuda importante del imperialismo norteamericano.
Nuestras tropas regulares desencadenaron sucesivas ofensivas y contraofensivas de gran envergadura, sobre todo en el Bac Bo, principal teatro de operaciones. La guerrilla también adquirió un impulso vigoroso y generalizado. En las retaguardias enemigas, la población – con las milicias de guerrilla y las tropas regionales como sostén- combinó la lucha política con la lucha armada, emprendió numerosas sublevaciones armadas que permitieron liquidar a los consejos de autoridades colaboracionistas y a los traidores, arrasarlas bases para poder edificar el poder popular y transformar las retaguardias enemigas en nuestro propio frente. La guerra de guerrillasrecibió un nuevo impulso, combinada con la guerra regular sobre todo durante las grandes campañas. Mientras el movimiento revolucionario se reforzaba en las zonas rurales, la lucha de la población en las ciudades adquiría nuevo vigor.
A fines de 1953 y principios de 1954, la gran contraofensiva estratégica se desarrolló a escala nacional, en las direcciones estratégicas importantes. Se reforzaron la guerra regular y la guerra de guerrillas, estrechamente combinadas. Nuestras fuerzas armadas y nuestro pueblo lograron grandes victorias en todos los teatros de operaciones. En particular en Dien Bien Phu, aniquilamos una parte muy importante de las aguerridas fuerzas móviles estratégicas del adversario en Indochina. La clamorosa victoria de la histórica batalla de Dien Bien Phu, de gran alcance estratégico, junto con los triunfos en los demás teatros de la guerra, asestaron un golpe decisivo a la voluntad de agresión del enemigo, transformaron la fisonomía de la guerra e hicieron triunfar la resistencia.
La revolución de agosto y la resistencia antifrancesa permitieron comprobar en la práctica que, en lo que se refiere a las fuerzas impulsoras de la insurrección y la guerra revolucionaria, si en la insurrección de agosto la fuerza esencial descansaba en el ejército político de las masas y en sus amplias fuerzas armadas, en la guerra popular contra los imperialistas franceses, en cambio, descansaban en las fuerzas armadas populares, apoyadas por las fuerzas políticas del bloque de la gran unión nacional y en coordinación con ellas. Porque la insurrección es, en general, la sublevación de las masas, mientras que la guerra es, generalmente, el enfrentamiento entre dos ejércitos. Evidentemente, la guerra popular también conlleva sublevaciones de las masas, y en una insurrección de todo el pueblo se verifican choques entre los ejércitos de ambos lados.
En la resistencia antifrancesa, nuestro pueblo supo combinar las fuerzas armadas con las fuerzas políticas, teniendo estas últimas como base. Las tres categorías de fuerzas armadas constituyeron el núcleo de la resistencia: la lucha armada se combinaba con la lucha política, y el combate con la sublevación, de modo que la forma de lucha fundamental era la lucha armada.
Nuestro partido se había preocupado por edificar las fuerzas armadas populares basándose en las fuerzas políticas del pueblo y partiendo de la alianza de los obreros y los campesinos bajo la dirección de la clase obrera, nuestras fuerzas armadas, surgidas durante el período preinsurreccional, realizaron un salto hacia delante en el transcurso del primer año del poder popular, y luego se forjaron y crecieron rápidamente durante la larga resistencia. El ejército de liberación se convirtió en el ejército popular de Vietnam, el ejército regular de nuestro estado. Las formaciones de autodefensa y de guerrillas se desarrollaron sin cesar. Las tres categorías de lasfuerzas armadas populares: tropas regulares, tropas regionales y milicias de guerrilla aumentaban cada día más.
Las fuerzas regulares, que eran las fundamentales, operaban en los teatros de guerra más importantes del país. Tenían la misión de destruir las fuerzas regulares del enemigo, sobretodo sus fuerzas móviles y estratégicas, asestarles golpes severos, liberar el territorio y unir sus esfuerzos a los de la guerrilla para modificar el perfil de la guerra. Los suyos fueron golpes de alcance estratégico para quebrantar la voluntad de agresión del enemigo y hacer triunfar la resistencia. Las fuerzas regulares y la guerra regular crearon, además, las condiciones para desarrollar la guerrilla y acelerar la lucha política y las sublevaciones armadas de las masas, así como la labor de agitación y persuasión entre las tropas y funcionarios enemigos.
En la resistencia antifrancesa, nuestras fuerzas regulares, que al comienzo comprendían pequeños destacamentos, evolucionaron hasta convertirse en fuerzas móviles estratégicas que abarcaban a grupos aguerridos, cada vez mejor equipados y entrenados con un espíritu combativo muy elevado y una gran fuerza de combate, capaces de aniquilar a varios batallones y regimientos enemigos en una sola batalla. Nuestros grupos móviles entraron en acción por primera vez en la batalla de la frontera sinovietnamita (1950), y luego participaron en otras: la de Hoa Binh, la del noroeste, etc. Cooperaron estrechamente con las fuerzas armadas regionales, y las tres categorías de tropas desempeñaron así un gran papel y contribuyeron al avance de la resistencia. La batalla de Dien Bien Phu marcó un hito en el desarrollo de las fuerzas móviles estratégicas. Mientras nuestras fuerzas armadas y nuestro pueblo lograban grandes victorias en lugares importantes, nuestros grupos móviles aguerridos, reforzados por unidades técnicas y sostenidos por todo el pueblo, aniquilaron en Dien Bien Phu el más poderoso campo fortificado del enemigo en Indochina.
Las fuerzas regionales, estructuradas para adaptarse a las condiciones y tareas concretas en cada uno de los teatros de operaciones, constituían el núcleo de la lucha armada local. Distribuidas en fuertes unidades, operaban tanto agrupadas como dispersas, en estrecha coordinación con las milicias populares y las fuerzas regulares, para aniquilar al enemigo, o para mantener y desarrollar la guerrilla, actuar en coordinación de la lucha política y la sublevación de las masas y hacer fracasar las maniobras enemigas de concentración y reclutamiento de la población, protegiendo a esta última al poder revolucionario y a los recursos de la resistencia en hombres y bienes.
Surgidas de las secciones de propaganda armada de las compañías independientes, de los batallones agrupados durante los primeros años de la resistencia, las fuerzas regionales de provincia y de distrito no cesaron de desarrollarse: su armamento y su equipo mejoraban cada día más, fundamentalmente gracias al botín ocupado al enemigo. Con mucha frecuencia, las tropas regionales aniquilaban al enemigo por secciones y por compañías, y hacia el final de la resistencia lograron incluso destruir batallones adversarios.
Las milicias de guerrilla, fuerzas armadas ampliamente organizadas de la población se dedicaban a la guerrilla de concierto con lasfuerzas regionales, cooperaban con las fuerzas políticas de masa en la eliminación de las autoridades fantoches y los traidores, y emprendían sublevaciones para conquistar el poder. Los guerrilleros no abandonaban la producción, utilizaban cualquier arma, atacaban a tiempo al enemigo; sus formas de combate, muy variadas, eran de su propia invención: cansaban y destruían al enemigo enlas aldeas o en los caminos, donde quiera que se presentara, incluso en la retaguardia. Las milicias locales y la guerrilla constituían el fundamento de la edificación del ejército popular y del desarrollo de la guerra regular.
Las milicias de guerrilla evolucionaron vigorosamente, tanto en relación con sus efectivos como en cuanto a su capacidad combativa. Apoyándose en las aldeas de resistencia, que eran cada vez más numerosas, manejaban con habilidad armas rudimentarias que perfeccionaron progresivamente, y aniquilaban al enemigo por grupos, por secciones y, hacia el final de la resistencia, incluso por compañías enteras. En unión de las fuerzas regionales, desempeñaron un papel cada vez más importante en la edificación del mantenimiento y la ampliación de las zonas y las bases de guerrilla, así como en la protección de la zona liberada, haciendo fracasarlas operaciones de limpieza y de requisamiento del enemigo y dando un fuerte impulso a la guerra del pueblo. El papel y la eficacia delas milicias de guerrilla y de las tropas regionales fueron muy grandes durante toda la larga resistencia, sobre todo en los períodos cruciales cuando el partido desencadenó la guerra de guerrillas en la retaguardia del enemigo en 1948 a 1949, o cuando la impulsó enérgicamente en las batallas de Hoa Binh, Dien Bien Phu, etc.
El desarrollo de las fuerzas armadas populares en tres categorías de tropas: las regulares y las regionales – que formaban el ejército popular-, y las milicias de guerrilla –que constituían las fuerzas armadas de masas-, traduce el carácter ampliamente popular de nuestra organización militar en la guerra del pueblo contra la agresión de los colonialistas franceses.
Las relaciones, desde el punto de vista de la organización, entre las tropas regulares, las regionales y las milicias de guerrilla en el curso del desarrollo de las fuerzas armadas revolucionarias, así como en la coordinación de la acción entre las tres categorías de tropas, entre el ejército del pueblo y las fuerzas armadas de masas, están estrechamente ligadas a la evolución de la resistencia desde la guerrilla hasta la guerra regular, así como a la estrecha coordinación entre la guerra regular y la guerrilla.
La experiencia de la resistencia antifrancesa demuestra que la coordinación de la acción entre las tropas regulares, las regionales y lasmilicias de guerrilla, entre la guerra regular y la guerra de guerrillas, constituye una gran ventaja de la guerra popular para movilizar al pueblo, poner en acción la fuerza de una guerra justa, una guerra de liberación que se desarrolla en nuestro propio suelo. Esta coordinación impidió que los ejércitos profesionales de agresión pese a sus grandes efectivos y su moderno equipo, pudieran realizar una guerra convencional que les hubiera permitido poner en juego todas sus fuerzas. Los ejércitos agresores tienen que enfrentarse no solamente con el ejército revolucionario, sino también con todo un pueblo que lleva resueltamente una resistencia en todos los planos. Sus tropas se hunden el océano de la guerra del pueblo, en una guerra sin frente ni retaguardia, en la que el frente se encuentra en todas partes y en ninguna. Las contradicciones inherentes a todas las guerras de agresión, entre la dispersión y la concentración, entre la ocupación del terreno y la movilidad, se van agudizando. Las tropas agresoras, numerosas y dotadas de equipos modernos, resultan inoperantes. No solamente no han podido destruir las fuerzas armadas del pueblo, sino que se han visto rodeadas, cansadas, luego aniquiladas y al final vencidas.
Así con un ejército del pueblo cuyos efectivos eran mínimos en comparación con los del enemigo, y en coordinación con las amplias fuerzas armadas de las masas, nuestro pueblo sostuvo una resistencia de todo el pueblo, en todos los planos, aliando estrechamente la guerrilla a la guerra popular, y venció al ejército agresor de los imperialistas franceses, de casi medio millón de hombres dotados de medios modernos.
Esta primera victoria de la guerra de liberación nacional en un país colonizado demuestra que, en la época actual, una pequeña nación, con un territorio nacional pequeño, una población poco numerosa y una economía subdesarrollada, está perfectamente en condiciones de derrotar la guerra de agresión colonialista de viejo tipo de los imperialistas, a través de la guerra revolucionaria.
Ya totalmente liberado y con las estructuras completas de un estado independiente, Vietnam del norte ha pasado a la revolución socialista y a la edificación del socialismo en la paz, mientras nuestro pueblo sigue luchando por completar la revolución nacional y establecer la democracia popular en todo el país, ya que el sur está aún bajo el yugo del imperialismo norteamericano y sus lacayos.
Después de realizar la reforma agraria y la restauración de la economía nacional, el pueblo del norte se ha dedicado a lastransformaciones y a la edificación socialista, la revolución más profunda y más radical de nuestra historia. Con la realización, en lo esencial de las transformaciones socialistas, se ha abolido la explotación del hombre por el hombre, se han instaurado nuevas relaciones de producción, se ha establecido la propiedad socialista del pueblo trabajador sobre los medios de producción y se han edificado progresivamente las bases materiales y técnicas del socialismo. La unidad política y moral del pueblo está más que consolidada. El amor a la patria y al socialismo, la conciencia de ser dueño colectivo del hombre nuevo, socialista, se elevan sin cesar. Por otra parte, nuestro pueblo obtiene la ayuda, cada día más importante de los países hermanos del campo socialista, tanto para la edificación como para el combate.
El nuevo desarrollo de las fuerzas armadas populares se sitúa, pues, dentro de este marco del desarrollo histórico de la sociedad del norte. Es la organización militar con vista a la defensa nacional por parte de todo el pueblo de un estado independiente que edifica el socialismo en la paz; su función es la de servir de instrumento al estado de dictadura del proletariado, defender el norte socialista y cumplir su misión hacia la revolución en todo el país, manteniéndose listo para hacer fracasar en todo momento, cualquier maniobra del imperialismo norteamericano.
Edificar el ejército, consolidar la defensa nacional en la paz y en las condiciones del régimen socialista, es este un problema nuevo para nuestro partido y nuestro pueblo. En el pasado, durante muchos siglos, nuestro pueblo ya había adquirido la experiencia de la edificación del ejército y la consolidación de la defensa nacional de una nación independiente en la paz; pero las condiciones deaquellas épocas eran las del régimen feudal. Después del surgimiento de nuestro partido, nuestro pueblo luchó sin descanso durante décadas; acumulamos una experiencia de un valor inestimable en la edificación de las fuerzas armadas con vista a la insurrección por la conquista del poder, cuando todavía nuestro país se encontraba bajo el yugo de los imperialistas y los feudales, y más tarde con vista a una larga guerra de liberación sobre la base de un régimen de democracia popular cada día más sólido.
Hoy nuestro partido y nuestro pueblo han resuelto con éxito un problema nuevo.
En tiempos de paz, la tarea principal de nuestro pueblo es la de concentrar todas sus fuerzas para edificar el país y la economía socialista. Por consiguiente, un problema fundamental es el de resolver cabalmente las relaciones entre la economía y la defensa nacional. Solo una economía fuerte permite una fuerte defensa nacional. Y, a la inversa, solo con una poderosa defensa nacional es posible proteger el trabajo pacífico de edificación del pueblo y garantizar la seguridad de la patria. Las relaciones entre la economía y la defensa nacional deben resolverse en armonía con la situación del país, aún dividido, con el enemigo que aún persiste en su agresión contra el sur y con el norte destinado a convertirse en una base sólida para la revolución en todo el país en el menor tiempo posible, ya que nuestro país, un pequeño estado, debe prepararse para vencer a un agresor poderoso: el imperialismo yanqui. Por consiguiente, en la edificación de la economía es preciso tener muy en cuenta las necesidades de la consolidación de la defensa nacional, no solamente en la orientación y las tareas del plan económico general y en la repartición de las grandes regiones económicas, sino también en lasdiferentes ramas, como la industria, la agricultura, las comunicaciones y el transporte, así como en los problemas culturales y alasactividades sociales. Al propio tiempo, hay que mantenerse listos, desde el punto de vista de la organización para convertir la economía de tiempo de paz en una economía de guerra.
Nuestro partido se mantiene firmemente consecuente con la concepción de la guerra popular, de la defensa nacional por parte de todo el pueblo, realiza el armamento de todo el pueblo en las nuevas condiciones, y edifica un ejército popular poderoso, a la vez que arma en todas partes a las masas revolucionarias y refuerza las tres categoría de fuerzas populares con fuerzas de masas ampliamente expandidas, que se mantienen en la producción, y con un ejército popular bien entrenado y dotado de una gran fuerza combativa, disponemos a la vez de una poderosa defensa nacional y de mano de obra suficiente para la producción. Esta política de defensa nacional es la única correcta para un pequeño país como el nuestro, que debe esforzarse, en tiempo de paz, por desarrollar su economía, y enfrentar victoriosamente en tiempo de guerra a poderosos enemigos imperialistas.
Debemos estar consientes de nuestra obligación, en las condiciones que acabamos de exponer, de conjugar la economía con la defensa nacional. Esto traduce la estrecha vigilancia de nuestro pueblo, conocedor de la necesidad de salvaguardar la independencia y la soberanía del norte socialista y de estar listo, aun en tiempo de paz, a rechazar cualquier intento de agresión del enemigo; al propio tiempo, nuestro pueblo está animado por la inquebrantable decisión de liberar el país, y para ello se prepara. Por estas razones, nuestro partido impulsó la edificación de un fuerte ejército popular que se convirtiera en un ejército regular y moderno, impulsó el desarrollo generalizado de las milicias populares y de autodefensa y la edificación de poderosas fuerzas de reserva.
Se desmovilizó una parte del ejército para reintegrarla a la producción y se hicieron esfuerzos para consolidar el ejército permanente con efectivos apropiados y dotados de una alta calidad combativa. Numerosas unidades del ejército deben participar directamente en la edificación de la economía, sin dejar de estar listas para el combate. En lugar del enrolamiento voluntario, el estado destituyó el servicio militar obligatorio con el fin de crear numerosas fuerzas de reserva. Los militares desmovilizados que reúnen las condiciones necesarias son admitidos como oficiales y soldados de la reserva. Se han reajustado y consolidado también las organizaciones de lasmilicias populares y de autodefensa; se ha activado la creación de comunas, aldeas y barrios de resistencia, reforzando así la defensa del orden y la seguridad. Se ha dado a los jóvenes un entrenamiento militar general, se ha activado el movimiento de educación física y deportes a favor de la defensa nacional, y ha comenzado la edificación de las fuerzas armadas populares de seguridad.
En relación con el robustecimiento de las fuerzas armadas populares y el papel del ejército popular, las resoluciones del tercer congreso del partido, de 1960, establecen que “el ejército popular es la fuerza fundamental del estado, llamado a defender la independencia nacional y el trabajo pacífico del pueblo norvietnamita, y es a la vez el firme pilar de la lucha por la reunificación del país. Es necesario reforzar la defensa nacional, edificar el ejército permanente en el sentido de un ejército regular y moderno, consolidar lasfuerzas populares armadas de seguridad, y velar, al propio tiempo, por la consolidación y el desarrollo de las milicias de autodefensa y por la edificación de las fuerzas de la reserva”.
Apoyándose en las realizaciones en todos los dominios de la revolución socialista y de la edificación del socialismo, las fuerzas armadas populares se desarrollan rápidamente.
El ejército del pueblo, ejército revolucionario de un estado socialista, es un ejército moderno que comprende diferentes fuerzas y armas: ejército terrestre, aviación y marina. El ejército de tierra comprende la infantería, la artillería, los blindados, el cuerpo de ingenieros, lastransmisiones, las unidades antiquímicas, los transportes… existen reglamentos que fijan diversos regimenes de un ejército regular; se alienta la combatividad y la disciplina del ejército. Las tropas regulares están constituidas por grandes y potentes unidades, dotadas de armas y equipos cada día más modernos, con una creciente movilidad, un nivel de coordinación inter armas cada vez más elevado, y un gran poder combativo. Las tropas regionales, consolidadas y mejor equipadas, ven aumentar su capacidad combativa. Gracias al patriotismo del pueblo y a su amor por el socialismo, gracias al servicio militar obligatorio, a las numerosas fuerzas de la reserva, a lasimportantes fuerzas de la milicia popular y de autodefensa, el ejército popular puede aumentar en cualquier momento sus efectivos.
Las milicias populares de autodefensa, por su parte, se desarrollan vigorosamente sobre la base de las nuevas relaciones de producción socialistas, tanto en el campo como en las ciudades. Son las fuerzas armadas de las masas, organizadas dentro del pueblo trabajador, en las condiciones del socialismo. Las milicias populares y los guerrilleros constituyen la organización armada de los campesinos, de las cooperativas. La autodefensa y la autodefensa de choque constituyen la organización armada de los obreros en lasfábricas, empresas, minas, obras y granjas estatales; de los empleados y cuadros en los servicios estatales, y del pueblo trabajador en los barrios. Las milicias populares de autodefensa y las fuerzas de la reserva, animadas por una elevada conciencia política, con un cierto nivel de instrucción general, bien organizadas, equipadas, con armas diversas –algunas de las cuales modernas-, bien entrenadas en los métodos de combate apropiados, pueden combatir localmente, o bien completar las fuerzas permanentes.
En 1965 frente al peligro de un fracaso total de la “guerra especial” en el sur de nuestro país, los imperialistas norteamericanos lanzaron su aviación contra el norte a la vez que introducían un cuerpo expedicionario en el sur para una agresión directa. Comenzó entonces la resistencia de la población del norte a la guerra yanqui de destrucción sistemática. Fue un aspecto de nuestra resistencia nacional antinorteamericana en todo el país, y al propio tiempo una guerra por la defensa de nuestra patria socialista contra las fuerzas aéreas enemigas.
Los norteamericanos han movilizado una gran fuerza aeronaval moderna. Han descargado sobre el norte millones de toneladas de bombas, perpetuando crímenes inauditos contra nuestro pueblo. De escalada en escalada, han atacado diversas regiones para terminar lanzándose sobre Hanoi, el corazón de nuestro país. Contaban con su enorme poderío militar y creyeron que podían subyugar a nuestro pueblo. Se equivocaron rotundamente. Fiel a su tradición de lucha indomable contra las agresiones extranjeras, nuestro pueblo nunca se ha doblegado ante ningún agresor. El ejército y la población del norte socialista, respondiendo al llamado del presidente Ho Chi Minh“nada es más preciso que la independencia y la libertad”, han opuesto una guerra popular tierra aire, resuelta y eficaz.
Este es un tipo de guerra popular totalmente nuevo: todo el pueblo combate a las fuerzas aéreas y navales enemigas; todo el pueblo se entrega a los trabajos de defensa y protección; todo el pueblo asegura las comunicaciones y los transportes; todo el pueblo participa a la vez en el combate y en la producción; todo el pueblo defiende la retaguardia a la vez que sirve al frente. Es este un nuevo desarrollo de la guerra popular en nuestro país. Continuamos la guerra del pueblo sobre la base de un régimen socialista que está en sus comienzos, en el momento en que nuestro pueblo posee un estado independiente bien estructurado, después de diez años de consolidación y desarrollo en la paz y que se beneficia, además, de una ayuda considerable de los países socialistas hermanos.
En la resistencia antifrancesa movilizamos a todo el pueblo para combatir al invasor, fundamentalmente a sus fuerzas terrestres, y vencimos a ese ejército agresor equipado con armas relativamente modernas. Hoy movilizamos de nuevo a todo el pueblo para combatir al agresor, fundamentalmente a sus fuerzas aéreas, que constituyen una de las armas más modernas de los imperialistas yanquis.
Nuestro partido movilizó las fuerzas de todo el pueblo y puso al país en estado de guerra para dar un fuerte impulso a la guerra del pueblo. Rápidamente multiplicó las fuerzas armadas populares y dio una nueva orientación a la economía: dispersó las industrias centrales, impulsó la economía regional, evacuó las regiones muy pobladas y los lugares particularmente enfocados por el enemigo, combinó el combate con la producción, e intensificó la producción durante la guerra misma. Nuestro partido ha precisado que en cualquier circunstancia debemos continuar avanzando, en el norte, hacia el socialismo, para reforzar la resistencia en todos los sectores; debemos lograr que el norte cumpla su misión en la revolución de todo el país y prepare, al propio tiempo la edificación del país en el futuro. La triple revolución ha recibido un fuerte impulso. Las relaciones de producción socialista se consolidan cada día más, la unidad política y moral del pueblo se refuerza constantemente, la base material y técnica del socialismo se robustece cada día más, la unidad política y moral del pueblo se refuerza constantemente, la base material y técnica del socialismo se robustece cada día más. Nuestro partido y nuestro pueblo se esfuerzan por lograr que la superioridad del socialismo se haga sentir en todos los sectores, para cumplir así todas las tareas impuestas por la guerra popular contra los intentos de destrucción de los norteamericanos.
Tenemos así, en primer lugar, el considerable desarrollo, en un breve lapso de tiempo, de las fuerzas DCA – Aviación del ejército popular, de las fuerzas antiaéreas en el ejército regular y en las tropas regionales: son estas las fuerzas que sirven de pilar en la guerra popular tierra aire, cuya acción está coordinada con la de las amplias fuerzas de las milicias populares. Nuestra DCA aviación posee piezas de artillería de diferentes calibres, cohetes de los aviones a reacción, medios técnicos modernos que integran fuerzas móviles o fijas capaces de aniquilar los aviones enemigos y defender los principales objetivos amenazados. Numerosas batallas de considerable envergadura, por grupos mixtos formados por varias armas de nuestra DCA aviación en coordinación con unidades de infantería del ejército terrestre y tropas regionales apoyadas por la población, se han desarrollado en nudos de comunicación importantes, sobre los centros industriales y las grandes ciudades. Nuestra DCA – aviación y nuestra joven aviación han logrado grandes victorias. Es esta una nueva forma de combate regular de nuestro ejército, en la guerra del pueblo tierra aire.
También se han desarrollado mucho los transportes militares. Los transportes de las fuerzas armadas comprenden diversas armas modernas: trenes, cuerpo de ingenieros, DCA, infantería… bajo encarnizados bombardeos, las fuerzas de transporte militar, de concierto con los transportes civiles, se han batido con heroísmo y habilidad y han asegurado el tráfico en todas las circunstancias, cumpliendo sus tareas en todos los caminos del país, desde la retaguardia hasta el frente.
Las grandes unidades de infantería del ejército terrestre, reforzadas con armas técnicas, han hecho progresos visibles en el sentido de la modernización; su fuerza combativa ha aumentado: están listas para combatir al agresor en cualquier parte, hacer fracasar todas sus aventuras militares. Las tropas regionales han desarrollado aun más su organización, su equipo y su capacidad de combate. Numerosas provincias poseen unidades de artillería antiaérea y unidades de artillería terrestre que han abatido a aviones enemigos y hundido barcos de guerra enemigos, así comunidades de zapadores que han contribuido ampliamente a asegurar las comunicaciones y los transportes.
Gracias al patriotismo del pueblo y a su amor por el socialismo, y gracias al servicio militar obligatorio, hemos logrado llevar a cabo con éxito la labor de movilización en tiempo de guerra, y hemos ampliado rápidamente las fuerzas armadas populares sobre la base de lasfuerzas de la reserva, organizadas desde el tiempo de la paz. Al llamado de la patria para defender el norte socialista y cumplir con sus deberes para con la resistencia nacional, numerosos jóvenes, la elite de las cooperativas, de las fábricas, de los servicios públicos, delas escuelas, han tomado el camino del frente y ocupado su lugar en las filas del ejército popular y en la brigadas de choque de la juventud; ellos se han batido con valor y han trabajado con abnegación en todos los teatros de la guerra.
Creadas y organizadas desde el tiempo de paz, las fuerzas armadas de las masas han tenido un rápido desarrollo en tiempo de guerra, tanto en el sentido de la cantidad como de la calidad. Su equipo ha aumentado y ha sido perfeccionado. En numerosas aldeas, lasmilicias se han organizado en unidades capaces de utilizar fusiles, armas automáticas armas DCA de pequeño calibre, o buses y cañones, y en grupos especializados: zapadores, observadores, grupo de primeros auxilios, etc. En muchos lugares se han constituido fuerzas móviles destinadas a operar en todo el territorio de la comuna. Muchas fábricas y empresas poseen numerosas fuerzas de autodefensa, organizadas en forma estricta y racional para permitir conjugar la producción y el combate; estas fuerzas utilizan diversas ramas, algunas de las cuales son modernas.
Las milicias populares y las formaciones de autodefensa han desempeñado un importante papel. Interpretando las consignas de “el arado con una mano y el fusil con la otra”, “el martillo en una mano y el fusil en la otra”, viejos y jóvenes, hombres y mujeres, en el campo como en la ciudad, desde el delta hasta las montañas, han participado activamente en el combate contra los aviones enemigos, tejiendo por todas partes una red de fuego a baja altura, para proteger directamente a la población y la producción locales; en coordinación estrecha con la DCA y la aviación, han creado una red de fuego en distintos niveles, móvil y elásticas, que cubre el territorio manteniéndose centrada en puntos clave; esta red de fuego ha abatido un gran número de aparatos norteamericanos que volaban a distintas alturas, sobre distintos terrenos y en circunstancias diversas. Las milicias han derribado con armas de infantería, numerosos Jets yanquis y han hecho prisioneros a muchos pilotos. La casa de los aviones enemigos que vuelan a baja altura es, para lasunidades de las milicias populares y de autodefensa, una nueva forma de guerrilla en la guerra popular tierra aire. Las unidades de lasmilicias, además, han capturado o aniquilado numerosos comandos enemigos y destruido o desactivado decenas de miles de bombas y minas. En el contexto del régimen socialista, las fuerzas armadas de las masas han dado pruebas de sus nuevas y considerables capacidades combativas.
El hecho mismo de que las milicias populares hayan derribado aviones a reacción del imperialismo yanqui con ametralladoras y fusiles contiene ya los elementos de respuesta a esta pregunta ¿cómo puede, un pequeño país de economía subdesarrollada, con un ejército poco equipado, vencer a una gran potencia imperialista que cuenta con un ejército numeroso y con equipos y medios modernos?
El papel de las milicias populares y de autodefensa se ha manifestado, además, en numerosas otras tareas en otros frentes de la guerra del pueblo: aseguramiento de las comunicaciones y los transportes; defensa antiaérea popular; mantenimiento de concierto conlas fuerzas populares armadas de seguridad, del orden y la seguridad públicos; edificación de aldeas de resistencia para proteger la producción local, la vida y los bienes de la población. De este modo contribuyen en gran medida a hacer fracasar totalmente lasmaniobras del enemigo en su guerra de destrucción sistemática.
Las fuerzas populares armadas de seguridad, creadas desde el período de paz, han madurado rápidamente y han desempeñado un gran papel en la guerra. Sus cuadros y sus combatientes no han cesado de mantener su vigilancia, asegurando la producción de la línea de demarcación militar provisional de las fronteras, de las islas; han mantenido el orden y la seguridad en el país, derribando aviones, capturando pilotos, capturando y aniquilando numerosos grupos de bandidos y de comando rangers.
Nuestro pueblo ha participado activamente en el combate, ha dedicado millones de jornadas de trabajo a la construcción de caminos, a la instalación de posiciones de combate y de auxilios a los heridos, al abastecimiento de las tropas, para ayudar al ejército; se ha dedicado a desarrollar la economía, la cultura, la educación, el servicio sanitario, a estabilizar la vida pese a los horrores de la guerra. El heroísmo revolucionario de nuestro ejército y de nuestro pueblo se manifiesta tanto en el combate como en los esfuerzos al servicio del combate, para asegurar las comunicaciones, los transportes, la defensa antiaérea popular, así como el trabajo de producción y de edificación de la nueva vida.
La guerra norteamericana de destrucción sistemática es una dura prueba para nuestro régimen socialista y para su organización militar. Coordinando su acción con la de sus compatriotas y las FAPL del sur, y con la ayuda considerable de los países hermanos del campo socialista, las fuerzas armadas y la población del norte han logrado grandes victorias. El agresor ha sido derrotado, sus designios maquiavélicos han fracasado. Más de tres mil aparatos modernos, de más de cuarenta tipos distintos algunos de ellos de reciente invención y utilizados por primera vez en Vietnam, han sido derribados. Numerosos pilotos condecorados de las fuerzas aéreas yanquis han sido muertos o capturados. El norte socialista ha soportado el golpe como un bastión de bronce; no ha cesado de consolidarse, tanto en el plano económico como en el militar; no ha cesado de desempeñar plenamente su papel de base revolucionaria para todo el país, de proseguir en el cumplimiento de su glorioso deber para con el gran frente. De concierto con las fuerzas armadas y la población en todo el país, el norte ha llevado la resistencia nacional a éxitos cada vez mayores.
La victoria de la guerra del pueblo sobre la guerra de destrucción sistemática en el norte socialista es una victoria para nuestro pueblo en su totalidad; esta victoria tiene un gran significado, no solo para nuestro pueblo, sino también en el plano internacional. Es la victoria de la línea política y militar de nuestro partido, de sus líneas de resistencia antiyanqui, por la salvación nacional y la edificación del socialismo, de su línea política internacional correcta, independiente y rica en iniciativas.
A diferencia de lo que sucedió durante la insurrección general de agosto y la resistencia antifrancesa esta es la primera vez que nuestro partido asume la dirección del pueblo en el desarrollo victorioso de una guerra popular tierra aire sobre la base del régimen socialista, apoyándose en el poder de la unión combativa de todo el pueblo, cuyo esqueleto lo forman el ejército popular, regular y moderno, que comprende las tropas regulares y las tropas regionales, en coordinación con las milicias populares de autodefensa, esas fuerzas armadas de masas, poderosas y omnipresentes, y poniendo en juego la eficacia de todo tipo de armas, más o menos modernas para hacer frente a la guerra aérea de agresión del imperialismo norteamericano. En las condiciones y circunstancias nuevas, nuestro pueblo y sus fuerzas armadas han dado un nuevo desarrollo al arte de combatir lo grande con lo pequeño, el gran número con el pequeño número, lo moderno con lo menos moderno. En una guerra patria, el primer problema que se plantea es, sin duda, el de hacer pasar al país de la paz a la guerra; las tareas más importantes son: la movilización de todo el pueblo para engrosar las fuerzas armadas populares; la modificación de la orientación económica; la organización de una economía de guerra tendiente a satisfacer lasnecesidades de la resistencia y de la vida de la población. El éxito de este tránsito es resultado, en primer lugar, de la solución correcta de las relaciones entre la economía y la defensa nacional, así como de todos los preparativos, durante el período de paz, a escala nacional y en cada región. Reforzar la retaguardia en los planos económicos, políticos, material y moral, es una garantía fundamental para asegurar el abastecimiento del frente en hombres y bienes. Una retaguardia sólida y poderosa es sin la menor duda, una de los más importantes factores de victoria de la guerra en general, y de la guerra patriótica en particular.
En cuanto a la organización militar, por el hecho de que las fuerzas armadas populares han sido organizadas, edificadas y preparadas para el combate en tiempo de paz, y de que se han aprovechado las condiciones favorables ofrecidas en todos los aspectos por un estado independiente y soberano, por un régimen socialista progresivamente consolidado, las mismas han alcanzado, en el transcurso de la guerra patriótica por la salvaguardia de la patria socialista, un nivel de desarrollo más elevado que durante la insurrección y la guerra de liberación.
Al comienzo, nuestro pueblo se había alzado para el combate con las manos vacías. Fue necesario despertar en las masas la conciencia revolucionaria y movilizarlas, crear las fuerzas políticas y, sobre esta base, crear las fuerzas armadas revolucionarias, en primer lugar las fuerzas armadas de masas. A partir de estas últimas se fue constituyendo gradualmente el ejército revolucionario; partiendo de los éxitos de la insurrección y de la guerra revolucionaria, fuimos elevando poco a poco el nivel de las fuerzas armadas. Luego tuvimos que pasar de la lucha política a la lucha armada y combinar estas dos formas de lucha; ir de la guerra de guerrillas a la guerra regular y combinar estas dos formas de guerra. En la insurrección y la guerra de liberación siempre mantuvimos estrechamente unidas la lucha política y la lucha armada, las sublevaciones y los ataques, la aniquilación del enemigo y la conquista del poder por el pueblo, etc.
En la guerra patriótica para la salvaguardia de la patria socialista contra la aviación enemiga, nuestro pueblo dispuso desde el comienzo de un ejército permanente regular y moderno, bastante poderoso, que comprende tropas regulares y tropas regionales creadas en tiempo de paz y rápidamente incrementadas en el momento en que estalló la guerra. Disponemos, además, de las fuerzas armadas delas masas, compuestas por millones de milicianos y miembros de la autodefensa, organizados, equipados e instruidos, tanto en el campo como en las ciudades. La edificación de las fuerzas armadas revolucionarias se ha apoyado en el patriotismo y el amor al socialismo, así como en las políticas concretas y las reglamentaciones aplicadas por el poder popular.
Por el hecho de existir un ejército popular regular y moderno y fuerzas armadas poderosas y ampliamente extendidas, desde el comienzo aparecieron simultáneamente el combate regular y la guerrilla, combinados estrechamente. La guerra ha puesto de relieve esta vez el papel muy importante del ejército popular, de la guerra regular. Las unidades de la defensa aérea y de la aviación pertenecientes al ejército regular han librado grandes batallas, han derribado un gran número de aparatos, han puesto en jaque al enemigo en todas sus escaladas. Con su nueva capacidad de combate, las tropas regionales ampliadas han servido de núcleo en la guerra popular en las regiones. Las milicias populares y las formaciones de autodefensa, a su vez, han desempeñado un papel muy importante, como el de asegurar las comunicaciones y el transporte, la defensa antiaérea popular y el servicio del frente.
Estamos seguros de que, en el combate contra las fuerzas terrestres enemigas, todas las armas del ejército popular, así como lasfuerzas armadas de masas, desarrollarán plenamente su capacidad combativa y coordinarán eficazmente sus acciones para vencer al enemigo.
Naturalmente, en la guerra patriótica, para desarrollar las fuerzas de todo el pueblo, de todo el país, de toda la nación y para crear un poder global máximo, nuestro pueblo es perfectamente capaz de aplicar la experiencia de las insurrecciones y guerras de liberación pasadas. Porque la guerra por la defensa de la patria, en nuestro país, es una guerra de todo el pueblo y en todos los frentes, al igual que la guerra de liberación; por otra parte, en la guerra de liberación, cuando ya disponíamos de una base revolucionaria, de una zona liberada cada vez más basta, se asistió a la aparición y al desarrollo de los elementos de una guerra por la defensa de la patria.
La gran victoria de nuestra población y de sus fuerzas armadas en el norte socialista demuestra que un país, incluso pequeño, con una economía poco desarrollada y un ejército dotado de un equipo y una técnica poco modernos, pero con una línea revolucionaria justa, una gran determinación de combatir por la independencia y la libertad de la patria, capaz de apoyarse en la fuerza de todo el pueblo y de tomar el ejército popular y las fuerzas armadas de las masas como base, capaz de conquistar las simpatías y el apoyo internacionales, está en condiciones de poner en marcha la guerra del pueblo, para derrotar la guerra de destrucción sistemática de las fuerzas aéreas modernas del imperialismo yanqui. La victoria de la población del norte y de la población combatiente del sur demuestran elocuentemente la gran posibilidad que ofrece la guerra popular para vencer a cualquier agresor.
Nuestra resistencia nacional antinorteamericana se ha desarrollado como una guerra de liberación en el sur y como una guerra de salvaguardia del régimen socialista en el norte. La práctica y la experiencia acumuladas, sumamente ricas, nos ayudan a resolver correctamente el problema de la edificación de las fuerzas armadas y de la consolidación de la defensa nacional por todo el pueblo, para defender el norte, en lo inmediato y para, a largo plazo, conducir la resistencia hasta la victoria total, para defender eficazmente la independencia de nuestra patria.
La guerra revolucionaria de nuestro pueblo, en el sur, comienza hace más de diez años. Es una guerra de liberación contra la agresión neocolonialista del imperialismo yanqui, guerra que pretende liberar el sur, cumplir las tareas de la revolución nacional democrática popular en todo el país, contribuir a salvaguardar al norte socialista y progresar hacia la reunificación pacífica del país. La lucha de nuestros compatriotas y nuestros combatientes en el sur, contra un enemigo nuevo, -el imperialismo yanqui- y contra una nueva forma de agresión –la guerra de agresión neocolonialista- se desarrolla en las mismas condiciones en que nuestro pueblo llevó al triunfo la revolución de agosto en todo el país, en las mismas condiciones en que obtuvo la victoria de la resistencia y liberó la mitad del país; el norte, liberado, se entregó a la revolución socialista y a la edificación del socialismo y se ha convertido en la sólida base de la revolución en todo el país y en miembro del campo socialista. Por otra parte, nuestra revolución goza de la creciente ayuda de los países socialistas hermanos y se desarrolla en una coyuntura internacional cada vez más favorable en la palestra internacional, las fuerzas revolucionarias son francamente superiores a las reaccionarias y se encuentran en una posición de ofensiva constante contra la muralla del imperialismo, que tiene al imperialismo yanqui a la cabeza.
Por estas razones, la guerra revolucionaria en el sur ha experimentado un nuevo desarrollo de un alto nivel y posee una fuerza considerable. La evolución de las fuerzas armadas populares de liberación del sur está estrechamente ligada a todas lascaracterísticas de la guerra revolucionaria en Vietnam del sur a través de sus diferentes fases (sublevaciones en cadena, guerra popular contra “guerra especial”, contra “guerra local”, contra “guerra vietnamizada”).
En los años 59 y 60, la población emprendió sublevaciones en cadena en numerosas y bastas regiones rurales. La fuerza comprometida en estas sublevaciones era el ejército político de las masas, apoyado por las unidades armadas de autodefensa, todavía poco importantes. Este ejército político, edificado al costo de largos esfuerzos en la época del movimiento revolucionario anterior a la insurrección general de 1945, se desarrolló rápidamente durante la revolución de agosto y la resistencia antifrancesa y enfrentó lasnuevas pruebas de la ardua y encarnizada lucha contra la administración Ngo Dinh Diem; éste ejército político poseía una moral muy alta y un impulso poderoso y adquirió una rica experiencia. Aprovechando el momento en que la administración fantoche, minada por profundas contradicciones, rebeló sus debilidades, la población de las diferentes regiones se alzó valientemente, desencadenando insurrecciones parciales, coordinando sus fuerzas políticas con sus fuerzas armadas y dejando a las primeras el papel principal. La gran fuerza de las sublevaciones en cadena minó la base del poder fantoche en numerosas regiones, aunque la administración central saigonesa dispusiera todavía de un ejército de varios centenares de millares de hombres y usara los procedimientos de represión más feroces. La política de dominación por los medios clásicos del neocolonialismo fracasó.
Cuando el imperialismo yanqui desencadenó “la guerra especial” para continuar su agresión, el movimiento de sublevaciones en cadena de la población subvietnamita se convirtió en guerra de liberación. Con perfecto dominio de las leyes que rigen la revolución y la guerra revolucionaria subvietnamita, y descubriendo rápidamente las leyes de la guerra de agresión neocolonialista de los yanquis, la población de Vietnam del sur, bajo la dirección del FNL, reforzó la posición ofensiva del movimiento, puso en juego la fuerza global de sus fuerzas políticas y de sus fuerzas armadas, impulsó la lucha política paralelamente con la armada, atacó al enemigo en el plan o militar y político e intensificó la agitación entre sus hombres en las tres zonas estratégicas: las regiones montañosas, el delta y lasciudades.
Partiendo del numeroso y potente ejército político de las masas revolucionarias, las fuerzas armadas populares de liberación llegaron pronto a su madurez. Se organizaron las tropas locales de liberación, convertidas luego en unidades del ejército regular. Se formaron en todas partes milicias de guerrilla y autodefensa. Fueron tomando cuerpo así, gradualmente, las tres categorías de tropas de las fuerzas armadas de liberación.
El armamento utilizado, que en su mayor parte era conquistado al enemigo o fabricado con los medios disponibles, era todavía mediocre.
La guerra del pueblo en las diversas regiones se desarrolló con vigor en amplias zonas rurales. El ejército y la población combinaron estrechamente la lucha política con la lucha armada, desencadenaron ofensivas y sublevaciones, intensificaron la guerrilla y lasinsurrecciones parciales. De este modo agotaron y aniquilaron numerosas fuerzas vivas del ejército fantoche, hicieron fracasar sus tácticas de “helitransportación” y de “movimiento por vehículos blindados” conquistaron el derecho de soberanía en la base, destruyeronlas dos terceras partes del sistema de las “aldeas estratégicas” y sacudieron fuertemente la administración títere central. La lucha política se hizo más intensa en las ciudades y coordinó sus actividades con las del movimiento revolucionario en el campo. El ejército político numeroso y las amplias fuerzas armadas de las masas hicieron sentir eficazmente su peso. El propio enemigo reconoció que los “Viet cong” eran “maestros en la guerrilla”. La fisonomía de la guerra cambió progresivamente en nuestro favor. El enemigo se veía desgarrado por contradicciones internas cada vez más agudas y se hundía en un callejón sin salida. Los norteamericanos tuvieron que asesinar a su propio títere, Ngo Dinh Diem, y “cambiar de montura en medio del vado”. La guerra del pueblo adquirió un nuevo impulso cuando hicieron aparición las fuerzas regulares móviles del ejército de liberación, que libraron batallas con fuertes concentraciones de tropas y aniquilaron unidades enteras regulares enemigas en Binh Gia, Dong Xoai y Ba Gia : la guerra revolucionaria pasó así a una nueva y poderosa ofensiva.
La estrecha coordinación entre las fuerzas políticas y las fuerzas armadas, entre las fuerzas armadas de las masas y el ejército de liberación, llevó a una nueva situación, en la cual el conjunto del ejército y la administración títeres se vio amenazado por la desintegración total, a pesar de que sus efectivos habían sido elevados a 550 mil hombres, mientras que las unidades regulares del ejército de liberación aún no habían aumentado considerablemente en cuanto a cantidad, ni en cuanto a la envergadura de las batallascon fuertes concentraciones de tropas. Esto se debió al gran poder de las fuerzas políticas y armadas locales, a la gran intensificación del movimiento político y de las sublevaciones de las masas, al vigoroso impulso de la guerrilla. Las tropas regulares, que habían hecho aparición recientemente en los campos de batalla, conquistaron un gran prestigio y una fuerte posición y adquirieron una gran fuerza ofensiva para amenazar, dominar y aniquilar al enemigo, responder golpe por golpe y lograr victorias sucesivas. Ante el fracaso de la “guerra especial”, el imperialismo yanqui se vio obligado a enviar a Vietnam del sur un importante cuerpo expedicionario para rescatar a las tropas títeres.
Así, en las condiciones y circunstancias nuevas de los años 1960 – 1965, en el sur, la guerra revolucionaria pasó de la lucha política a la lucha armada combinando estas dos formas de la insurrección armada pasó a la guerra de liberación combinando estas dos formas. De la guerrilla pasó a las grandes batallas y las coordinó. Las fuerzas populares de liberación del sur se desarrollaron también según el mismo proceso: las fuerzas armadas se organizaron partiendo de las fuerzas políticas; las tres categorías de tropas se formaron progresivamente a partir de las formaciones de autodefensa armadas en la insurrección. Tropas regulares y tropas regionales constituyen el ejército de liberación del sur; las formaciones de la guerrilla y de autodefensa integran las fuerzas armadas de masas. Apoyándose en las fuerzas políticas y en coordinación con ellaslas fuerzas armadas populares de liberación del sur desempeñaron un gran papel estratégico en las insurrecciones parciales de las masas que derribaron el poder fantoche en la base y conquistaron la soberanía para el pueblo, así como en las ofensivas militares que destruyeron los distintos tipos de tropas fantoches bajo el mando de los “asesores” yanquis.
Cuando los agresores norteamericanos introdujeron masivamente su cuerpo expedicionario en el sur y lanzaron contra el norte su aviación, emprendiendo la “guerra local” más importante y feroz en la historia de sus agresiones, nuestro pueblo en su totalidad, y sus fuerzas armadas revolucionarias, se encontraron ante una prueba sin precedentes. El imperialismo yanqui, cabecilla de los imperialismos, posee el potencial económico y militar más poderoso del mundo capitalista y un ejército dotado de efectivos considerables y de equipos y armamentos de los más modernos. Para agredir al sur de nuestro país, movilizaron progresivamente hasta un millón de soldados norteamericanos, saigoneses y de los países satélites, de los cuales más de 500 mil eran norteamericanos; gastaron centenares de millones de dólares, dejaron caer más de una decena de millones de toneladas de bombas y/o buses, emplearon casi todas las armas y aparatos de guerra más modernos con la única excepción del arma nuclear.
Respondiendo al llamamiento sagrado del presidente Ho Chi Minh y fiel a nuestras tradiciones nacionales de valor indómito, nuestro pueblo se levantó masivamente, desde el sur hasta el norte, unido, decidido a combatir por la salvación nacional y a cumplir con sus nobles obligaciones internacionales.
Nuestro pueblo y sus fuerzas armadas han realizado una correcta apreciación de los designios del imperialismo yanqui, de la correlación de fuerzas entre nosotros y el enemigo: así, hemos descubierto sus puntos fuertes, sus debilidades, sus dificultades y contradicciones; tenemos clara conciencia de nuestras ventajas y de nuestras dificultades, de nuestro poder y nuestra fuerte posición. Sobre esta base y sobre la unión de nuestro pueblo en su totalidad, hemos tomado la firme resolución de vencer totalmente a los agresores norteamericanos, de continuar esta estrategia ofensiva, de afrontar su ejército de agresión numeroso y dotado de armamentos muy modernos.
Nuestra resistencia se ha convertido en la vanguardia de la lucha de los pueblos del mundo contra el imperialismo yanqui agresor. Los pueblos de los países socialistas, los pueblos progresistas del mundo, consolidan aún más su unión con nosotros en la lucha contra el enemigo común. La simpatía, el apoyo y la importante ayuda de la humanidad progresista constituyen uno de los factores determinantes en la victoria de nuestra resistencia.
En el campo de la batalla subvietnamita y apoyándose en dos fuerzas estratégicas –el cuerpo expedicionario norteamericano y el ejército títere, constituyendo el primero la fuerza esencial-, los agresores norteamericanos han desencadenado contraofensivas masivas contra las fuerzas armadas revolucionarias, y en particular contra las unidades regulares del ejército de liberación, con la esperanza de aniquilarlas. Al propio tiempo, han seguido adelante con su cruel, “programa de pacificación”, con el fin de someter y controlar a la población. Han llevado a cabo lo que llaman “la guerra en los dos frentes, militar y político”, una guerra total que conjugalas prácticas militares brutales con la estafa económica y política y los aviesos procedimientos de la guerra sicológica.
Explotando su posición de victoria e iniciativa, nuestros compatriotas y combatientes del sur siguen intensificando la lucha armada y la lucha política para hacer fracasar las maniobras del imperialismo yanqui. Las fuerzas armadas populares de liberación han multiplicadolas batallas con fuerte concentración de tropas y las actividades de guerrillas; han atacado a las tropas norteamericanas, así como a lastropas fantoches y satélites, combinando las grandes batallas con los combates de mediana y pequeña envergadura, aniquilando numerosas fuerzas vivas y una gran cantidad de efectivos bélicos enemigos, apoyando eficazmente la lucha política y las sublevaciones populares. Con efectivos más débiles y peor equipados que el enemigo, el ejército de liberación asestó de entrada al cuerpo expedicionario norteamericano golpes demoledores en Van Tuong (Trung Bo central), en las altiplanicies occidentales, en el Nam Bo oriental, en Tri Thien. Las operaciones de envergadura cada vez mayor de las unidades regulares del ejército de liberación, y lasoleadas de guerrillas de las fuerzas armadas regionales, se han desarrollado sucesivamente en todos los teatros de operaciones. Enlas ciudades, sobre todo en Da Nan y Hue, ha estallado un potente movimiento político. El cuerpo expedicionario norteamericano ha sufrido uno tras otro golpes inesperados, y ha experimentado fracaso tras fracaso que le hicieron perder muy pronto su actividad inicial. La contraofensiva lanzada con 200 mil hombres durante la temporada de sequía de 1965-1966 fue rechazada; la estrategia conciente en “buscar y destruir”, en “romper el lomo al Viet Com” fracasó al igual que el “programa de pacificación”. Las tropas de liberación abrieron el frente de Tri Thien y siguieron atacando con todas sus fuerzas en los diferentes teatros de operaciones. La contraofensiva de 400 hombres durante la temporada de sequía de 1966 – 1967 fue a su vez rechazada: las maniobras estratégicas de “los dos brazos de tenaza”, “buscar y destruir” y “pacificar” también han fracasado.
En el momento en que fracasaba la escalada norteamericana, llevada hasta su más alto nivel, contra las dos zonas de nuestro país, norte y sur, la ofensiva generalizada de la primavera de 1968 por parte del ejército y la población de Vietnam del sur, estalló como un rayo, sacudiendo a Vietnam del sur y a los propios Estados unidos. Este estratégico ataque por sorpresa, llevado a cabo en forma original y creadora por las fuerzas armadas de liberación y unido a las sublevaciones de las masas, asestó un golpe decisivo a la estrategia de “guerra local” y provocó un viraje histórico de la guerra.
En la respuesta del pueblo contra la “guerra local”, y con la obligación de intensificar la lucha militar y coordinarla con la lucha política para vencer militarmente al imperialismo norteamericano, las fuerzas armadas populares de liberación han experimentado un nuevo desarrollo, tanto en el sentido de la cantidad como de la calidad, así como desde el punto de vista de la organización, el equipo y el arte de combatir.
Las tropas regulares del ejército de liberación adquieren nuevas armas y se organizan en agrupaciones móviles cada día más poderosas. Las milicias de guerrilla y las formaciones de autodefensa se desarrollan enérgicamente en todos los teatros de operaciones. Hacen su aparición unidades de elite. El armamento y el equipo de las fuerzas armadas han experimentado un sensible mejoramiento, lo cual permite a las tres categorías de tropas aniquilar no solamente a los infantes enemigos sino también a los tanques y otras unidades blindadas, y derribar incluso aviones. La experiencia adquirida en el combate ha sido aprovechada en cada caso. La determinación y la fe en la victoria por parte de los cuadros y combatiente no ha cesado de reforzarse durante el combate. Lascapacidades de organización y dirección por parte de los cuadros y el poder combativo de las fuerzas armadas ha progresado constantemente. Un movimiento de acumulación por el ataque contra los soldados yanquis y la aniquilación de los soldados títeres, por la adquisición de título de “valiente combatiente” ha galvanizado al ejército, a la población a las tres categorías de tropas de las fuerzas armadas de liberación.
Con un muy eficaz dispositivo estratégico de la guerra popular, que aprovecha la fuerza global resultante de la coordinación entre la lucha armada y la lucha política, el ejército de liberación del sur, altamente calificado y dotado de efectivos adecuados, y las numerosas fuerzas armadas de las masas, han asestado, de concierto con el ejército político del pueblo, potente y numeroso, golpes mortales al cuerpo expedicionario yanqui, al ejército títere y a las tropas de los países satélite venciéndolos paso a paso.
Las fuerzas regulares del ejército de liberación saben concentrar en forma adecuada sus fuerzas en el campo de batalla, destruir con fuerzas poco numerosas a un enemigo numéricamente superior, poner en acción sus diferentes armas tanto en coordinación como por separado.
Las tropas regionales saben combatir admirablemente en múltiples formas, y utilizando efectivos poco numerosos pero aguerridos, para lograr grandes victorias. Las FAPL de Vietnam del Sur han asestado golpes decisivos a los soldados norteamericanos aniquilando una gran cantidad de fuerzas vivas y de medios de guerra modernos, en particular cuadros de mando, oficiales, personal técnico, aviones de todo tipo y equipos técnicos ultramodernos. Apoyándose en las fuerzas regionales, las milicias de guerrilla y autodefensa han llevado la guerra de guerrillas a un nivel más alto, utilizando armas rudimentarias, así como armas modernas e incluso ultramodernas, y formas de combate muy variada. Han sido creados métodos de combate nuevos y originales, de gran eficacia: combatir con fuerzas concentradas, utilizar la guerrilla, atacar las retaguardias enemigas, las vías de comunicación, las ciudades, unir el combate a la labor de agitación y persuasión en las filas enemigas, etc.
Tanto en el conjunto del territorio como en el marco de cada región, se realiza una coordinación entre las fuerzas móviles y las fuerzas locales, unidas en un dispositivo estratégico eficaz, sólido y móvil a la vez, sobretodo en los sectores cruciales de las tres zonas estratégicas. Las fuerzas armadas locales comprenden las unidades de las fuerzas regionales, las milicias de guerrilla y de autodefensa que se apoyan sólidamente en las fuerzas políticas locales y cooperan estrechamente con ellas, tanto en el campo como en las ciudades; obligan a las tropas norteamericanas, títeres y satélites a dispersarse al máximo; las inmovilizan en todos los teatros de operaciones, las cercan, las atacan y agotan, y destruyen donde quiera sus medios de combate. Mientras tanto las tropas móviles, con una concentración cada vez más importante en diferentes frentes de guerra, asestan al enemigo golpes demoledores, aniquilando sus fuerzas vivas en grandes cantidades.
La guerra del pueblo ha descuartizado al enemigo, lo ha acercado, lo ha atacado sin cuartel y lo ha destruido. El cuerpo expedicionario norteamericano, las tropas títeres y los mercenarios de los países satélites, con más de un millón de hombres y un equipo técnico ultramoderno, no han podido cumplir lo que se esperaba de ellos. El enemigo se ha visto en una situación tal que, pese a sus efectivos considerables, ha resultado demasiado débil. Al querer atacar no logra dar en el blanco, mientras que por otra parte es atacado cada vez con mayor intensidad y destruido por las FAPL. Sus tropas se dispersan, su capacidad ofensiva disminuye constantemente, lo que lo lleva poco a poco a ponerse a la defensiva. Quiere resolver rápidamente la guerra pero se ve obligado a prolongarla. El ejército agresor, numeroso y moderno, se hunde cada día más en la pasividad. Sufre pérdidas cada día más graves, y poco a poco se ve reducido al fracaso por la guerra revolucionaria llevada a un alto grado de desarrollo. Mientras tanto, sus ultramodernas fuerzas aeronavales han sufrido severos golpes inflingidos por la guerra popular tierra aire del ejército y la población del norte. Al afrontar el gigantesco aparato militar del imperialismo norteamericano, hemos logrado grandes victorias. Hemos hecho fracasar la mayor guerra de agresión local de los norteamericanos, precisamente en el período en que llevaban su escalada al punto más alto en las zonas de nuestro país.
Una vez fracasada la estrategia de “guerra local” la administración Jonson se ha visto obligada a abandonar su escalada, a cesar sin condiciones sus bombardeos contra el norte, a mantenerse a la defensiva en el sur y a “desamericanizar” la guerra para tratar de salir del paso.
Nixon ha modificado la estrategia y ha “vietnamizado” la guerra de agresión, prolongándola con el fin de mantener la dominación neocolonialista de los Estados Unidos en Vietnam del sur.
La estrategia de “vietnamización de la guerra” no es otra cosa que una guerra de agresión neocolonialista llevada a cabo con un método nuevo: la aplicación de la doctrina Nixon en el sur de nuestro país. Esta doctrina reaccionaria es la nueva estrategia global del imperialismo norteamericano de los años 70, surgida como consecuencia de sus sucesivos fracasos en Vietnam, y en el momento en que la correlación de fuerzas en el mundo se modifica en contra suya. Esta estrategia tiende a mantener el papel de gendarme internacional del imperialismo norteamericano y a proseguir la implantación de su neocolonialismo en el mundo con nuevos métodos y maniobras: apoyarse en el poderío de Estados Unidos y aprovechar en mayor grado los recursos en hombres y materiales de los países satélites.
Para realizar loa “vietnamización, el imperialismo yanqui y sus lacayos concentran sus esfuerzos para llevar a la práctica un brutal programa de pacificación, considerado como un procedimiento estratégico fundamental con vista a subyugar a la población del sur. El designio maquiavélico de los imperialistas norteamericanos es hacer combatir a los vietnamitas contra los vietnamitas, alimentar la guerra con la guerra, utilizar la carne de cañón suministrada por sus lacayos y los dólares y armas norteamericanas en provecho de sus sórdidos intereses. Los yanquis se han dado a la tarea de convertir el ejército mercenario de Saigón en un ejército moderno, para hacer de él una fuerza estratégica en el sur, una fuerza de choque en Indochina, llamada a rebelar progresivamente a las tropas norteamericanas en los combates terrestres. La administración Nixon ha agredido descaradamente a la neutral Cambodia y ha intensificado la guerra en Laos, extendiendo su guerra de agresión a toda Indochina; se esfuerza por “quimerizar” la guerra , por “lotizarla”, por reforzar la unión militar entre sus lacayos saigoneses y los de Prom. y Penh, entre los reaccionarios tailandeses y los lacayos de Loa y Cambodia, realizando una alianza regional de facto entre las fuerzas de los países satélites y lanzando los indochinos contra los indochino, a los asiáticos contra los asiáticos.
Bajo la dirección del frente nacional de liberación y del gobierno revolucionario provisional de la república de Vietnam del sur, la población del sur y sus fuerzas armadas, concientes de las características y de las leyes de la guerra en su nuevo desarrollo, continúan reforzando la posición ofensiva estratégica de la guerra del pueblo, para hacer fracasar la “vietnamización”.
En las tres zonas estratégicas, ellas se esfuerzan por impulsar y combinar estrechamente la lucha armada con la lucha política, lasofensivas con las sublevaciones, y por intensificar la agitación entre las tropas enemigas, con el fin de disgregar y aniquilar al enemigo, conquistar el poder para el pueblo, extender la zona liberada y vencer al enemigo.
Nuestro pueblo y sus fuerzas armadas han coordinado estrechamente su resistencia con la lucha revolucionaria de los pueblos hermanos de Laos y Cambodia para hacer fracasar la doctrina Nixon en Indochina. La posición ofensiva de la guerra revolucionaria en el sur se ha convertido en posición de ofensiva de los pueblos indochinos que combaten con todo contra el enemigo común. La guerra patria del pueblo que Laos ha conseguido nuevas e importantes victorias. La revolución de Cambodia ha dado un salto.
Al hacer fracasar poco a poco los planes de Nixon, las tropas de liberación del sur, con efectivos adecuados y una alta calidad, han realizado un gran progreso en el robustecimiento de su capacidad combativa, respondiendo las nuevas exigencias de la guerra revolucionaria; su armamento y su equipo son cada vez más modernos, las armas técnicas se desarrollan rápidamente, su capacidad de combatir con una fuerte concentración de tropas y de coordinar las diferentes armas ha aumentado. A comienzos de 1969, las tropas de liberación ocasionaron graves pérdidas a las tropas norteamericanas, asestándole un golpe vigoroso desde la llegada de Nixon a la Casa Blanca. Después de 1970, cuando Nixon hizo invadir Cambodia y Laos, las fuerzas revolucionarias de los tres países, codo a codo emprendieron numerosas batallas de aniquilamiento con sus poderosas unidades regulares, y lograron grandes victorias. Aunque lastropas títeres gozan del potente apoyo aéreo y logístico de los norteamericanos, quienes por otra parte, han aumentado considerablemente su equipo, han tenido que sufrir fracaso tras fracaso. No solo las tropas de Vientiane y de Phnom Penh han sido duramente castigadas; también las de Saigon, espina dorsal de la “vietnamización” doctrina de choque en Indochina, han sido derrotadas. Las grandes victorias logradas por las fuerzas armadas y la población de los tres países indochinos, en particular de la de la carretera número 9 – sur de Laos-, de alcance estratégico, les han abierto la perspectiva real de vencer militarmente la estrategia de “vietnamización”, así como de hacer fracasar la doctrina china en Indochina.
Mientras el enemigo realiza grandes esfuerzos para incrementar las tropas reaccionarias y las otrotas fuerzas de opresión, para edificar un sistema compacto de postas y puntos de apoyo con el fin de controlar a la población y para realizar su brutal plan de pacificación delas zonas rurales, el papel de la guerra del pueblo en las regiones, y de las fuerzas armadas regionales, adquiere una importancia cada vez mayor. En bastas regiones rurales nuestros compatriotas y combatientes del sur han unido estrechamente la lucha armada con la lucha política y hacen converger las tres puntas de ataque para dar al traste con el “plan de pacificación”. Exaltadas por las victorias delas tropas regulares, las milicias de guerrilla, de concierto con las tropas regionales que le sirven de columna regional, han llevado a la práctica la directiva de que los cuadros se mantengan unidos a la población, que la población se aferre a la tierra y que los guerrilleros hostiguen al enemigo. Han llevado la guerra de guerrillas, la guerra del pueblo en la base hasta un nivel más elevado; han aniquilado y diezmado a las fuerzas armadas reaccionarias regionales, y destruido numerosos cuarteles; en coordinación con las luchas políticas ylas insurrecciones por la conquista de la soberanía popular, han eliminado a los verdugos, roto el cerco enemigo, disgregado lasfuerzas de la “defensa civil” y derribado la administración títere en la base. Las fuerzas revolucionarias de las masas se mantienen, se consolidan y se desarrollan. La guerra popular en el campo ha detenido y ha hecho retroceder el “plan de pacificación” enemigo y lo ha vencido en un primer round importante.
Mientras las tropas regulares de liberación operan victoriosamente y la guerra popular en el campo no cesa de intensificarse, la lucha política de la población urbana progresa, se hace más amplia y profunda y se desarrolla en formas nuevas y diversas.
Durante los últimos tres años, el ejército y la población del sur han obtenido numerosas y grandes victorias. En 1971, año durante el cual los imperialistas norteamericanos y sus lacayos esperan cumplir en lo esencial el plan de “vietnamización” de la guerra, a cuyo fin la administración Nixon no ha escatimado esfuerzos en todos los sentidos en los campos de batalla, es también el año durante el cual han sufrido las más graves derrotas. La estrategia de “vietnamización” ha fracasado. Esta situación demuestra que tanto la “vietnamización” como la “doctrina Nixon” llevan en sí numerosas contradicciones insolubles y numerosas debilidades insuperables. La gran ilusión de Nixon consiste, en el plano político, en querer borrar, bajo la insignia neocolonialista, engañosa de la independencia y la libertad, la contradicción fundamental que opone nuestro pueblo a los agresores norteamericanos, en el momento en que todo nuestro pueblo se une estrechamente para resistir al agresor, en el momento mismo en que ésta contracción se agudiza. Nixon quiere apoyarse en sus lacayos, que han perdido todo sentimiento nacional para “hacer combatir a los vietnamitas contra los vietnamitas”, en beneficio de las miras norteamericanas de agresión. En el plano militar, después de las derrotas sufridas más de un millón de soldados norteamericanos y títeres – los que ocasiona la retirada forzada y progresiva de la mayor parte de las tropas norteamericanas-, Nixon quiere transformar la debilidad en fuerza, la derrota en victoria y poner en pie a los títeres para que combatan en lugar de los norteamericanos. Al chocar con la resistencia heroica de nuestro pueblo, que cuenta con una gloriosa tradición de lucha indomable contra la agresión extranjera y que combate desde una posición de fuerza, de victoria y de iniciativa, la estrategia de “vietnamización”, principal resorte de la doctrina Nixon, está destinada a un inevitable fracaso. En el norte y en el sur, nuestro pueblo, estrechamente unido a los hermanos pueblos laosiano y khmer, continuará e intensificará su resistencia, hará fracasar con toda seguridad la estrategia de “vietnamización” y la doctrina Nixon en Indochina, y alcanzará la victoria total.
En general, en la guerra revolucionaria en el sur, nuestro pueblo ha aplicado en forma global la suma de las experiencias de la revolución vietnamita durante las últimas décadas: en la lucha militar y política, en la insurrección armada y la guerra revolucionaria, en la organización militar. Gracias a su perfecto dominio de las leyes de la revolución y de los métodos de la acción revolucionaria, así como de las leyes del neocolonialismo y de la guerra de agresión neocolonial del imperialismo norteamericano, nuestros compatriotas y combatientes del sur han desarrollado esta experiencia en las nuevas condiciones.
En la guerra revolucionaria de Vietnam del Sur nuestro pueblo ha desarrollado la fuerza global resultante de la estrecha coordinación entre las fuerzas políticas y las fuerzas armadas, llevando adelante a la vez la guerra armada y la lucha política, y combinando la insurrección con la guerra y la guerra con la insurrección, para lograr la victoria.
De acuerdo con las circunstancias, en cada etapa del desarrollo de la guerra, la población del sur y sus fuerzas armadas, combinando de modo flexible y creador las fuerzas armadas con las fuerzas políticas, han hecho fracasar sucesivamente todas las formas de guerra de agresión del neocolonialismo, incluso cuando el imperialismo norteamericano lleva su guerra de agresión a nivel más alto.
Nuestra resistencia antinorteamericana ha colocado en un nivel muy alto la movilización y el armamento de todo el pueblo. Apoyándose en la correcta línea de la revolución nacional democrático popular en el sur, y en la superioridad del régimen socialista en el norte, nuestro pueblo ha creado fuerzas políticas forjadas al calor de muchos años de lucha, cada vez mejor organizadas y cada vez más considerables; sobre esta base, nuestro pueblo ha edificado fuerzas armadas populares cada vez más poderosas, que comprenden alas amplias fuerzas armadas de masas, estrictamente organizadas, y un ejército revolucionario cada vez más regular y moderno. Cada una de esas fuerzas ha desempeñado papeles distintos en campos de batalla diversos, a través de las diferentes etapas del desarrollo de la resistencia. Pero, en general, en la guerra revolucionaria en el sur, tanto las fuerzas armadas como las fuerzas políticas han desempeñado un papel estratégico fundamental y decisivo; en las fuerzas armadas populares de liberación del sur, el ejército de liberación comprende las tropas regulares y las tropas regionales y, a su vez, las fuerzas armadas de las masas comprenden lasmilicias de guerrilla y las formaciones de autodefensa; todas estas fuerzas desempeñaron un papel estratégico considerable, y cada vez más importante en el transcurso de la guerra.
El fracaso norteamericano en Vietnam y en Indochina es el mayor fracaso en la historia de las guerras de agresión desencadenadas por el imperialismo. La gran victoria de nuestro pueblo es su lucha patriótica contra los agresores norteamericanos demuestra que, en nuestra época un pequeño pueblo que movilice todas sus fuerzas y coordinen estrechamente la acción de sus fuerzas políticas y la de sus fuerzas militares, la acción de su ejército revolucionario y la de las fuerzas armadas de masas, y lleve adelante simultáneamente la lucha política y la lucha armada, la insurrección armada y la guerra revolucionaria es perfectamente capaz de derrotar la guerra de agresión neocolonialista de las potencias imperialistas, incluyendo al imperialismo norteamericano.
Si echamos una mirada retrospectiva a la lucha revolucionaria, al desarrollo de la insurrección armada, de la guerra revolucionaria y delas fuerzas armadas populares de nuestro país durante más de 40 años, nos sentimos orgullosos de nuestro partido, del venerado presidente Ho Chi Minh, de nuestro pueblo y de nuestra nación. Nunca en su historia cuatrimilenaria se había visto empeñado nuestro pueblo en una insurrección y una guerra durante un período tan largo. Nunca había vencido, en pocas décadas, a tres agresores feroces, incluyendo el imperialismo norteamericano, el cruel y pérfido gendarme internacional, poseedor del mayor potencial económico y militar del mundo capitalista.
Para llevar a la victoria la insurrección de todo el pueblo y la guerra popular, nuestro partido. Sin abandonar su labor de propaganda, educación y organización en el seno del pueblo, ni la edificación de las fuerzas políticas de las masas –necesidad fundamental en todaslas fases de la lucha revolucionaria-, ha dedicado una atención particular a la edificación de las fuerzas armadas populares y ha resuelto satisfactoriamente la organización militar, otro problema de importancia fundamental.
Partiendo de la idea de “todo el país conjuga sus fuerzas”, nuestros antepasados lograron materializar el principio de “cada ciudadano un soldado”. En la actualidad, nuestro partido parte del principio de “unión de todo el pueblo”, para lograr que “todo el pueblo combata al agresor”, que “todo el país combata al agresor”, y para hacer “cada aldea, cada municipio, una fortaleza”, “cada camino un frente”, “treinta y un millones de nuestros compatriotas, treinta y un millones de valerosos combatientes”.
Nuestro partido ha emprendido en gran escala el armamento de todo el pueblo; ha edificado el ejército popular a la vez que ha armado alas masas revolucionarias en situaciones condiciones concretas de lucha, diferentes en cuanto al enemigo y sus formas de guerra de agresión, en cuanto a nuestros métodos de empleo de la violencia revolucionaria, en cuanto a las coyunturas nacionales y mundiales y a la correlación de las fuerzas comprometidas en el conflicto.
Nacida de las fuerzas políticas de las masas, de pequeñas formaciones de autodefensa, de grupos clandestinos armados, las fuerzas armadas de nuestro pueblo se han convertido en fuerzas armadas revolucionarias poderosas, portadoras de una gloriosa historia, de una tradición de fidelidad al partido y al pueblo, y de invencibilidad; estas fuerzas armadas revolucionarias disponen a la vez de un ejército popular aguerrido, dotado de un equipo cada vez más moderno y que incluye al ejército terrestre, la aviación y la marina, y unas amplias y poderosas fuerzas armadas de masas, organizadas en todas partes y dotadas de una gran variedad de armas, algunas delas cuales modernas.
En su historia de edificación y combate en condiciones y situaciones de lucha diferente, las fuerzas armadas de nuestro pueblo, han adoptado diversas formas concretas de organización, con posiciones y papeles diferentes, y han alcanzado un grado de desarrollo cada vez más elevado, pero han estado siempre formadas por dos componentes fundamentales, aliados entre sí:
Primero: el ejército popular, que comprende las tropas regulares y las tropas regionales. Segundo: las fuerzas armadas de masas, que comprenden las amplias formaciones de milicias populares y de autodefensa.
La práctica de las insurrecciones y la guerra en nuestro país ha demostrado que armar a todo el pueblo significa armar a las grandesmasas populares, y edificar, además, el ejército popular. El ejército popular ofrece ventajas que las fuerzas armadas de las masas no poseen, y viceversa. El ejército popular es una fuerza estrictamente organizada, con una disciplina rigurosa, cuidadosamente entrenada, provista de un equipo técnico relativamente avanzado, con un mando y una dirección centralizados y unificados, que poseen grandes capacidades de combate y están siempre listas para combatir. Las fuerzas armadas de las masas son fuerzas más estrechamente ligadas a las masas, cuyo potencial desarrollan directamente; utilizan una gran variedad de armas y aplican distintos métodos de combate en todas partes y en todo momento.
Coordinar la edificación del ejército popular y el armamento de las masas revolucionarias es conjugar la edificación de las fuerzas que sirven de andamiaje y la de las amplias fuerzas, la edificación de las fuerzas móviles y la de las fuerzas fijas, para rechazar a ejércitos de agresión numerosos y provistos de un equipo moderno, de una gran movilidad y de un gran potencial de fuego. Es preciso edificar lasfuerzas que sirven de andamiaje y las fuerzas móviles, tanto a escala nacional como local; edificar las fuerzas fijas en todas partes, enlas tres zonas estratégicas: región montañosa y delta, campos y ciudades. Las fuerzas móviles que sirven de andamiaje a escala nacional son las tropas regulares; a escala local, las tropas regionales. Las fuerzas amplias son las milicias populares y lasformaciones de autodefensa. De modo que las fuerzas armadas populares se componen de tres categorías de tropas: tropas regulares, tropas regionales y milicias populares y de autodefensa. Las tropas regulares y regionales forman el ejército popular. Las milicias populares y de autodefensa constituyen las fuerzas armadas de las masas. A escala nacional las tropas regulares son fuerzas móviles;las tropas regionales, las milicias populares y de autodefensa son fuerzas fijas. Las tropas regionales y las milicias populares y de autodefensa constituyen las fuerzas armadas populares regionales. En cada localidad, las tropas regionales son fuerzas móviles; lasmilicias populares y de autodefensa son fuerzas fijas. La relación entre las tropas regionales y las milicias populares y de autodefensa en las localidades representa la relación entre el ejército popular y las fuerzas armadas a escala nacional. La coordinación entre el ejército popular y las fuerzas armadas de las masas constituyen la forma de organización más adecuada de las fuerzas armadas para aumentar el poder de todo el pueblo, de todo el país, de toda la nación. Si la coordinación entre las fuerzas políticas y las fuerzas armadas, entre la lucha política y la lucha armada, entre la insurrección armada y la guerra revolucionaria, es entre nosotros la forma fundamental de la violencia revolucionaria, la coordinación entre el ejército revolucionario y las fuerzas armadas de las masas es la organización militar más adecuada para ligar estrechamente las fuerzas armadas con las fuerzas políticas y la lucha armada con la lucha política, y para aplicar los métodos de insurrección y de guerra, así como el arte militar de la insurrección de todo el pueblo y la guerra de todo el pueblo.
La practica y la experiencia nos permite llegar a la conclusión de que la coordinación entre el ejército revolucionario y las fuerzas armadas de las masas y viceversa, y la edificación de las tres categorías de tropa de las fuerzas armadas populares, constituyen leyes de la organización y el empleo de las fuerzas armada populares, para acrecentar el potencial de todo el pueblo, y de toda la nación, de todo el país, la insurrección de todo el pueblo, en la guerra popular, así como en la defensa nacional por parte de todo el pueblo, tanto en la guerra de liberación como en la defensa de la patria por parte de nuestro pueblo, un pequeño pueblo que debe resistir la dominación y la guerra de agresión de grandes países imperialistas.
La iniciativa de nuestro partido y nuestro pueblo en cuanto al armamento de las masas revolucionarias y a la edificación del ejército popular, se inspira en la tesis marxista leninista sobre la organización militar del proletariado y es la continuación y el desarrollo de lasenseñanzas de nuestros antepasados en materia de edificación de las fuerzas armadas. Nuestro partido ha sabido unir estrechamente la teoría de vanguardia de la ciencia militar proletaria con las tradiciones originales de nuestro pueblo, y ha sabido llevar cabalmente estas teorías y enseñanzas a la práctica de la lucha de nuestro pueblo en las nuevas condiciones y situaciones históricas de nuestra época. Así, el nuevo e importante desarrollo de la insurrección armada y la guerra revolucionaria, al igual que el de la organización militar en nuestro país, bajo la dirección del partido, es lógico y necesario en la historia y las tradiciones de lucha de nuestro pueblo en la época en que la clase obrera vietnamita constituye su representante auténtico. Bajo la dirección del partido y el presidente Ho Chi Minh, nuestro pueblo ha continuado y ampliado las heroicas tradiciones de lucha contra la agresión extranjera de la nación vietnamita. La insurrección popular y la guerra popular son, bajo la dirección del partido, la cumbre de la insurrección armada y de la guerra revolucionaria en nuestro país. Son la insurrección de todo el pueblo y la guerra del pueblo vietnamita en la nueva época, la época de Ho Chi Min.
Las sucesivas victorias de nuestro pueblo, contra tres imperialismos demuestran el gran poder invencible de las fuerzas armadas populares, organización militar de nuevo tipo de la clase obrera, de las masas trabajadoras y de los pueblos oprimidos, en lucha por su propia liberación y la edificación del nuevo régimen social.
Con la gran fuerza de la insurrección y la guerra nacional, del ejército nacional y del pueblo en armas, nuestros antepasados lograron brillantes victorias de la reconquista y la salvaguardia de la independencia del país, venciendo a enemigos ciertamente más fuertes, pero que poseían el mismo régimen social feudal, el mismo nivel de desarrollo de las fuerzas de producción y las mismas bases materiales y técnicas, hoy, con la nueva fuerza de la insurrección de todo el pueblo y de la guerra del pueblo, dirigidas por la claseobrera; con las fuerzas de todo el pueblo, bajo la bandera del partido; con el ejército popular y las fuerzas armadas de masas, nuestro partido y nuestro pueblo han cumplido con éxito la gran misión histórica de poner en acción la fuerza de todo el pueblo en un pequeño país cuyo potencial económico y cuyas bases materiales y técnicas son inferiores a las del adversario, poner en acción la superioridad del nuevo régimen social para vencer a ejércitos agresores de grandes países imperialistas, más numerosos y dotados de armas y medios bélicos más modernos.
Para resolver este problema de importancia estratégica de primer plano, nuestro partido ha solucionado en forma conciente y correcta la relación dialéctica entre la organización de las fuerzas y las bases materiales y técnicas, entre el hombre y el arma, como hemos analizado anteriormente. La victoria pertenece generalmente a los ejércitos que combaten por una causa justa, numéricamente superiores al enemigo, dotados de armas más perfeccionadas y que se apoyen en una economía más desarrollada. Lasinsurrecciones y guerras de nuestro país se han caracterizado sobre todo por haber logrado nuestro pueblo la victoria combatiendo al grande con el pequeño, al gran número con el pequeño número. Hoy nuestro pueblo sigue obteniendo la victoria sobre enemigos provistos de armas ultramodernas y de una economía más desarrollada, y la obtiene con armas de calidad inferior o relativamente inferior. El secreto de este brillante éxito reside en el hecho de que nuestro partido ha sabido unir el hombre al arma, siendo el hombre el factor determinante y el arma un factor muy importante. El hombre vietnamita al combatiente vietnamita, posee, en la nueva época, un nuevo grado de conciencia política, una gran combatividad; el nuevo régimen social, régimen de democracia popular y régimen socialista, posee una potente vitalidad y una franca superioridad desde todos los puntos de vista. La organización militar de nuevo tipo moviliza a las grandes masas más que en cualquier otra época anterior de la historia nacional.
La alianza entre el ejército y las fuerzas armadas de las masas ha experimentado un nuevo desarrollo. El arte militar de las fuerzas armadas populares posee un contenido radicalmente revolucionario, un potente espíritu de ofensiva y métodos de combate ingeniosos y originales. Todos estos nuevos elementos sirven precisamente de base para el aumento del poder de todo el pueblo de las fuerzas armadas populares, aun cuando solo contaran con armas y equipos mediocres. Por consiguiente, en la sublevación general de la nación, las fuerzas armadas de todo el pueblo poseen un potencial abrumador capaz de vencer a un enemigo con tropas más numerosas y dotadas de equipos ultramodernos, como el imperialismo norteamericano. Nunca había sido lanzado contra nuestro país un ejército agresor de un millón de hombres, dotados de equipos modernos, como el cuerpo expedicionario norteamericano y las tropas mercenarias saigonesas. Nunca antes nuestro pueblo se había enfrentado a un enemigo provisto de un potencial económico y militar tan enorme como el del imperialismo norteamericano. Pero nuestro ejército y nuestro pueblo han obtenido grandes victorias, están obteniendo otras aún más importantes, y marcharán sin la menor duda hacia la victoria final.
La victoria militar de nuestro pueblo, de nuestras fuerzas armadas populares, ha desmentido la tesis militar burguesa sobre el papel determinante de las armas y de la técnica en la guerra. En cambio, confirma la tesis militar del proletariado sobre el papel decisivo del hombre, de las masas populares y nos brinda las pruebas de la superioridad neta de la ciencia militar proletaria con respecto a la ciencia militar burguesa. Ha terminado la época en que los grandes países imperialistas empleaban su fuerza militar para hacer su voluntad y someter a los pueblos pequeños.
La gran victoria del pueblo vietnamita –una pequeña nación, con un territorio poco basto, una población poco numerosa, una economía subdesarrollada- contra los imperialistas dotados de un potencial económico y militar enorme, de tropas numerosas y equipos técnicos modernos; esta gran victoria, demuestra el gran poderío de los pueblo, incluyendo a los pueblos pequeños, en su justo combate, así como las posibilidades limitadas de los grandes países imperialistas en sus guerras de agresión. Evidente que en nuestra época, un país, aunque sea pequeño, pero que esté unido y decidido, y que siga una orientación revolucionaria justa, que sepa exhortar a todo su pueblo a sublevarse, a ir a la guerra, a participar en la edificación y la consolidación de la defensa nacional, y que sepa, además, ganarse el apoyo y la ayuda internacionales, está perfectamente en condiciones de derribar la dominación colonialista y de hacer fracasar las guerras de agresión de los grandes países imperialistas, incluyendo al imperialismo norteamericano, su cabecilla.

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