Nuestra Posición Politica

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martes, 31 de julio de 2012

Diario del Pueblo elogia papel de EPL en socialismo con características chinas


Diario del Pueblo elogia papel de EPL 


en socialismo con características chinas


BEIJING, 31 jul (Xinhua) -- El Diario del Pueblo, el órgano de difusión del Partido Comunista de China (PCCh), publicará el miércoles un editorial donde elogia el importante papel del Ejército Popular de Liberación (EPL) en la construcción del socialismo con características chinas.

El editorial, escrito con motivo del 85 aniversario de la fundación del EPL el 1 de agosto, dice que el EPL ha sido un "fuerte pilar y una importante fuerza de construcción" para ayudar a crear el socialismo con características chinas.

El editorial dice que la clave para el crecimiento del EPL es que venera el liderazgo del Partido y, por lo tanto, mantiene una gran cohesión.

Es importante promover el desarrollo científico de las fuerzas de defensa nacional, mejorar la capacidad militar clave de las fuerzas armadas y llevar a cabo la refoma relacionada con las fuerzas armadas en una forma activa y prudente, dice el editorial.

El editorial agrega que el ejército debe fortalecer sus capacidades para ayudar al Partido a consolidar su estatus gobernante, garantizar la seguridad, brindar apoyo para salvaguardar los intereses del país y mantener la paz mundial.

Pueblo que lucha triunfa y el programa de gobierno es factor fundamental para la Toma del Poder en Colombia


DECLARACIÓN POLITICA

DEL PARTIDO DE LA CLASE OBRERA

FUERZAS ARMADAS 

REVOLUCIONARIAS DE COLOMBIA

EJERCITO DEL PUEBLO

MARXISTAS - LENINISTAS  REVOLUCIONARIOS

SOCIALISTAS  Y  COMUNISTAS

FARC-EP  

VANGUARDIA REVOLUCIONARIA

POLITICA  MILITAR 

DEL PROLETARIADO REVOLUCIONARIO

Y  PUEBLO COLOMBIANO

POR  LA CONQUISTA HISTORICA

DE UN LEGITIMO POPULAR

GOBIERNO

DEMOCRATICO

REVOLUCIONARIO

AL SOCIALISMO

POR LA PAZ  DEL PUEBLO

CONTRA LOS ENEMIGOS

LA  CRIMINAL BURGUESIA CRIOLLA

LA TIRANIA MILITAR FASCISTOIDE

Y  EL IMPERIALISMO NORTEAMERICANO.
















DECLARACIÓN POLITICA
Escrito por Secretariado del EMC de las FARC-EP   
Domingo, 29 de Julio de 2012 16:28
La situación actual del país y las tareas que demanda
Recientes acontecimientos de honda repercusión nacional, ponen en evidencia que la imagen  de esa Colombia paradisiaca, que los dos últimos gobiernos se encargaron de difundir ante propios y extraños, no pasa de ser una creación mediática y virtual, inventada con el objeto de atraer el capital inversionista transnacional en crisis en otras latitudes, y animada por el deliberado propósito de enriquecer a una élite local privilegiada, en grave perjuicio delos intereses de las grandes mayorías colombianas y de nuestra existencia misma como nación soberana.

El estado de la economía
Serios analistas independientes y oficiales registran con alarma la vanidad incrustada en la afirmación de que la economía nacional disfrutaba de suficientes blindajes ante la crisis mundial. El supuesto crecimiento económico desbordado e imparable, que uribistas y santistas difundieron presuntuosa y repetidamente, comienza a dar muestras palpables de desaceleración y retroceso, alertando además sobre el peligro inminente que significa haber apostado a un proyecto de desarrollo fundado en el sector primario exportador minero y agroindustrial, cuando lo que se avizora en el horizonte es la caída en la demanda y los precios internacionales.

De profundizarse esa tendencia, la economía colombiana, ya de por sí golpeada por más de veinte años de apertura económica y enrumbada a la desindustrialización por causa de la agudización de las políticas neoliberales, arriesga ser arrollada del todo con la vigencia plena de los  tratados de libre comercio con los Estados Unidos, la Unión Europea, Corea del Sur, y demás pactos ansiosamente buscados y suscritos. El beneficio de los sectores ligados al comercio de productos terminados y servicios del primer mundo, no va a compensar la ruina del empresariado nacional, la agricultura y la ganadería, y menos va a mejorar la suerte de los millones de desempleados e informales que pulularán por todo el país.

El régimen impositivo de escandalosos privilegios y las extremas facilidades competitivas que los últimos gobiernos establecieron a favor del gran capital inversionista, unido a la creciente debilidad de la producción nacional, apuntan a vaciar las arcas del fisco en aumento de la perniciosa dependencia del crédito externo. Está visto con los ejemplos de las naciones europeas hundidas hasta el cuello en la crisis financiera, que la banca internacional carece por completo de decencia. Aquí también serán los trabajadores y el pueblo despojado de la prestación de pensiones, subsidios, bienestar social, servicios como salud y educación, los que tendrán que poner la plata para pagar la deuda. Suficientes evidencias impiden ignorar esa dolorosa realidad.

La Colombia real es un país gobernado por las imposiciones de las entidades multilaterales de crédito, con un modelo de economía totalmente al servicio de los capitales transnacionales, un gobierno obsesionado por el rápido enriquecimiento de los grupos económicos que representa, unas fuerzas militares subordinadas al mando del Ejército de los Estados Unidos y una población mayoritariamente hundida en la desesperanza. No sólo representamos el país con la mayor desigualdad del continente, sino que los índices de pobreza y miseria, de desempleo e informalidad, de corrupción política y violencia nos avergüenzan ante el mundo.

La coyuntura política
Por otra parte, los bochornosos episodios puestos al descubierto con la frustrada reforma a la justicia, la judicialización en Norteamérica del general Santoyo, la detención con fines de extradición del narcotraficante Camilo Torres, las elecciones del Valle, las acusaciones y captura en contra de Sigifredo López, la posesión del general Naranjo como asesor en México, la publicación del video de Romeo Langlois, la rebelión indígena y campesina del Cauca contra la ocupación militar y hasta el derribamiento del avión Supertucano al tiempo que Santos celebraba su consejo de seguridad en Toribío, suman algunos de los hechos de mayor impacto político con los que Colombia entera aterriza del mundo de ilusiones forjado largamente por la propaganda oficial.

Nada de ejemplar y respetable quedó en pie de las llamadas instituciones democráticas colombianas tras el episodio de la reforma a la justicia. Congreso de la República, Rama Ejecutiva y Poder Judicial pelaron el cobre de su mezquindad, hipocresía y corruptibilidad. Como si no hubiera sido suficiente con el mercado de intereses personales que pujó por la impunidad total a la narcoparapolítica, el saqueo de las arcas del Estado y la arbitrariedad de la burocracia uribista, el Presidente Santos, revolcado en sus propias heces,optó finalmente por violentar una vez más la Constitución del 91 en su afán por sostener un dudoso prestigio con miras a la reelección.

La Colombia real se debate en medio del drama de su derrumbamiento económico, institucional y político, atada de pies y manos por un impresionante aparato militar, paramilitar y policial al que se suma el más descarado divertimento mediático que pretende ocultar la gravedad de lo que ocurre. Nuestra nación ni siquiera cuenta con una Constitución Política, acaban de deshojarla  y pisotearla en las  narices de todos. Los grandes centros del poder mundial nos condenan a ser un país atrasado y dependiente, suministrador barato de recursos naturales, mientras la oligarquía encargada de cumplir fielmente tal propósito se enzarza a dentelladas por la mejor tajada.

La pelea de Uribe y Santos
No puede entenderse de otro modo la disputa entre el ex Presidente Uribe y el actual gobierno. Ninguna diferencia ideológica los separa. Tampoco, como queda visto, ninguna práctica política. El recurso excesivo a la violencia ciega que caracteriza abiertamente al primero y que el segundo modera tan solo en el discurso, tiene su origen en sus tradicionales nexos con la mafia narco paramilitar de la que el Presidente Santos intentó vanamente deslindarse. Allí nació la furia uribista contra la ley de víctimas y restitución. Así como su frenética oposición a cualquier tipo de conversación con las FARC. En su concepción no cabe una idea política distinta a las suyas.

La contratación pública y una mayor cuota de poder alimentan el fanatismo de Uribe, del que Santos fue su mejor mentor en el pasado. La guerra declarada ni siquiera llega a una renuncia formal de su participación ministerial o a otras altas posiciones del Estado. Uribe, que en sus mandatos tejió la red de  privilegios al capital transnacional, teme que Santos la rasgue un poco tras su anuncio de hacer chillar los ricos con su reforma tributaria. Por eso su ruptura resulta propicia a estas alturas. Todo seguirá como está. Además, Uribe necesita blindarse con un gobierno incondicional contra cualquier actuación judicial futura. Santos ya no le inspira confianza.

Aquí salta el otro aspecto de la farsa publicitaria sobre los éxitos de la seguridad democrática. La supuesta derrota al narcotráfico obtenida con el Plan Colombia. Los últimos gobiernos vendieron esa idea ante el mundo y ahora viene a descubrirse la escandalosa verdad. Sólo se ha conseguido un sucesivo rodaje del negocio entre unos y otros capos, al tiempo que la Policía Nacionalaparece involucrada al más alto nivel jerárquico en vínculos con la red narco paramilitar. Santoyo, el inseparable jefe de seguridad de Álvaro Uribe Vélez, y el exjefe antinarcóticos y de la Dijín general Cesar Pinzón, son apenas los primeros nombres de la larga lista.

¿A qué va Naranjo a México? ¿Acaso a servir desde más cerca a los carteles mexicanos? La DEA pretende cumplir en ese país una experiencia semejante a la fracasada en Colombia. Y por lo visto lleva a los hombres ideales para eso. Al fin el cabo  a USA jamás les ha interesado poner fin al negocio, sino usarlo como pretexto para sus intervenciones políticas. El reciente intento por investir de impunidad al parlamento y altos funcionarios públicos que todo el Establecimiento apoyó en la reforma judicial, desnudael grado de descomposición de la clase en el poder, que ahora acaba de entregar el Valle a la Unidad Nacional,contra el repudio ignorado de su población.

Álvaro Uribe Vélez teme que sus vínculos mafiosos no puedan seguir siendo disimulados como en el pasado. Pasos de animal grande lo rondan, por lo que anhela con desespero volver a repetir el embrujo mediante el cual consiguió importantes apoyos en el 2002 para acceder a la Presidencia. Por eso su obsesión fundamentalista contra las FARC y todo lo que en su parecer puedan representarlas. La resurrección de la vieja farsa de la farcpolítica que el Fiscal de su confianza emprendió contra Sigifredo López, así como su renovado odio contra la Venezuela bolivariana y revolucionaria, hacen parte de ello. Su ceguera le impide comprender que el país cambió, y que cada día más consciente del engaño de que fue víctima, sólo espera su dura caída.

Las realidades del conflicto armado
La fuerza reveladora de las imágenes captadas por la cámara de Romeo Langlois antes de ser aprehendido por las FARC en abril pasado, destapa la otra gran mentira de la seguridad democrática. La de la derrota de las FARC-EP. La insurgencia permanece presente, combativa  e invencible allí donde la militarización por parte del Estado es completa, mientras las poderosas fuerzas militares y policiales conformadas y financiadas por los gringos lucen asustadizas, arrogantes sí contra la población civil de campesinos inermes, mujeres y niños. A su vez, los grandes laboratorios que reportan, resultan ser en verdad pequeños cambuches de miseria.

De no haberse producido el combate que filmó el periodista francés, el Ejército regular habría difundido mundialmente su propaganda difamatoria y calumniosa. La que sirve a los intereses norteamericanos de intervención militar en Suramérica, la que se presta para encubrir los negociados que se celebran alrededor del mercado de la guerra, la que permite que generales de la República llenen sus arcas al servicio de los grandes capos del narcotráfico, mientras despotrican en público contra las mafias y acusan a las FARC de ser el verdadero cartel. La guerra que permite a los apoyos uribistas concentrar más tierras y despojar más campesinos.

Del mismo modo, el accionar militar de las FARC en la Guajira, Norte de Santander, Meta, Antioquia, Guaviare, Nariño, Putumayo, Huila, Tolima, y en general en todo el territorio nacional, atrae especialmente la atención sobre el departamento del Cauca, pues en aquel escenario confluyen de modo particular las incidencias de la lucha armada guerrillera con las del movimiento campesino, indígena, negro y popular contra el modelo neoliberal de Santos y sus locomotoras. Nadie que se precie de ser medianamente objetivo, puede desconocer en la Colombia de hoy la simbiosis fundamental que existe entre los grandes proyectos mineros, energéticos o agroindustriales y la ofensiva militar que se cumple contra los territorios ocupados por colonos, pequeños mineros, comunidades negras e indígenas.

Lo que la gente del Cauca y gran parte de Colombia está exigiendo, es que cese la guerra contra ella. La guerra de las operaciones militares y paramilitares, de los bombardeos y ametrallamientos, de los allanamientos y capturas masivas, la guerra del despojo y el arrinconamiento. Lo que Santos y toda la oligarquía rendida de rodillas ante el gran capital sostienen en sus discursos y medios de comunicación, es que son las FARC, a quienes no vacilan en calificar con los más groseros adjetivos, quienes llegaron al Cauca a perturbar la vida de sus habitantes. Por eso proclaman que todo el mundo debe rodear la arremetida contra nosotros, al tiempo que señalan furiosos a quien se les oponga.

La verdad es muy distinta, son ellos los agresores, son ellos los ladrones y violentos. Así ha sido desde cuando  en 1965 un aristócrata Presidente nacido en Popayán y fallecido dicientemente en Rochester, Nueva York,  desató la nefasta Operación Riochiquito contra los indígenas y campesinos caucanos. Que no vengan ahora con cuentos chinos. La historia de Colombia no miente, aunque intente borrársela y hasta se excluya su enseñanza de las aulas de secundaria.

Lo que Santos busca enel Cauca o la Sierra Nevada de Santa Marta, como fiel heredero de los conquistadores y encomenderos españoles, es comprar con espejitos y pequeñas migajas que halaguen la recién fomentada ambición de algunos caciques indígenas, la pasividad y el sometimiento de sus gentes ingenuas. Y a leerles el bando en que anuncia que aquellos que se opongan a su religión de prosperidad democrática, van a conocer el peso de su fuerza militar o judicial. Por eso obtiene rechiflas y repudio. Por eso las comunidades se niegan a escucharlo. Por eso les grita irritado desde lejos que el Ejército y la Policía no abandonarán jamás sus posiciones.

El alentador despertar de la lucha de masas
Por encima de las patrañas políticas y politiqueras, por encima de las campañas mediáticas de embrutecimiento, por encima de la ofensiva terrorista del Estado con sus aviones bombarderos que ya comienzan a ser derribados, son cada día más los colombianos que despiertan del engaño al que estuvieron tanto tiempo sometidos, son cada vez mayores las filas de la gente decente indignada con lo que la casta gobernante está haciendo con Colombia. Por todas las esquinas de la patria se levantan las voces y los brazos de los afectados con las políticas del régimen, de las mujeres y hombres que comprenden la necesidad de la lucha, de las ciudadanas y ciudadanos que anhelan vivir en un país democrático, en paz, justo, soberano y libre de tanta inmundicia.

El decoro generalizado yfurioso que obligó a Santos a recular con su reforma judicial, del mismo modo que la dignidad contundente y masiva del estudiantado que lo obligó a echar atrás su reforma de la educación superior, requieren multiplicarse de modo organizado y consciente en la actual y decisoria coyuntura.Para la reconstrucción de Colombia no resultan suficientes la inconformidad, el desprecio de su clase política, la repugnancia hacia su proyecto de país. Es necesario pronunciarse enérgicamente contra eso, con la fuerza de la expresión multitudinaria. Resulta urgente por tanto recurrir a la unificación de fuerzas con todos los sectores indignados, conformar un inatajable torrente popular que se lleve por delante la indecencia.

Con el movimiento obrero, campesino, indígena, de negritudes, de mujeres, de desempleados, de pequeños y medianos mineros, de estudiantes, de profesionales empobrecidos, pequeños y medianos empresarios, industriales y comerciantes, la academia, la intelectualidad, el profesorado, los informales y trabajadores independientes, los partidos y organizaciones de izquierda o de clara definición democrática. Con los liberales y conservadores aterrados con tanta podredumbre, hasta con los policías y militares retirados y olvidados por el régimen que los usó, con los creyentes, los cristianos, los ateos, los jóvenes, los ancianos y todas las minorías discriminadas. Concientización, organización, protesta, resistencia y movilización activas. He allí la tarea prioritaria.Sumar y unificar la rebeldía del pueblo colombiano por los cambios.

La bandera de la paz envuelve la lucha por el poder
Siendo claros de que la guerra civil colombiana enfrenta la arrogancia brutal del capital y su modelo de dominación contra las masas populares alzadas en armas contra su violencia, y conscientes de que con ella como pretexto el poder ha impuesto el despojo como tradicional medio de acumulación de la propiedad, y la represión como su forma natural de gobierno, la primera misiónde ese poderoso movimiento popular unificado tiene que ser la de luchar por poner fin al conflicto armado, por presionar al ejecutivo nacional, a su clase política corrupta y a sus fuerzas militares, a aceptar el camino de una solución dialogada, pacífica y democrática.

Sin imposiciones que la hagan imposible.Y con todo el país tomando parte en ella. Basta ya del cuentecillo de la llave oculta en el bolsillo. La paz no le pertenece a la oligarquía militarista y violenta, le pertenece al pueblo que la reclama para poder vivir mejor. Una solución política necesariamente entraña profundas reformas en el campo institucional, en materia de distribución de la tierra y las riquezas, en cuestión del proyecto económico de país, del papel a desempeñar por las fuerzas armadas, de la atención social de los colombianos. Por eso las voces de estos deben ser escuchadas, respetadas y atendidas en cualquier proceso hacia la reconciliación. Y si esto no fuera posible con el actual gobierno, habrá que llevar al poder a otro que sítenga esa disposición.

Lo cual implica el reto para el palpitante movimiento por la dignificación de la patria, de pensar con seriedad en la posibilidad de trabajar en una campaña política de claro carácter renovador. Es de importancia cardinal plantar una alternativa limpia, nueva, democrática, amplia, capaz de arrebatar de las manos el dominio del Estado a la corrupta clase dirigente actual. Un movimiento de colombianos honestos por el poder, que abra la esperanza en el oscuro panorama que le depara al país continuar bajo la égida de una u otra de las  seguras alternativas que planteará la oligarquíaen el 2014.Masas organizadas, unidas, con propósitos claros, son capaces de imponer finalmente sus propósitos. Es fundamental creer en ello.

Un nuevo gobierno democrático, amplio y pluralista podrá por fin soltar las amarras que nos atan a los colombianos a la horrible noche de la violencia. Posibilitar acuerdos de paz, construir unas fuerzas armadas que defiendan el interés de todos los nacionales y no los de una casta antipatriótica, materializar una existencia democrática en la que la voz de las mayorías sea quien determine el camino a emprender, enrumbar al país por un desarrollo económico basado en la producción y el trabajo de todos los colombianos, velar por la salud, la educación, el empleo y el bienestar general, sin favoritismos, entregar la tierra a quienes quieran y puedan trabajarla, y asistirlos en su actividad y crecimiento, usar las riquezas naturales para el bien de todos, rescatar nuestras culturas y solucionar en justicia los más graves problemas sociales.

Se habla ahora de otras posibles vías, como la convocatoria a un referendo que revoque los actuales poderes, o la promoción de una Asamblea Nacional Constituyente que tenga la potestad de recomponer por completo al país. Todos los recursos de la lucha popular cuentan para unificar contra el régimen. Sin perder de vista que la senda  de someter en algún momento el anhelo por los cambios a la decisión de los mismos poderes establecidos, puede terminar en un simple maquillaje que relegitime el orden de cosas vigente. La Constituyente de 1991 disolvió el parlamento, y pese a ello la misma clase política contaminada volvió a controlarlo todo. El poder constituyente no puede dejarse enredar en consideraciones legalistas.Él crea, él hace, él puede.

La vigencia de nuestra lucha
Está claro que las FARC-EP no vamos a traicionar el legado de nuestros fundadores y mártires. Ni a volver la espalda a la gente humilde de nuestro país que conoce a diario el peso de la arrogancia, el despojo y el terror por parte del Estado. Así como en una mañana de mayo 48 años atrás,los heroicos campesinos de Marquetalia decidieron empuñar las armas y soñar con la toma del poder para el pueblo, los combatientes de hoy ratificamos de nuevo que jamás entregaremos nuestros sueños tras una denigrante rendición y desarme. Solo una transformación profunda de las condiciones vigentes en nuestra patria puede posibilitar y garantizar la paz, que es la paz en la que hemos creído desde nuestro nacimiento.

Queríamos y soñábamos con un cambio por vías pacíficas y democráticas, pero nos han sido cerradas violentamente una y otra vez desde el gobierno de Guillermo León Valencia. Hoy podemos asegurar que un diálogo lejano y a espaldas del país, como lo pretende Santos, sólo terminará por intensificar más la confrontación. Nuestros sentidos permanecen atentos al avance de la rebeldía y la organización de los de abajo. Con ellos sí estaremos en todos los escenarios a los que los conduzca su accionar por la paz y los cambios. Sean cuales sean los rumbos que el destino depare al esfuerzo por democratizar a Colombia, tan inmensamente renovado y latente hoy, las FARC-EP estaremos siempre al lado de nuestro pueblo. Y venceremos con él, lo juramos.

SECRETARIADO DEL ESTADO MAYOR CENTRAL DE LAS FARC-EP
Montañas de Colombia, 22 de julio de 2012.

miércoles, 25 de julio de 2012

Por la Transformacion Revolucionaria de la Sociedad y Por Donde Empezamos en cada Pais del Mundo.

1 DE ABRIL DE 1970 - 2012 

HACIA ADELANTE

LA IMPORTANCIA NACIONAL E INTERNACIONAL

DE NUESTRA POSICION POLITICA IDEOLOGICA

Y COMO DERROTAMOS EN NUESTRO PAIS

LA ESTRATEGIA Y TACTICA 

DE LA GUERRA CONTRARREVOLUCIONARIA

LA REPETICION DE "LA FARSA ELECTORAL"

DE LAS ELECCIONES Y  EL VOTO

LA VIOLENCIA INSTITUCIONALIZADA

Y AL "FMLN" DESVIADOS Y TRAIDORES

REVISIONISTAS Y REFORMISTAS 

DE DERECHA A "IZQUIERDA"

Y  ACERCA DE COMO DERROCAREMOS 

A LA BURGUESIA Y SUS ALIADOS

CONTRA EL CAPITALISMO  Y SU FASE SUPERIOR

EL IMPERIALISMO

EL FASCISMO  

Y  LAS TIRANIAS MILITARES FASCISTOIDES.





V INTERNACIONAL PROLETARIOS

DE TODOS LOS PAISES SOCIALISTAS:

PROLETARIOS REVOLUCIONARIOS,

DE TODOS LOS PAISES UNIOS ! 

  




Subtitulos en español: se activan en donde dice cc.



Contra la Farsa Electoral Resonancias FPLFM.mp4 Fuerzas Populares de Lib







TTranscendencia FPLFM Fuerzas Populares de Liberacion "Farabundo Marti"H










PROYECTO  REVOLUCIONARIO

DIRIGIDO FRATERNALMENTE A

-LOS PARTIDOS DE LA CLASE OBRERA.

-LOS PARTIDOS COMUNISTAS.

-A LAS FUERZAS DE LA REVOLUCION

PROLETARIA POPULAR SOCIALISTAS.

EN LA TEORIA Y PRACTICA DEFINIDOS

CON LA FILOSOFIA DEL PROLETARIADO

CON EL  MARXISMO  DE MARX,

CON EL LENINISMO DE LENIN,

REVOLUCIONARIO

Y  CON LAS CONTRIBUCIONES 

POR OTROS DESTACADOS LIDERES 

DE LA CLASE OBRERA Y CAMPESINADO











EN HONOR A LOS HEROES Y MARTIRES

EL SALVADOR 30 DE JULIO DE 1975


LA SOLIDARIDAD DE LOS ESTUDIANTES,

DE SALVADOR CAYETANO CARPIO

COMANDANTE MARCIAL

A  FARABUNDO MARTI 

Y  NUESTRA LINEA POLITICA

EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO
   



Las FUERZAS POPULARES DE LIBERACION -FPL- "FARABUNDO MARTI", organización político-militar de El Salvador, marxista-leninista. que aspira a convertirse en la vanguardia revolucionaría de la clase obrera y del pueblo, y cuyas actividades de estructuración orgánica, de accionar político-militar e ideológico se iniciaron el primero de abril de 1970, ante la necesidad histórica de dotar al pueblo de sus instrumentos revolucionarios de lucha frente a la defección de las organizaciones tradicionales de izquierda, especialmente el P.C.S., hundidas en las corrientes de derecha del oportunismo, el revisionismo, el reformismo burgués, el economismo y el burocratismo, han podido constatar en la práctica revolucionaria la necesidad histórica de su formación.

En un periodo muy corto, guiándose por la ciencia del marxismo-leninismo aplicado e las condiciones concretas de El Salvador y Centro América, a través de la estrategia político-militar de Guerra Prolongada del Pueblo, ha podido desarrollarse como organización revolucionaria que marcha firmemente hacia su conversión en partido político revolucionario marxista-leninista de la clase obrera, ha sido capaz de crear la guerrilla y consolidarla en el territorio salvadoreño, como medio estratégico para la formación del Ejército Popular de Liberación, ha alcanzado profunda influencia organizada en amplios sectores del pueblo dirigiéndolo y orientándolo activamente en sus luchas combativas y comienza a profundizarla en la clase obrera industrial; y ha comenzado a formar los organismos armados para -militares: milicias.

En este complejo grado de su desarrollo, frente a las cada vez mayores y variadas responsabilidades de conducción del pueblo en todos los niveles y modalidades de sus luchas; entre las cuales la lucha armada es el eje, íntimamente entrelazada con los otros medios enfilados al fortalecimiento del proceso revolucionario, de sus bases orgánicas, de su estructura y funcionamiento no pueden ser las mismas que en sus períodos iniciales de desarrollo.

El fortalecimiento orgánico, político-ideológico de las FPL permitirá su mayor capacidad de conducción de las masas populares y de su incorporación a la lucha revolucionaria, mayor capacidad de formación y conducción del Ejército Popular de Liberación, y de las milicias populares en una palabra mayor capacidad de conducción del pueblo en la guerra revolucionaria hasta la Revolución Popular y el Socialismo.

Por ello, en este grado de su desarrollo, las FPL emiten sus BASES ESTATUTARIAS, basadas en las normas leninistas de organización y adaptadas a la necesidad histórica de desarrollo de la vanguardia organizada de la clase obrera de nuestro país.

Ellas establecen el carácter marxista-leninista de las FPL, su esencia de clase proletaria que obedece a los intereses inmediatos y fundamentales de la misma y que tiene como fin la consecución de sus objetivos revolucionarios, para lo cual desarrollan la tarea estratégica de organizar, elevar la conciencia, la combatividad y disposición revolucionarias de las masas populares, para incorporarlas activamente al proceso revolucionario, como factor directo del triunfo de la Revolución Popular hacia el Socialismo, del establecimiento de un Gobierno Popular Revolucionario como paso necesario para el tránsito a la sociedad socialista y al comunismo. 

Establecen como las bases de su organización, estructura y funcionamiento, los principios leninistas del Centralismo Democrático que combinan armónicamente el carácter* firmemente centralizado y democrático de la organización, adaptados (*así en el original) al funcionamiento clandestino dentro del marco de la Guerra Prolongada del Pueblo, en el cual le toca conducir a éste.

Las bases orgánicas fijan la estructura interna de las FPL , que se van conformando como partido revolucionario marxista-leninista del proletariado salvadoreño, y fija los vínculos de interrelación y coordinación entre sus diversos órganos internos que forman un complejo de organismos con plena supeditación de los organismos inferiores a los superiores; del individuo al colectivo; de la minoría a la mayoría y establece firmemente la no aceptación de fracciones en el seno de la organización. En esta estructura el Consejo Revolucionario de las FPL representa la suprema autoridad y dirección politico-militar; y el Comando Central, electo y dirigido por el Consejo Revolucionario de las FPL, la direccion nacional estratégica y táctica político-militar diaria de las FPL, apoyada en las Comisiones Nacionales del CO-CEN, que bajo la inmediata dirección y control de éste le ayudan en la dirección de las diversas ramas de trabajo a nivel nacional, para lo cual se apoyan en sub-comisiones de carácter nacional. Para la dirección regional y local, las bases orgánicas establecen las Direcciones de Zona con atribución sobre regiones geográficas concretas, que, a su vez, se apoyan en sub-direcciones zonales de diversas áreas de trabajo.

Las FPL establecen como sus organismos de base, las células de miembros de la organizacion, que funcionan de acuerdo con el principio leninista celular, base de la estructura de un partido proletario marxista. 

Las bases orgánicas de las FPL establecen los requisitos de alta calidad revolucionaría que son necesarios para tener el alto honor y responsabilidad de ser miembro de las organizaciones y para conservarlo. Establecen quiénes pueden ser miembros de las FPL y los requisitos para su ingreso y normas de militancia.

Establecen ampliamente los deberes y derechos de los miembros. Regulan las reglas y procedimientos tos para sopesar, juzgar y sancionar las faltas y delitos cometidos por miembros de la organización. 

Y, finalmente, tomando en cuenta su fiel apego a los principios del Internacionalismo Proletario, establecen los canales para desplegar la solidaridad internacional revolucionaria y para el estrechamiento de relaciones con el Campo Mundial del Socialismo y con las organizaciones revolucionarias del mundo, en especial, para llevar a cabo la tarea conjunta de los pueblos Centroamericanos: la revolución popular y el Socialismo.


¿Por qué las FUERZAS POPULARES DF LIBERACION han adoptado este nombre? Las razones del porqué las FPL han adoptado este nombre son:


FUERZAS


Porque efectivamente las FPL constituyen una fuerza militar y política en creciente desarrollo. El vocablo FUERZAS encierra una concepción dinámica que expresa apropiadamente los que somos actualmente y también la perspectiva del desarrollo inmediato y futuro de esta organización revolucionaria. Incluye la Idea de lo militar y lo político. 


POPULARES


Porque esas fuerzas no son aislados del pueblo, sino que son producto del mismo, su instrumento orgánico político-militar, cuya misión estratégica tiene como uno de sus objetivos fundamentales incorporar activamente al pueblo a la guerra revolucionaria militar y política, ya que es el pueblo el creador de su propio destino y el único que puede llevar hasta la victoria final la causa de la revolución y construir el futuro régimen socialista. Nuestra organización se está forjando como el instrumento político y militar del pueblo para llevar adelante la lucha revolucionaria. 


DE LIBERACION


Porque el pueblo, a través de la guerra prolongada política y militar, en plena unidad con la lucha revolucionaria de los otros pueblos centroamericanos, alcanzara su liberación de las garras del imperialismo yanqui; de la burguesía interna; de los sangrientos regímenes de los opresores, sostenes de las clases explotadoras, para que sobre la base de la destrucción del poder de las clases dominantes explotadoras, llevar a cabo su Revolución Popular hasta la construcción del Socialismo. 


a) Aspiramos al honor de ser continuadores y herederos de las luchas revolucionarias que, a través de su historia han tenido los pueblos centroamericanos y el salvadoreño en particular. Nos esforzamos por retomar sus tradiciones de lucha y hacerlas avanzar. La bandera en sangrentada de la revolución del pueblo viene de mano en mano y de generación en generación y será llevada hasta las cumbres del socialismo por las presentes y futuras generaciones. Entre esas luchas del pueblo cuatro grandes jalones han dejado profunda huella en nuestra historia: 


1. La heroica lucha de nuestros antepasados contra el invasor español, hasta sucumbir en el colonialismo.


2. Las luchas de la independencia del yugo español, especialmente desde 1811.


3. E1 levantamiento campesino dirigido por Anastasio Aquino que abarcó a los pueblos nonualcos.


4.1a insurrección campesina de 1932 con sus decenas de millares de mártires y héroes del pueblo.




Ha habido otras grandes luchas populares como la de 1944, pero indudablemente que estas cuatro han dejado los más profundos surcos en la historia popular. De ellas la que inmediatamente engarza con las actuales luchas del pueblo, es el masivo levantamiento de 1932, que tuvo ya un carácter clasista obrero-campesino y una turbulenta orientación hacia el Socialismo


b) Entre los dirigentes de este gigantesco episodio, que marcó tan profundas huellas en los siguientes períodos de la historia del país, indudablemente el más integral y elevado exponente del pueblo fue AGUSTIN FARABUNDO MARTI; no obstante las debilidades o fallas que ahora puedan señalarse en su preparación y en la dirección político-militar del movimiento popular, los rasgos revolucionarios esenciales de su figura concuerdan en gran medida con los principales del movimiento revolucionario actual.


Veamos brevemente algunos de esos rasgos:


1. Fue un combatiente y jefe revolucionario de la lucha armada del pueblo y no de manera casual, sino sistemática. Fue no sólo político, sino también militar revolucionario. Fue Guerrillero en las montañas de Las Segovias, a la par de Augusto Sandino, de quien fue secretario y uno de sus oficiales. Dió* (*asi en el original) impulso a la lucha armada en El Salvador, a través de la gran insurrección campesina de 1932, la más grande insurrección popular en toda la historia del país.


2. Fue pionero del marxismo-leninismo en El Salvador, precisamente en los años en que el marxismo se extendió por el mundo bajo la influencia de la triunfante Revolución Socialista de Octubre (bajo las naturales limitaciones que en esa época había en el país para el conocimiento profundo de la teoría marxista). Fue creador del Partido Comunista de El Salvador, al que concebía como el combativo partido revolucionario del proletariado y no como un apéndice de la burguesía. Trató de extender el marxismo a otros pueblos de Centroamérica.


3. Agustín Farabundo Martí no concebía la lucha revolucionaria de nuestro pueblo con un estrecho criterio chovinista, sino que en toda su amplitud centroamericana v latinoamericana, yendo en la práctica a pelear en las montañas de Nicaragua. Las FPL tienen, como las bases de su estrategia, la necesidad histórica de unificar la lucha revolucionaria de los pueblos centroamericanos, hasta la creación del Ejercito Popular Centroamericano, para la definitiva victoria de la Revolución en nuestros pueblos. 


4, Agustín Farabundo Martí imprimió al movimiento de masas en el Salvador, un profundo carácter anti-imperialista y luchó con las armas en la mano por expulsar a los marinos yanquis de Nicaragua.


Las FPL consideran al imperialismo yanqui como el enemigo fundamental de nuestros pueblos y lucharán con todas sus fuerzas por su expulsión definitiva en El Salvador y Centroamérica.


5. Agustín Farabundo Martí mostró en la práctica, y no sólo de palabras, el profundo internacionalismo proletario en la lucha común de los pueblos contra sus enemigos comunes. Ese mismo principio inspira la lucha revolucionaria de las FPL.


6. Martí imprimió a la lucha de masas un carácter político radical y de gran combatividad con la utilización de medios de lucha; tales como, las huelgas casi continuas en la ciudad y el campo, movilizaciones combativas, choques de calle con las fuerzas represivas, huelgas de hambre, etc., elevando a través de esos choques de clase la disposición del pueblo a la lucha armada; orientaciones y métodos de lucha muy diferentes al posterior apoltronamiento del economismo, del reformismo y del legalismo introducidos en las luchas de masas y que las desenmascaran y combaten ideológicamente para elevar la disposición de la lucha revolucionaria del pueblo.


7. Agustín Farabundo Martí murió ante el pelotón de fusilamiento con toda valentía, con la plena conciencia del desarrollo histórico de estos pueblos, ratificando en el último segundo de su vida la inquebrantable confianza en el triunfo de la Revolución y avizorando que futuros combatientes revolucionarios llevarían, con las armas en la mano, la bandera de la Revolución hasta la victoria final: hasta el Socialismo y el Comunismo.


En las condiciones presentes, nuevos combatientes del pueblo construyen esta organización revolucionaria político-militar, empeñan sus esfuerzos en las tareas tendientes a impulsar el proceso revolucionario de nuestro pueblo y de los pueblos centroamericanos hasta sus victorias decisivas. 


La figura de Agustín Farabundo Martí inspira a los combatientes revolucionarios actuales, en la lucha ideológica contra las posiciones seudo-revolucionarias de los falsos comunistas, que han abandonado la tradición combativa de nuestro pueblo y los principios y métodos en que sustentaron sus luchas Martí y la generación obrero-campesina de esos años. Su figura permite a los combatientes actuales retomar la tradición de lucha radical de las luchas de masas y la tradición de lucha armada de nuestro pueblo, que los seudo-revolucionarios, oportunistas y falsos comunistas, han tratado de interrumpir convirtiéndose en instrumentos de la burguesía para pacificar la rebeldía de las Masas.


Por todo ello, las FPL tienen como LEMAS los siguientes: ¡REVOLUCION O MUERTE! ¡EL PUEBLO ARMADO VENCERA!


Estos lemas encierran toda la disposición del pueblo que, a través de sus armas y demás medios de lucha revolucionaria, inevitablemente combatirá hasta sus últimas consecuencias; es decir, hasta conseguir su máximo objetivo que es la Revolución Popular, el Socialismo y el Comunismo y que para ello todos los miembros de las FPL están empeñados aun a costa del sacrificio de su vida y de sus intereses personales y familiares.


Brevemente expuestos, cuáles son los objetivos históricos que persigue la actividad revoluciona ría de las FPL.

1. Poner fin definitivamente a la dependencia (político-militar-económica-social) del país respecto del imperialismo yanqui.

2. Liquidar definitivamente el poder político, económico, social de la oligarquía burgués-terrateniente aliada al imperialismo; y liquidar la explotación capitalista en general.

3. Sentar las bases económicas, políticas, culturales, técnicas y sociales para pasar a la construcción del socialismo.

4. La construcción del Socialismo y del Comunismo.

Para que nuestro pueblo alcance tales metas históricas fundamentales, las FPL luchan incansablemente por alcanzar y concretar dos objetivos estratégicos revolucionarios fundamentales para esta etapa histórica: 

a) La Revolución Popular hacia el Socialismo, de carácter anti-imperialista y anti-capitalista.

b) La instauración del Gobierno Popular Revolucionario, bajo la hegemonía del proletariado en firme alianza con el campesinado -especialmente con el campesinado pobre-, y con otros sectores populares revolucionarios; es decir a través de la Alianza Popular Revolucionaria. El Gobierno Popular Revolucionario es, en esencia, la forma política que adoptará la Dictadura del Proletariado en tal etapa, de acuerdo con nuestras particularidades históricas, políticas, económicas y sociales.

En el proceso de lucha por la Revolución Popular hacia el Socialismo, se presentan las siguientes tareas estratégicas para las FPL:

a) Desarrollar y profundizar la Guerra Prolonga del Pueblo como la estrategia única para el triunfo revolucionario; utilizando en ella la lucha armada como el medio de lucha fundamental estrechamente combinada con las otras formas de lucha del pueblo en todos los aspectos y formas: legales e ilegales, pacíficas, violentas, etc., que sean necesarias para el desarrollo de la Guerra Popular

b) Organizar y orientar políticamente al proletariado industrial y agrícola, al campesinado (especialmente al campesinado pobre) y demás sectores del pueblo que sufren la explotación y opresión del sistema capitalista.

c) Movilizar combativamente a todos los sectores populares en la lucha por sus reivindicaciones inmediatas, como un medio de incorporar al pueblo a la guerra.

d) La creación, desarrollo y consolidación de la Alianza Popular Revolucionaria que tenga como eje central la alianza obrero-campesina con la hegemonía del proletariado.

e) Desarrollar y profundizar la lucha armada revolucionaria y sus instrumentos: la guerrilla urbana y suburbana, como el medio estratégico para la formación del Ejército Popular de Liberación y las Milicias Populares Revolucionarias. Tales fuerzas militares y para-militares, como las integrantes de las Fuerzas Armadas Populares de Liberación, son las que darán las batallas a las fuerzas reaccionarias del imperialismo y de la burguesía salvadoreña y centroamericana.

f) Buscar y establecer firmemente la coordinación y solidaridad con otras organizaciones revolucionarias centroamericanas, para lograr la unificación de la Guerra a nivel regional y constituir el Ejército Popular Revolucionario de Centroamérica y las alianzas de clases regionales a todo nivel que finalmente derroten al imperialismo y al capitalismo.

g) Fortalecer y ampliar los lazos de amistad, solidaridad y cooperación con los países del Bloque Socialista Mundial, principalmente con Cuba Socialista, vanguardia revolucionaria en Latinoamérica. Y ejercer activamente el internacionalismo proletario y revolucionario con los pueblos latinoamericanos y con sus organizaciones revolucionarias, así como con las de otras regiones del mundo.

Ahora bien, las FPL consideran que en la etapa del Gobierno Popular Revolucionario, las tareas estratégicas generales a desarrollar (brevemente reseñadas) son las siguientes:

a- Concentrar en manos del pueblo los medios fundamentales de producción necesarios para sentar las bases que permitan pasar a la construcción del Socialismo. de una manera más pronta y eficaz mientras más profundas y radicales sean las medidas revolucionarias necesarias, las que naturalmente deberán estar sujetas a un programa concreto en cada uno de los renglones básicos, de planificación, ampliación, profundización, detalle y concreción práctica.

Entre ellas, será indispensable realizar de la manera más enérgica la expropiación de los principales medios de producción de manos de los imperialistas y capitalistas criollos; tales como las fábricas, tierras, instalaciones, medios de transporte, etc., etc., que pasarán a la administración popular. Asi como la destrucción del aparato estatal burgués (en todos sus aspectos: legislativo, judicial, administrativo,- ejecutivo, militar, etc., etc.), y la construcción del aparato estatal revolucionario.

b- Sentar todas las bases políticas, económicas, técnicas, científicas, culturales e ideológicas para la construcción del Socialismo.

c- Establecer firmemente la independencia política, económica, cultural, etc., del imperialismo; así como de todo tipo de coloniaje, y establecer el Estado Soberano Popular Revolucionario.

d- Dotar a las poderosas Fuerzas Armadas Populares de Liberación con armamento moderno, y alta técnica militar; inculcarles una moral y psicología revolucionarias; preparación de combate, de tal manera que sean capaces de derrotar cualquier resistencia burguesa o las agresiones del Imperialismo y de sus lacayos externos.

e- Instaurar firmemente la dictadura del proletariado que en su fase inicial adoptará la forma de Dictadura Popular Revolucionaria bajo la hegemonía del proletariado, como única forma de barrer definitivamente los intentos desesperados de los burgueses criollos y del imperialismo por regresar al capitalismo y someter de nuevo al pueblo a su dominio de explotación.

f- Buscar la formación de la unidad revolucionaria centroamericana con los países que se vayan liberando y ayudar a liberarse a los que no lo hayan hecho.

g- Organizar el verdadero Partido Comunista de El Salvador, como el arma estratégica revolucionaria del proletariado en su conducción del pueblo al triunfo.

h- Elevar el nivel de vida general de la población trabajadora, mediante el desarrollo de la agricultura y de la, industria, la atención técnica y financiera a los pequeños productores, la creación de fuentes de trabajo para todos los trabajadores, el fortalecimiento de las finanzas populares, de las exportaciones y relaciones comerciales y diplomáticas con todos los países que estén dispuestos a respetar la soberanía e independencia revolucionaria; el prodigioso impulso a la educación popular, el arte, la ciencia, la técnica y la cultura, a la vivienda y al bienestar y progreso en todos los terrenos.

i- La organización masiva del pueblo en todos los niveles y escalones de la actividad social para incorporarlo rápidamente al desarrollo y defensa del proceso revolucionario y para el fortalecimiento en amplitud y profundidad de los- órganos del Poder Popular. El disfrute de la amplia democracia revolucionaria para las masas populares; la aplicación de estrictas medidas de control y coersión* (*así en el original) revolucionaria y de reeducación de los elementos explotadores reeducables* (*así en el original) así como la liquidación implacable de la contra-revolución.

J- La intensa educación ideológica y elevación del nivel de conciencia política de las masas de su iniciativa revolucionaria creadora; la intensa labor de persuasión revolucionaria para la reeducación hacia el Socialismo de amplias masas de pequeños y medianos productores de la ciudad y del campo, del pequeño y mediano comercio y demás sectores pequeños y medianos ligados a la propiedad privada; así como de los sectores menos avanzados de las capas medias para comprender la necesidad de pasar a la etapa de construcción del Socialismo y colaborar con el proletariado y campesinado pobre en ese paso histórico.


Art. 10 Como representantes de los intereses proletarios, las FPL se basan en la teoría científica del Marxismo-Leninismo, como guía que orienta la acción del pueblo en el proceso revolucionario.

Art. 11 Las FPL, como vanguardia histórica del proletariado, tienen como principio revolucionario el Internacionalismo Proletario, el cual es desarrollado hacia los pueblos del Campo Socialista Mundial, así como hacia aquellos pueblos del mundo que luchan decididamente contra el imperialismo y el capitalismo; y especialmente, hacia los pueblos latinoamericanos y centroamericanos.

Art. 12 Los objetivos revolucionarios fundamentales de las FPL, son:

a) La Revolución Popular hacia el Socialismo, de carácter anti-imperialista y anti-capitalista.

b) La instauración del Gobierno Popular Revolucionario con hegemonía proletaria y basado en la alianza obrero-campesina, que sentará las bases del Socialismo y que es en esencia la forma política que adoptará en tal etapa la Dictadura del Proletariado en nuestras particularidades históricas, económicas y sociales.

c) La construcción del Socialismo y del Comunismo.


Art. 10 Como representantes de los intereses proletarios, las FPL se basan en la teoría científica del Marxismo-Leninismo, como guía que orienta la acción del pueblo en el proceso revolucionario.

Art. 11 Las FPL, como vanguardia histórica del proletariado, tienen como principio revolucionario el Internacionalismo Proletario, el cual es desarrollado hacia los pueblos del Campo Socialista Mundial, así como hacia aquellos pueblos del mundo que luchan decididamente contra el imperialismo y el capitalismo; y especialmente, hacia los pueblos latinoamericanos y centroamericanos.

Art. 12 Los objetivos revolucionarios fundamentales de las FPL, son:

a) La Revolución Popular hacia el Socialismo, de carácter anti-imperialista y anti-capitalista.

b) La instauración del Gobierno Popular Revolucionario con hegemonía proletaria y basado en la alianza obrero-campesina, que sentará las bases del Socialismo y que es en esencia la forma política que adoptará en tal etapa la Dictadura del Proletariado en nuestras particularidades históricas, económicas y sociales.

c) La construcción del Socialismo y del Comunismo.

Por eso, para las FPL y para toda organización que en la historia llegue a tener la gloria de ser revolucionaria, fue fundamental, en primer lugar, llegar a tener la absoluta convicción de que la justeza de la línea estratégica y táctica trazada aún cuando no fuera una línea ortodoxa en el sentido conservador y aún cuando fuera una línea no entendida por aquellos que tenían otra línea que consideraban que nuestro pueblo no era capaz de tomar las armas, sino que debía que seguir marchando en caminos que ya habían sido hartamente probados como caminos ineficaces para la lucha de nuestro pueblo, como por ejemplo la repetición y repetición de elecciones que de antemano se sabía que eran fraudulentas y que no eran beneficiosas, que serían fraudulentas y que no eran beneficiosas para elevar la conciencia política del pueblo que ya estaba en un punto en el que comprendía saltos cualitativos de lucha; hubo fuerzas que se aferraron a querer mantener al pueblo dentro de cánones que ya el pueblo, parte del pueblo, o sea la parte avanzada, ya había llegado a comprender e intuir de que no eran suficientes.
Después de 1932, cuando fueron destruidas las Organizaciones Populares, cuando fueron prohibidos los sindicatos, pasaron muchos años de lucha de nuestro pueblo por volver a conquistar el derecho de organización sindical, el derecho a huelga y otros derechos sindicales lo mismo que en otras organizaciones populares. Sin embargo, la práctica mostrada que esos medios eran necesarios y es necesario utilizarlos y organizar al pueblo, a los trabajadores, para la lucha por sus reivindicaciones inmediatas, pero que era necesario que esos medios se convirtieran en medios de elevación de la conciencia política del pueblo, de que no se vieran como medios que le convirtieran con un fin, digamos exclusivamente en la consecución de un pequeño aumento de salario, sino que ayudaran a la clase obrera a tener conciencia de clase, es decir, la conciencia de lo que es el estado, el régimen, el gobierno, el ejército y sus patronos; la amalgama de fuerzas para poder explotar cada vez más profundamente a la clase obrera, a los campesinos, a los sectores medios, a los intelectuales, a los artistas, a los pequeños propietarios, y a los medianos. Una maquinaria que representa una feroz dictadura contra el resto de las clases populares, en manos de una burguesía que dominaba las distintas ramas de la economía y por consiguiente la política en forma ilimitada. A esa burguesía que aliada con el imperialismo yanqui domina las finanzas, la industria, el comercio exterior, la agricultura, el procesamiento de la producción agrícola para la exportación y que le seguimos llamando, desde el punto de vista político como oligarquía, a esta oligarquía los medios pacíficos, la lucha del pueblo, de los trabajadores, tenían que servir esos medios para que llegara a comprender que el estado burgués es la dictadura cruel sobre el proletariado y sobre los demás sectores progresistas de la población.
Desde el 32 al 70 habían pasado 40 años en los cuales ya una parte apreciable del pueblo, es decir, la parte más dinámica, la parte más sensitiva y patriota, se había dado cuenta de que eran insuficientes esos medios, pero las dirigencias tradicionales habían momificado su pensamiento y continuaban tratando de obligar al pueblo a que se volviera a meter al corral de las elecciones, que la burguesía quería seguir manteniendo como medio de engaño al pueblo. Cuando las FPL trazaron la línea estratégica de Guerra Popular, pocos creían, entre esas organizaciones tradicionales, que pudiera tener éxito una lucha de esa naturaleza. En primer lugar aquellos pocos hombres y mujeres que se lanzaron a la nueva estrategia tenían que sufrir, porque no se podía enfrentar, es decir, eso sería azuzar, enfrentar de una manera pública las calumnias, tenían que sufrir los calificativos de sectarios, es el primer calificativo que los elementos tradicionales y dentro de ellos que los elementos oportunistas, le colgaron a nuestra organización.
El primer calificativo que nos colgaron fue de sectarios, incluso cuando implican el tiempo en que se estuvo dando la lucha ideológica al interior de las organizaciones. Sectarios, porque queríamos que la clase obrera pasara a primera fila del proceso revolucionario, sectarios porque queríamos que las alianzas de clase ya no siguieran sirviendo para que la burguesía se sirviera en bandeja los puestos de poder, sino porque se concibió por parte de las FPL un nuevo enfoque sobre las alianzas de clase, el enfoque de que ya no debe ser la burguesía la que dirija las alianzas populares, porque sencillamente las conduce al compromiso lesivo a los intereses de las grandes mayorías. Y había historia suficiente para atacar esas experiencias. En 1944, un enorme movimiento popular derrocó a Martínez, todo el pueblo se puso en huelga de brazos caídos, pero la dirección era pequeño burguesa y en el momento culminante en que el pueblo derrocó a Martínez, en ese momento precisamente para que la oleada de la Revolución no abarcara San Salvador y no pudiera avanzar ese proceso revolucionario, la pequeña burguesía pusilánime y temerosa del pueblo, pactó con el régimen moribundo, con el régimen que estaba cayendo con Martínez, pactó la sucesión institucional, es decir, que se hiciera dentro de la constitución de Martínez la sucesión del Vicepresidente que era otro general, el general Ignacio Menéndez que pasara al gobierno de transición mientras se hacían las elecciones. Es decir una transición ordenada que no permitiera al pueblo los desórdenes, para que el pueblo se tranquilizara y no siguiera exigiendo que aquello se convirtiera en una revolución. Es decir una enorme alianza que se logró en abril y mayo de 1944, en la que la mujer del mercado junto con el ferrocarrilero, con los obreros, con los empleados, con los pequeños propietarios y en alianza incluso o por incidencia, por una parte, de la misma oligarquía que precisamente por eso había caído en crisis total en el gobierno de Martínez porque una parte de la oligarquía se había puesto en oposición; entonces ese enorme movimiento de alianza popular, precisamente lo agarró en bandeja la burguesía para aplacar la llama del incendio popular que ya se estaba exaltando excesivamente y logra nuevos ánimos, nuevo espacio, nuevo respiro para profundizar más y más la agitación popular. Ese fue el resultado, no de la unidad popular, sino de la hegemonía burguesa dentro de esa unidad, de la hegemonía de clase dentro de esa unidad popular. Ya habían pasado otras acciones también en las cuales las distintas coyunturas políticas que en determinado período se daban debido a la crisis económica y las crisis políticas de los gobiernos, habían permitido también nuevas alianzas populares, muchas de ellas bastante amplias. Las FPL trazaron una política de alianzas partiendo de esa experiencia de nuestro propio pueblo; entonces la planteó no en forma negativa, no diciendo las alianzas o las unidades populares son malas, no, sino que diciendo; son alianzas de clase y por lo tanto el problema fundamental que hay que ver en las alianzas es qué clase es la que dirige y hegemoniza a este bloque o a este frente, a esta fuerza, a esta alianza popular, porque como esto es una lucha de clases y en nuestro país está muy agudizada, entonces, la burguesía tiene mucha experiencia para que al formarse las alianzas populares, de alguna manera busca fuentes dentro de los sectores de la pequeña burguesía o bien para que amainen los ímpetus de los sectores populares, o bien para, al final, resultar hegemonizando los esfuerzos del pueblo y continuar con el régimen de explotación y con la tiranía militar.
Al plantear las FPL, en una forma correcta la interpretación marxista de las alianzas en nuestro país, planteó lo siguiente; es necesario crear y fortalecer la alianza obrero-campesina como base aglutinadora que permita finalmente una correlación de fuerzas populares que impida que la burguesía, que está acostumbrada a dirigir las unidades populares en El Salvador, las siga dirigiendo. ¿Con qué lo impedirá? No lo puede impedir solamente con palabras, sino que de hecho, la clase obrera sola no puede orientar el rumbo de la sociedad cuando todavía hay una burguesía fuerte, muy experimentada y con muchos aliados pequeños burgueses. Entonces necesita de una fuerza que sea leal, de una fuerza que sea grande, también decisiva como ella y ese es el campesinado pobre, porque el campesinado pobre es el semiproletariado, entonces al formar la organización y la alianza entre los obreros, entre los asalariados agrícolas y los campesinos pobres, en un país en donde sólo esa conjunción significa más que el 70% de los habitantes del país, eso significa que la clase obrera sí puede ejercer la dirección dentro de una alianza de clases, en la cual pueden estar sectores de la burguesía, porque si la clase obrera tiene un aliado tan poderoso, como es el campesinado pobre, y forma una verdadera fuerza, es tan grande esa fuerza que un país no puede vivir si esta fuerza tiene voluntad de luchar. Un país no podría vivir sin esa fuerza encauzada es decir, en una huelga nacional de obreros y campesinos, ningún país del mundo podría vivir y en El Salvador en donde el proletariado es tan grande en su número, mucho menos. Entonces, por qué negarle a esa fuerza fundamental del país, que es la que produce, que es la que mueve a nuestro país, ¿por qué negarle el derecho a que pueda orientar una gran alianza de todo el resto del pueblo? ¿El otro 30.25% no puede ser introducido? Se puede formar una poderosa alianza popular, aislando al 2 o al 1 o al 5 por ciento del resto de la población que son los explotadores, sus serviles, ejército y los reaccionarios. De ahí para allá todo el mundo puede entrar en la amplia alianza popular.
Con ese nuevo concepto y con el concepto de que nuestro pueblo estaba preparado para dar el paso de avance hacia la lucha armada, tuvo nuestra organización la satisfacción de ver que muy pronto aquel pequeño nacimiento de agua y aquella pequeña raíz o sea semilla, se fueron fortaleciendo y convirtiendo en una verdadera realidad ya irreversible para nuestro pueblo, irreversible para nuestro país y la guerrilla se convirtió en elemento ya de la vivencia natural de nuestro país. Y aquello que parecía que no podía ser en el país, que incluso, al principio traía burlas de que pudiera llevarse a cabo, aquello se fue convirtiendo poco a poco en el elemento dominante de la vida nacional. Sin embargo, hubo quienes continuaron burlándose de ese camino, continuaron jalando al pueblo hacia atrás, confundiéndolo con la propaganda electorera, diciendo que era dañina la violencia viniera de donde viniera, hablando contra la lucha armada, utilizando los medios de propaganda que convenían al gobierno para atraer al pueblo hacia ese camino, incluso pues que le convenía que sectores de oposición tuvieran cierta presencia mientras la lucha armada iba avanzando y muchos compañeros iban cayendo en la lucha, se iban formando nuevas organizaciones político militares y el pueblo se iba incorporando cada vez más a las nuevas formas de lucha.
En 1979, la FPL hicieron los esfuerzos junto con otras organizaciones, cuando ya nosotros creímos que todos estaban convencidos de que la lucha armada era el único camino correcto para la liberación del pueblo; en 1979 se comenzaron a formar los primeros escalones de unidad, de coordinación; en 1980 se formó la amplia unidad del FDR y se amplió, más bien dicho, se encontró formas más eficaces del FMLN, de DRU, y en 1981 la lucha armada pasó a una nueva etapa, a la fase del inicio de las batallas cada vez más decisivas hacia la toma del poder. Hay algunos que no conciben el proceso como una unidad dialéctica, sino como por partes y te la examinan por partes, lo que llama examinar los fenómenos y los procesos de manera estática, que consideran que la guerra comenzó el 10 de enero de 1981 y entonces, consideran que no es correcta la estrategia de guerra prolongada del pueblo. Cuando en 1970, las FPL lanzaron la estrategia de Guerra Prolongada, si estas mismas gentes se hubieran puesto a examinar dialécticamente la situación, hubieran llegado a la conclusión de que no había otro camino de guerra popular, hay insurrecciones que se pueden hacer en dos, tres días, en una semana, que se pueden tomar el poder con las armas, dependiendo de las circunstancias, de las coyunturas y de la correlación de fuerzas que se creen en determinado país. Por ejemplo, el partido soviético, el Partido Bolchevique, tomó el poder a través de la Insurrección popular, una Insurrección general, en alianza con el campesinado, no por una alianza democrática. Este partido hizo dos esfuerzos insurreccionales, el primero en 1905 que fue aplastado y que los conservadores consideraron un fracaso y que Lenin dijo: este no es un fracaso, este es el ensayo para la revolución, las lecciones que nos ha dejado esta derrota, no es una derrota definitiva. Las lecciones que nos ha dejado este gran movimiento del pueblo, son de esas lecciones fundamentales de 1905 fue, que el Partido Bolchevique logró capitalizar bastante organización proletaria, pero que no pudo, no tuvo capacidad de una gran organización campesina que pudieran formar la alianza obrero-campesina. Precisamente una de las causas de la derrota de 1905, Lenin dedujo de que se debió a que el proletariado no tuvo capacidad de aliarse con el campesinado para poder dar los golpes decisivos. En 1917, ya de acuerdo con las condiciones que habían en la Rusia de ese momento, ya el Partido Bolchevique logró dirigir en pocos días una insurrección que significó la toma armada del poder por la clase obrera y el campesinado, o sea la alianza sobre la cual se establece a firme el poder del proletariado, sobre la cual se hizo esa revolución. No fue una lucha prolongada.
Si el 1º de abril de 1970, los fundadores de las FPL hubieran querido lanzarse en pocos meses a una insurrección armada general, hubieran cometido uno de los grandes errores que se cometen a veces, o por el contrario, se hubieran acogido a alguna ilusión de golpe de estado, se hubieran convertido pues en putchistas, pero no en revolucionarios que condujeran a su pueblo a que fuera el propio autor de su historia. si no adoptamos el camino de la guerra prolongada, hubiéramos caído en el más crudo aventurerismo, en el más crudo militarismo. La concepción de la guerra prolongada significa, la combinación partiendo de lo simple a lo complejo, de la estructura y funcionamiento y accionar militar con los otros medios de lucha pacífica. Ahora, nosotros vemos con claridad que son 4 los medios de lucha fundamentales de la estrategia revolucionaria de las FPL, cuatro combinaciones que se deben hacer, es decir la combinación dentro de una sola estrategia táctica de cuatro terrenos: la lucha política de masas, la lucha armada, la lucha en el seno del ejército enemigo y la lucha diplomática. Los cuatro son terrenos estratégicos que hay que combinarlos ágil y sabiamente. Pero dentro de estos terrenos estratégicos hay terrenos que son estratégicos-fundamentales y decisivos y terrenos que son auxiliares. Los terrenos decisivos son: la lucha interna de nuestro pueblo, en lo militar y en lo político, y la combinación de ambos medios de lucha, porque de aquí surge, de lo político la incorporación a distintas formas y a distintos niveles de lucha, de los sectores aún los más atrasados del pueblo, en lo político, para atraerlos y organizarlos hacia la lucha por sus reivindicaciones económicas, incluso la más pequeñas, pero con el fin de elevarlos políticamente, elevarles su conciencia, para que puedan convertirse en un soporte y en una base social de la revolución, en una base social de la fuerza armada y es más para que puedan dar el salto a su disposición y su organización por la insurrección armada.
Estos dos son los medios y partiendo del propio esfuerzo heroico del pueblo para su propia lucha, porque aquí se establece una correlación: la correlación entre lo interno y lo externo, es otro factor importante: Lo externo tiene una importancia muy grande, sobre todo en este momento en el mundo cuando las fuerzas del socialismo están cada vez más sobrepasando las fuerzas del Imperialismo y cuando los pueblos del mundo se están liberando y cuando la solidaridad de los pueblos es tan grande que se puede convertir en decisiva para anular los esfuerzos de un gobierno reaccionario exterior en algunos de los aspectos de su política belicista. Por ejemplo, para pararle la mano a Reagan de sus planes de intervención en Centroamérica. Entonces el factor externo se vuelve de una importancia enorme para cualquier revolución en el mundo y sobre todo, el campo socialista mundial se convierte en el principal factor de ayuda externa para todos los pueblos que luchan por su liberación. Entonces, este medio de lo externo tiene una importancia vital en este momento para cualquier revolución, y por lo tanto, el medio de la lucha diplomática y de la lucha de solidaridad, adquiere en este período de la historia de la humanidad, en esta etapa de la transición del capitalismo al socialismo en sentido mundial, adquiere una importancia estratégica fundamental. Las FPL desde el principio concibió que en lo externo su alianza, su fundición en el mundo socialista, al declararse Marxista leninista, era uno de los pilares estratégicos fundamentales. Ahora bien qué correlación existe entre la lucha interna de nuestro pueblo y lo externo, nosotros sabemos que la dialéctica nos muestra que en todo fenómeno y proceso las contradicciones internas son las que guían el proceso hacia delante. La lucha de clases interna es el motor de todo proceso revolucionario verdadero en un país, y la expresión más elevada de la lucha de clases es la guerra popular, porque ya se llegó a un momento en el cual ya no existen otros elementos decisivos, tan decisivos como el de la lucha armada. Entonces entre lo externo y lo interno se establece una correlación; pero esa correlación es la siguiente, al estudiarla dialécticamente: En la relación entre lo externo y lo interno, la lucha interna de nuestro pueblo es la fundamental imbuida con su esfuerzo propio, es decir, el esfuerzo propio del pueblo por su liberación, es el fundamental en esa relación, incluso puede quedarse aislado, —en ese momento no es posible— pero aislado un pueblo, sin solidaridad y sin nada, pero no por eso va dejar de luchar, porque las causas de esa lucha están en lo interno, están en la lucha de clase entre esa burguesía y el imperialismo que se establece también como una fuerza de mediación, de intervención interna y de sostenimiento de aquella explotación y de explotación directa a través de su lucha última que da.
Esa lucha de clases interna es el fundamento de la revolución en nuestro país y en cualquier país. Y resulta que en nuestro país, encuentra un ambiente, un medio en el cual la gran mayoría de la población es proletaria, de la ciudad o del campo, y en que ha sido tan dura la lucha por alcanzar aunque sea alguna pequeña legislación, algún pequeño aumento de salario, ha sido tan duro durante tantos decenios que es una lucha de clases muy radicalizada, lo cual no entienden en otras latitudes; entonces una organización que realmente exprese los intereses del pueblo, de ese pueblo, de ese medio que tiene que expresar, que tiene que reflejar, tiene que expresar pues también ese grado elevado o bajo de radicalización de la lucha de clases de su propio pueblo. Entonces, el que no comprende las leyes de ese desarrollo y el grado de desarrollo del proceso revolucionario de ese pueblo, puede creer de que determinadas consignas de lucha son, podríamos decir, sectarias, porque tal vez en otras sociedades está de otro modo, no está radicalizado, no está tan agudo, no tiene 53 años encima de sangre, de masacres: no tiene 53 años encima de tiranía militar, entonces puede considerar determinados aspectos de nuestra lucha del pueblo salvadoreño como demasiado radicalizados, sin tomar en cuenta que es el medio de lucha de clases en que se mueve ese pueblo y en que ha llegado a esta guerra, en que tenemos precisamente ante nosotros un enemigo sangriento que no se detiene ante nada, ni ante los refugiados sufriendo en el exterior; o allá adentro, ya llevamos más de 40 mil muertos del 80 para acá, una guerra en que no es un enemigo que se va a rendir, no se va a rendir hasta el último momento en que ya no pueda, que ya sus armas estén destrozadas, que ya no tengan con que defenderse, pero este es un enemigo que se defiende hasta con piedras, el enemigo salvadoreño, enemigo del pueblo y es una contrarrevolución que desde ahora mismo se está preparando para si hay un momento de tregua o un momento de tregua o un momento en que pierda el poder, cree él momentáneamente, se está preparando para una revancha sangrienta.
Las FPL tomaron como base ese aspecto práctico de nuestro pueblo, el aspecto de que lo interno es lo fundamental, la incorporación del pueblo a su lucha es lo fundamental y lo fundamental es que nosotros podamos sobrevivir con nuestros propios medios, con nuestros propios esfuerzos, cualquier situación. Por eso, podría parecer sectario por ejemplo ahora, a alguien, sectario de que el 1º de abril del 70 uno de los primeros acuerdos que tomamos fue el siguiente: nosotros no le hemos probado a nuestro pueblo que somos revolucionarios, no tenemos derecho a decirnos que somos revolucionarios. Nosotros tenemos que agarrar un nuevo sistema de vida, tenemos que abandonar a la familia, tenemos que abandonar nuestras profesiones, tenemos que ejercitarnos, tenemos que aprender el arte militar, tenemos que tener mucha disciplina. Ahora podría causar incluso risa en quienes no entienden cuando un pueblo quiere liberarse y no tiene las armas, pero tomamos esa determinación y además no teníamos un solo centavo, ni una sola arma, tomamos la determinación, no sólo de no presentarnos todavía como organización revolucionaria, sino que tomar el nombre ya cuando hubiéramos demostrado al pueblo de que había una organización verdaderamente revolucionaria en el país, y en el segundo lugar, incluso estando en esas condiciones que no teníamos un solo centavo, una sola arma, tomamos el acuerdo bien categórico de valernos por nuestros propios medios, de que en la lucha del pueblo salvadoreño lo fundamental era su propio esfuerzo por liberarse y entonces no solicitar ninguna ayuda solidaria a ninguna de las organizaciones hermanas del exterior.
Por dos razones: porque no queríamos llegar meritoriando diciendo que estábamos en la aspiración de convertirnos en guerrilla, que nos ayudaran para eso, como había sido la historia durante 10 años de lucha, de pequeños grupos a los que se les ayudaba y luego después resultaba que no habían valorado bien la situación y no podían desarrollar la lucha. Si no que partiendo de nuestro propio esfuerzo, partiendo de nuestro propio esfuerzo, partiendo de cero y de lo simple a lo complejo, nosotros tomamos el acuerdo de no pedir ayuda e incluso de no establecer todavía relaciones bilaterales. No nos considerábamos merecedores todavía de establecer relaciones bilaterales con algunas organizaciones influyentes. Fue hasta los cinco años que nuestra organización se había desarrollado y que la guerrilla, tanto en la ciudad como en el campo, se había convertido en un elemento irreversible y que habíamos logrado penetrar en grandes masas obreras, campesinas, estudiantiles, magisteriales, fue hasta los 5 años del inicio de las FPL, cuando hicimos nuestra primera visita a Cuba. Es decir que, entre lo interno y lo externo, entre los factores de lucha, nosotros hemos seguido el elemento dialéctico de que lo fundamental es lo interno y de que lo fundamental es el esfuerzo del propio pueblo de que consiga sus medios por si mismo. Porque hay muchos casos, en los cuales se logra un alto grado de solidaridad y resulta que no corresponde con el esfuerzo interno tan diferente, por un lado. Por otro lado, si se comienza a que toda infraestructura y todo tiene que venir del esfuerzo generoso de otros pueblos, entonces las organizaciones, los combatientes, incluso el mismo pueblo, se podría acostumbrar a que le den la papita mañida ya en la boca, a todo recibirlo de afuera y en este momento la ley del desarrollo de nuestra revolución sigue siendo la misma.





En la última reunión del Comando Central, se estudió un punto:
En cuanto al partido, a su construcción

En el Comando Central se vio que en El Salvador existe la necesidad de la existencia del verdadero Partido Comunista Marxista-Leninista, proletario. Esta tarea es ahora mayor que nunca, porque estamos llegando a escalones elevados de la Guerra Popular Revolucionaria sin tener el verdadero Partido Marxista Leninista en El Salvador.

Esta es una de las caracteristicas de nuestra revolución; una de sus caracteristicas más negativas.

El hecho de que estamos llegando a niveles muy elevados de la guerra y lucha revolucionaria popular, sin que existe una verdadera Organización que aplique como método de apreciación, de análisis y de transformación el Marxismo-Leninismo, que lo aplique de manera creadora, no sólo en la teoría, sino en la práctica y que enriquezca realmente a la misma a través de la experiencia y de la práctica del Marxismo Leninismo en nuestro propio país, en sus condiciones propias.

Existen experiencias que son generales, se puede decir, universales en esto. Toda Guerra Popular es la expresión, en un elevado grado, de la lucha de clases dentro de una sociedad. En ésta época en que el mundo globalmente marcha en el periodo de transición del Capitalismo al Socialismo, una guerra de liberación contra el imperialismo tiene en si al mismo tiempo, la expresión de un choque de clases que ha llegado al extremo, a un punto bastante agudo, en el cual hay necesidad de apelar a todos los medios: los pacíficos, los políticos y armados para poder dilucidar el problema de clases que hay en un país.

El problema de la liberación está unido indisolublemente al problema de la liberación de las clases explotadas y fundamentalmente del proletariado y el campesinado.

Una de las leyes generales del desarrollo de las revoluciones en el mundo en ésta época, demostrada como una necesidad, es que una revolución, no pueda llevarse hasta las últimas consecuencias, hasta el desarrollo de sus superiores etapas, si no está dírigida por un verdadero partido Marxista-Leninista, que represente de verdad, en concreto y en la práctica, los intereses de la clase obrera y de sus aliados más fieles; el campesinado pobre y las capas medias avanzadas. Esto no es un capricho, y quedó evidenciado desde que comenzaron las revoluciones socialistas. Desde entonces, las teorias Leninistas y la práctica revolucionaria mostraron la innegable necesidad del Partido Marxista como conductor de la revolución; asi mismo mostraron que un Partido que aspire a conducir la sociedad hasta el Socialismo, tiene que ser un partido de determinado tipo.

La lucha que Lenin sostuvo para abrir estos conceptos, esta práctica contra los Mencheviques y contra los oportunistas de la II Internacional, era una lucha no sólo clasista en cuanto a las tareas revolucionarias que esta organización se trazaba y que debe de llevar adelante, sino, también en cuanto al contenido de clase de esta organización, de alli sus características bastante diferentes a las organizaciones que hasta entonces se habían llamado Marxistas y Socialistas.

Desde mediados del siglo pasado comenzaron a funcionar organizaciones bajo el molde Marxista, pero con una orientación no proletaria, con métodos y estilos de trabajo no proletarios.

Los partidos de la II Internacional, aún cuando nacieron bajo la bandera del Socialismo, durante los últimos 25 años del siglo pasado, fueron partidos que expresaban en esencia las modalidades de vida y trabajo de la pequeña burguesía. Partidos que al expresar esto en su organización, tenían una forma liberal, amoldados más o menos a las modalidades de los partidos pequeño burgueses y burgueses



Algunas Características de los Partidos Pequeño-burgueses que se llamaban "Marxistas"


¿En qué se expresaba esto?

En primer lugar en que la militancia de cada miembro del partido no estaba controlada, ni estaba organizada diariamente cada una de sus horas y días de trabajo, dentro de un plan que obedeciera a un conjunto de tareas de toda la organización, sino, que cada quien que se consideraba a si mismo miembro del partido, si acaso, asistía a algunas reuníones o aportaba alguna contribución o daba su voto durante las elecciones. Era una masa amorfa, que favorecía mucho la forma de trabajo liberal pequeño burgués que reinaba entonces. En último término, la dirección del partido era la fracción parlamentaria. En tales organizaciones se excluía la lucha armada como medía de lucha y se utilizaban sólo los medios políticos abiertos y legales que aseguraba el régimen burgués, Eso era hasta cierto punto explicable en una época en que el imperialismo no se había desarrollado tanto y no había impreso tanto su sello a la Sociedad Capitalista. Pero ya cuando el imperialismo concentró enorme poder de dirección en todo el mundo a través de sus trust, monopolios y gobiernos adecuados a estos intereses, entonces, había necesidad de que el proletariado buscara un sello en un partido, y que este partido expresara los intereses que éste tiene como clase.

Entonces, Lenin expuso aquellas ideas de que al partido del proletariado no podían ingresar todos aquellos que se consideraban revolucionarios o marxistas, sino que el ingreso al partido, a su membresía, era un salto de calidad en la conciencia y en la práctica, en las costumbres y en la militancia revolucionaria de una persona. Que no era necesario que sólo los proletarios ingresaran, pero si, que era necesario que el que ingresara al partido se comprometiera a asimilar plenamente las cualidades del proletariado; es decir que se proletarizara; que para ello es necesario que esté su vida controlada y organizada por un organismo que se llama célula.

En eso precisamente se distinguía el Partido del Proletariado; el nuevo tipo de partido, de los partidos pequeño burgueses.

Decía: no todo el que se llama comunista puede ser miembro del partido, no todo el que se llame Marxista, ni todo profesor, estudiante ni huelguista, por el hecho de serlo, tienen la calidad de ser miembros del partido, sino que es la organización la que escoge y promueve a la calidad de miembros del partido a aquellos revolucionarios que los considere dignos de serlo dentro de la sociedad, fundamentalmente del proletariado, del campesinado, de los sectores medios de la población. Para que den ese salto a miembros deben de estar dispuestos a que su vida esté acondicionada y amoldada a la línea del partido, dentro de la organización y de un organismo que se llama célula.

Esa es precisamente una de las innovaciones de Lenin, que distinguía bastante al verdadero Partido Marxista, de la fácil militancia, del pajareo que hasta entonces en los partidos pequeño-burgueses había habido: el liberalismo, el amiguismo y que identificaban la militancia partidaria, con la vida fácil, cómoda, de costumbres pequeño burgueses, de no amoldarse a una disciplina; elementos que habían sido característicos de los partidos de la II Internacional.

En segundo lugar hay otra cuestión: que la teoría tiene que llevarse a la práctica. No basta con la teoría Marxista, no basta con dominarla, con ser un teórico estudioso, sistemático del marxismo, sino que se necesita que el Marxismo se lleve a la práctica por seres humanos pertenecientes, principalmente a la clase obrera, el campesinado y sus aliados más cercanos que son las capas medias avanzadas.

En tercer lugar, el partido de la clase obrera de nuevo tipo, tenía que estar dispuesto a conducir al proletariado y demás clases revolucionarias en la tarea de la toma del poder, que es una tarea que se lleva a cabo en último termino con las armas, ya sea por la insurrección general o por otras modalidades de Guerra Popular y por su combinación estrecha. Es el pueblo el que toma las armas de acuerdo a la fórmula científica de Marx, de qué "la violencia es la partera de la historia" y que por medio de ella la Sociedad da el salto de una calidad a otra calidad.

Lenin señaló también otra cuestión: estos partidos de la II Internacional, pequeño-burgueses y los partidos burgueses de la sociedad alemana, francesa etc., tenían una característica: los partidos burgueses se forman alrededor de corrientes; las corrientes las encabezan distintas personas. En los partidos burgueses hay una convergencia y un convemo entre distintas corrientes y ambiciones de ellos. Eso se ve en las agrupaciones en los mismos parlamentos. Un partido puede tener 10 o 20 senadores pero cada senador tiene su propio partidito y, en un momento determinado dentro de los partidos burgueses hay algunos desplazamientos de grupos en el control de la dirección, de acuerdo a las conveniencias de grupo, incluso en acuerdo con otros partidos cercanos.

El funcionamiento de los partidos burgueses estriba en los acuerdos entre las distintas facciones, en los diversos estratos políticos que allí se encuentran organizados. Los partidos burgueses no son partidos que tienen una centralización verdadera, sino que la centralización se deriva de los acuerdos de las facciones. Esa, generalmente es la dinámica de los partidos burgueses. Por eso es que manejan tanto el parlamentarismo, la maniobra, el cálculo político, el regateo previo a los votos que van a sacar. Si les conviene estar' en mayoría en un momento determinado dan su voto con esa mayoría para determinados puestos, determinada influencia.

Si ven que esa mayoria está desgastada por algo y que luego va a perder fuerza se ponen en la minoria, en la oposición, para después estar en el poder con más ganguería, puestos, etc. La vida en los partidos burgueses es bien diferente a los partidos proletarios, porque en aquellos lo que juega fundamentalmente son los intereses de grupo en servicio de la burguesía, con el método del pragmatismo burgués, que es la norma y regla para todas las componendas y cabildeos dentro de estos partidos. Así es, como funcionan estos partidos burgueses, lo que vale es la mayor capacidad política de cada grupo por mantener a estas fracciones políticas dentro del partido y servirse de ellas y del partido y de tener la capacidad de que cuando se llegue el desengaño tener otra fórmula que los mantengan.
Esa es la regla de esos partidos, esa es la norma. Por eso ellos toman como modelo lo que llaman "política" a las teorías y las prácticas de Maquiavelo y Fouché. A los partidos pequeno burgueses llamados Marxistas en la época de Lenin y anterior a él, se les había dado bastante peso, sobre todo porque estaban dirigidos por fracciones parlamentarias y no apoyadas por el proletariado. Al proletariado y a las otras clases las veían como clientela de votación, clientela del partido, para tener fuerza en las elecciones, pero lo que predominaba fundamentalmente eran las camarillas y grupos parlamentarios que propiamente eran las que dirigían la política del partido.
También estaban formados por fracciones unidas por algunos intereses de tipo político parlamentario y otros intereses. Es decir que distintas corrientes convergían en un mismo partido. Por consiguiente también había el cabildeo, el pacto, para que tal o cual corriente este representada en la dirección, en el Comité Central. Eso lo combatió Lenin tomando en cuenta que eran las modalidades burguesas metidas en los partidos que se denominaban Marxistas, y se estableció algunas bases que desde entonces han mostrado qué al irse desarrollando de acuerdo a las condiciones de cada país, guardando la esencia del Leninismo, son la médula vital de los partidos que han votado conducir a sus pueblos hasta la victoria.

El Partido Comunista de Nuevo Tipo: Un Partido Marxista-Leninista

El primer verdadero Partido Comunista fue el de la URSS, el Partido Bolshevique, que tuvo necesidad de deslindarse de la escoria de los Mencheviques, que eran los que defendían el tipo liberal de partido. Lenin forjó al nuevo Partido Bolshevique en las cualidades del proletariado y en la aplicación creadora del Marxismo.
Así pudo el Partido Bolshevique conducir al proletariado en condiciones muy difíciles en 1905, en una insurrección que no logró el éxito deseado. Luego, en los años tremendos de represión, de vida clandestina y de trabajo muy represivo y después en el desarrollo de la lucha armada del pueblo en 1917.
Todos los compañeros que han tenido el honor de ir a Vietnam pueden atestiguar que la regla de oro de ese heroico pueblo es la de que una revolución popular como la que ellos llevaron a cabo contra el imperialismo, sólo puede lograr el pueblo con gran estoicismo, con alto grado de organización, de disciplina, con el combate y ofensiva continua, con la combinación de lo político con lo militar, lo interno como lo fundamental, lo diplomático como medio estratégico y coadyuvante y el trabajo entre las tropas enemigas bajo la sabia dirección del verdadero Partido del Proletario Marxista-Leninista. También la experiencia mundial nos enseña que, de lo contrario, la revolución se estanca en cualquiera de las coyunturas o en cualquiera de sus niveles y no se lleva hasta sus últimas consecuencias.
En tal situación, los intereses del proletariado que están ligados al Socialismo se ven postergados y la reacción se ve entonces con todas las posibilidades de retardar el proceso revolucionario, hasta cuando el proletariado pueda tener la conciencia y el partido que lo pueda conducir hasta el Socialismo, pasando por las diversas etapas, para actuar consecuentemente en cada etapa y en cada coyuntura y aunque tengan que establecerse gobiernos intermedios que todavía no son el Socialismo, pero que son una necesidad en determinadas etapas para el desarrollo, incluso en esas fases. Si no existe el Partido Comunista verdadero, que sepa conducir el proceso, se va la alianza o bien por el lado del oportunismo y el logrerismo, con el olorcito a poder; de los gobiernos intermedios, o bien se va por el lado del sectarismo extremo que no permite unificar a la sociedad en estas etapas intermedias.
Esta dirección y conducción correcta, sólo la puede dar el verdadero Partido Comunista, Marxista-Leninista, que se base creadoramente en el Marxismo para el análisis y la transformación de la sociedad y que use también los medios adecuados. Que sea capaz de tener una línea política adecuada en cada momento determinado y que pueda mover a todos sus miembros en una sola dirección, y a través de sus miembros, a la mayor parte del pueblo, en una dirección y en una línea revolucionaria consecuente en cada momento determinado. Esa condición la tuvo el pueblo Vietnamita y por eso pudo llevar en forma tan limpia y correcta la revolución, pudiendo hacer un frente grande, nacional, pudiendo apoyarse en él, siendo amplios y al mismo tiempo, teniendo la capacidad de orientarse correctamente dentro de los marcos de esa amplitud para manejarse hacia los intereses del proletariado y no hacia los intereses de la burguesía y por construir un ejército y fuerzas locales tan grandes. Desde hace 52 años, es indiscutible que Vietnam, tiene un Partido Comunista que logró llevar a la sociedad Vietnamita hasta el Socialismo en una parte del país y luego continuó la tarea para unificar la patria y construir el Socialismo en el país; Esto es algo básico, si queremos avanzar al Socialismo y si queremos defender los intereses del proletariado de verdad y no demagógicamente.
A la luz de esto, podemos ver como, para nuestro pueblo es básica la construcción del Partido Comunista verdadero de El Salvador.
A veces se ponen ejemplos para diluir la conciencia y la voluntad de empeñarse a fondo en esta tarea histórica y se dice: "Bueno, los cubanos hicieron la revolución de otra manera y después, tomaron un buen camino." Eso es cierto en parte; no fue el Partido Marxista el determinante para el camino, para el triunfo y para la primera etapa de la revolución. Pero alli sucedió algo muy importante, el Partido Marxista si tenía un gran forjamiento proletario y una gran influencia sobre el proletariado: el Partido Socialista Popular. Su grave error consistio en el dogmatismo que lo llevaba al conservadurismo en la línea politica, por lo que no supo estar a la altura de la necesidad de la lucha armada. En las primeras etapas de la lucha armada se opuso a ella. Se unió al final a esa lucha armada, Por otra parte, al terminar la primera etapa de la guerra, es decir, al tomar el poder el pueblo, hubo una cualidad muy grande por parte de los dirigentes del 26 de Julio, en gran medida porque existe alli un Fidel, un revolucionario excepcional que se ha caracterizado por estar a la altura de las necesidades de su pueblo en todo momento y por eso muy sensible a las necesidades históricas de ese pueblo.
Se recordará que unos días después del triunfo de la Revolución en Cuba, Fidel decía abiertamente que no era Marxista, que la Revolución en Cuba no era roja, sino verde como las palmas. Entonces hubo el peligro de que esa revolución se estancara. Sin embargo tuvo tanta capacidad de dirección, sobre todo Fidel, que es un verdadero genio revolucionario, que se dan los pueblos en determinados momentos de la historia, que supo comprender cual era el rumbo de la revolución frente a las amenazas del imperialismo y frente al porvenir que planteaba una parte del 26 de Julio, (que tuvo que ser depurado, de los anticomunistas que planteaban la continuación de gobiernos burgueses). Otra cosa, que frente a las amenazas y agresiones del imperialismo, Fidel y toda Cuba supo contestar, dando un paso adelante. Eso indudablemente llevó a todos los revolucionarios cubanos verdaderos a la conciencia y a la comprensión de que sólo por el Marxismo-Leninismo y que sólo con un verdadero Partido Comunista se podia continuar consecuentemente a la revolución Cubana. De lo contrario, la revolución hubiera naufragado como tantas otras revoluciones, de direcciones pequeño burguesas y burguesas.
Ya van como 80 revoluciones de liberación nacional en Asia y en Africa, que se han estancado y se han convertido en regimenes burgueses atrasados, neocolonizados, que neutralizan los intereses del proletariado al no caminar hacia adelante. Las luchas revolucionarias, pueden llegar a una etapa de triunfo en su revolución, conducidas por diversas clases, por la burguesía o por la pequeña burguesía; eso se ha visto en los últimos 30 años.
Si pudiéramos estudiar cómo han llegado a su triunfo determinadas revoluciones de liberación nacional en Africa y en Asia, (una cantidad enorme, que pasa de 50), podríamos ver que allí donde no ha habido un verdadero Partido Comunista, en donde han sido partidos pequeño-burgueses o burgueses los que han dirigido el proceso (ya sea por falta de desarrollo del proletariado como clase o por otras causas), realmente esas revoluciones se han estancado en la etapa que se llama de liberación nacional, y muchisimas han retrocedido hacia situaciones casi parecidas a las que tenían antes. Muchas han caido bajo tiranías militares feroces, al mando de los franceses, de los norteamericanos, ingleses. Otras simplemente se han sostenido en una situación precaria, con un pié en el capitalismo y bajo el dominio del imperialismo y otras tratando de avanzar hacia el fortalecimiento de su independencia o hacia el Socialismo.
Allí donde no hay un verdadero Partido consciente y bien organizado, el Partido Comunista que tenga respeto en toda la sociedad, allí, lo que la historia nos dice, es que las revoluciones pueden llegar a gobiernos provisionales en un determinado momento, a un gobierno aparentemente en manos del pueblo, pero realmente en manos de la pequeña burguesia o de la burguesia, por la carencia del verdadero Partido Comunísta. Pueden haber infinidad de variantes para llegar al poder; la cuestión está, en cómo la llegada a ese poder inicia un proceso que profundice las bases para los subsiguientes pasos y que en ese periodo real se den los subsiguientes pasos que conduzcan al Socialismo.
Eso sólo lo puede conducir el Partido Marxista-Proletario: ese interés sólo puede tener la clase obrera que es la clase que está ligada al Socialismo, la clase proletaria. Ya volviendo al caso de nuestro país, la desgracia que tiene precisamente nuestra revolución es que no ha habido un verdadero Partido Comunista en El Salvador.